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El 12 de julio de 1997 se estrenaba Oz<\/em>.<\/strong> La serie cuya emisi\u00f3n se prolong\u00f3 durante seis temporadas, situaba sus argumentos en la Oswald State Correctional Facility. En la prisi\u00f3n de m\u00e1xima seguridad se encontraba el nivel 4, un m\u00f3dulo experimental de rehabilitaci\u00f3n<\/strong> en el que los prisioneros parecen gozar de mayor autonom\u00eda y al que se asigna un n\u00famero determinado de reclusos pertenecientes a las distintas bandas carcelarias. Por su arquitectura amable, transparente y aparentemente id\u00edlica, el m\u00f3dulo es conocido como \u00abEmerald City\u00bb<\/strong>, en una clara transposici\u00f3n de la ciudad en la que habita el Mago de Oz de las novelas de Frank Baum.<\/p>\n

Creada por Tom Fontana<\/strong> (Buffalo, 1951), m\u00e1s conocido como autor teatral pero con un bagaje televisivo iniciado en los a\u00f1os 80 con la serie St. Elsewhere<\/em> (NBC, 1982-88) a la que siguieron, entre otras ficciones Homicide: life on the street<\/em> entre 1993 y 1999 (creada por Paul Attanasio, otro de los grandes nombres de la televisi\u00f3n y conocido por la serie House<\/em>) y el film Strip Search<\/em>\u00a0 para HBO (Sidney Lumet, 2004). Y en este punto deseamos remarcar dos aspectos que resultan importantes en la trayectoria de Fontana y que repercutir\u00e1n en Oz<\/em>: el primero es la coincidencia de su trayectoria televisiva con la consolidaci\u00f3n de las formas narrativas televisivas de la llamada \u00abSegunda Edad de Oro\u00bb de la televisi\u00f3n que tendr\u00e1 en Hill Street Blues<\/a> su m\u00e1ximo exponente y que ya est\u00e1n presentes en St. Elsewhere; <\/em>el segundo es su producci\u00f3n por\u00a0 la cadena HBO<\/strong>, un hecho que facilit\u00f3 enormemente la libertad en el tratamiento de los temas que va a desarrollar la serie.<\/p>\n

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Vernon Schillinger, l\u00edder de la Hermandad Aria<\/figcaption><\/figure>\n

Introducida en casi todos sus episodios por el ex drogadicto Augustus Hill (Harold Perrinau Jr.) quien actuar\u00e1 como narrador de los acontecimientos<\/strong> que est\u00e1n contemplando o han contemplado las audiencias, la serie tendr\u00e1 su principal premisa en la cr\u00edtica de un corrupto sistema penitenciario en el que cualquier experimento de rehabilitaci\u00f3n se ve condenado al fracaso.<\/strong> Emerald City consituir\u00e1 en s\u00ed misma un microcosmos<\/strong> que es el\u00a0 reflejo no solo de un mundo carcelario integrado por los m\u00e1s crueles criminales con montones de muertos a sus espaldas,\u00a0 sino tambi\u00e9n de la organizaci\u00f3n jer\u00e1rquica marginal dominada por bandas ideol\u00f3gica e identitariamente dispares.<\/strong> En Emerald City intentar\u00e1n sobrevivir los Latinos liderados por Miguel \u00c1lvarez (Kirk Acevedo) o Enrique Morales (David Zayas) , los Irlandeses liderados por Ryan O’Reily (Dean Winters), la Hermandad Aria liderada por Vernon Schillinger (JK Simmons), los Musulmanes liderados espiritualmente por Kareem Sa\u00efd (Eammon Walker), los Moteros liderados por Jaz Hoyt (Evan Seinfeld), los Negros liderados por Simon Adebisi (Adewale Akinnuoye-agbaje) y los Italianos liderados por Antonio Schibetta (Tony Musante). Una lista de l\u00edderes que es absolutamente cambiante a lo largo de las temporadas ya que o bien son asesinados por otras bandas o por competidores dentro de sus propias estructuras organizativas. A estas bandas les acompa\u00f1ar\u00e1n bandas marginales de lectores de la Biblia que no suelen ser problem\u00e1ticos y por las agrupaciones de homosexuales, blanco evidente de la mayor\u00eda de las bandas del nivel 4.<\/p>\n

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Kareem Said, l\u00edder espiritual de los musulmanes<\/figcaption><\/figure>\n

