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Habr\u00e1 quien piense que el grito se forma estrictamente a partir de mecanismos puramente corporales y f\u00edsicos, como la deformaci\u00f3n del rostro o la puesta en marcha del aparato vocal. Sin embargo, el grito comienza a formarse a partir de la manifestaci\u00f3n de una estructura sintom\u00e1tica concreta, v\u00e9ase el j\u00fabilo ante un evento positivo, la pena ante una insoportable tristeza o la rabia ante la impotencia de ver c\u00f3mo las cosas tuercen en el sentido contrario del que uno esperaba. \u00c7atak \u2014y Duncker junto a \u00e9l, con quien comparte la autor\u00eda del guion\u2014 pareci\u00f3 tener muy claro este \u00faltimo ejemplo, el de la rabia, cuando comenz\u00f3 a plantearse el argumento de The Teachers\u2019 Lounge<\/em> (\u0130lker \u00c7atak, 2023), pel\u00edcula que de forma cada vez m\u00e1s candente se va labrando un nombre en la escena cinematogr\u00e1fica, no solo europea, sino tambi\u00e9n intercontinental. La historia nos lleva de la mano tanto por los p\u00e1ramos concretos del paisaje f\u00edsico de los institutos alemanes, como del paisaje psicol\u00f3gico de Carla Nowak (Leonie Benesch), una profesora, reci\u00e9n llegada al instituto en el que toma lugar el argumento, que tiene por caracter