Ni que decir tiene que cada una de las agrupaciones va a tener su cota de poder en el crimen organizado dentro de la penitenciaria de la que participar\u00e1n los guardianes corruptos del nivel 4,\u00a0 un elemento que no lo aleja de otras narrativas carcelarias can\u00f3nicas o contempor\u00e1neas de la que Oz<\/em> es un modelo ineludible<\/strong>. No en vano algunos cr\u00edticos, al referise a Orange is the New Black<\/em>, la etiquetar\u00e1n como \u00abOrange is the New Oz\u00bb.<\/strong> Y es que la propuesta de Tom Fontana ir\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 de la exposici\u00f3n de la inoperatividad del sistema penitenciario estadounidense para plantear la naturaleza de la supervivencia en un mundo absolutamente hostil en el que no es posible ning\u00fan tipo de rehabilitaci\u00f3n y mucho menos de redenci\u00f3n.<\/strong> Un mundo\u00a0 aislado cuya gesti\u00f3n pol\u00edtica lo transforma en un contenedor del mal. En este preciso sentido se construyen tanto los personajes que hemos mencionado anteriormente como personajes no pertenecientes a ninguna de las bandas organizadas pero que se convertir\u00e1n en ejemplos de la psicopat\u00eda gen\u00e9tica pero tambi\u00e9n como constructos sociales. Tal es el caso del perverso y encantador psic\u00f3pata-asesino en serie homosexual Christopher Keller (Christopher Meloni) quien, tras ser rechazado por su gran amor Tob\u00edas Beecher (Lee Tergensen), se suicidar\u00e1 no sin antes haber dejado un paquete con \u00e1ntrax en la hermandad Aria con la intenci\u00f3n de propagarlo por toda la penitenciaria.<\/p>\n

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Christoper Keller y Tob\u00edas Beecher<\/figcaption><\/figure>\n

Pero independientemente de los temas que pueden derivarse de los elementos que hemos expuesto hasta el momento, Oz<\/em> convertir\u00e1 sus argumentos en constantes reflexiones casi filos\u00f3ficas<\/strong> acerca del bien y del mal, de la predestinaci\u00f3n a determinados comportamientos, de la identidad sexual diferenciada de cualquier agresi\u00f3n carcelaria, de los derechos de los prisioneros, del sistema sanitario carcelario, de la pena de muerte, de la temporalidad de las condenas y tambi\u00e9n de la religi\u00f3n. La religi\u00f3n ser\u00e1, en muchos momentos, considerada como refugio y \u00fanica posibilidad de trascendencia espiritual en un mundo inhumano, el de la prisi\u00f3n, sin ning\u00fan tipo de escapatoria individual o personal. En este preciso sentido actuar\u00e1n no solo los l\u00edderes religiosos musulmanes sino, y de manera especial, los representantes del catolicismo personificados en el padre Ray Mukada (B.D.Wong) y la combativa anti-pena de muerte hermana Peter Marie (Rita Moreno). Un tema, el de la religi\u00f3n como servicio a los m\u00e1s desfavorecidos de la sociedad que, juntamente con la tarea solidaria de los m\u00e9dicos, atravesar\u00e1 parte de la producci\u00f3n de Fontana y que tendr\u00e1 en St. Elsewhere<\/em> su principal exponente.<\/p>\n

De una dureza tem\u00e1tica extraordinaria, con im\u00e1genes sexuales y violenta expl\u00edcitas,<\/strong> Oz <\/em>es, sin duda, una de las series olvidadas de la factor\u00eda HBO cuya trayectoria en la producci\u00f3n de series novedosas y con personajes principales marginales parece que empieza con\u00a0 Sex and the City<\/em> o The Sopranos<\/em>. Justamente por este motivo hemos querido reivindicarla. Oz <\/em>es una serie tremendamente arriesgada que, de acuerdo con el cr\u00edtico Michele Malach, rompe los moldes de la aceptabilidad.<\/strong> Una serie coral que cuenta con un reparto de lujo tal como hemos podido comprobar, un reparto de actores \u2014y pocas actrices, dicho sea de paso, aunque es l\u00f3gico dada la premisa inicial\u2014 que desarrollan papeles situados en las ant\u00edpodas de los personajes por los que son conocidos por los seri\u00e9filos m\u00e1s empedernidos: el caso m\u00e1s emblem\u00e1tico es, sin duda, el de nuestro adorado Christopher Meloni- Eliot Stabler de Law & Order, SVU. <\/em><\/p>\n

Una serie digna de ser recuperada.<\/strong> Por si os anim\u00e1is a hacerlo, os dejo el trailer de la serie.<\/p>\n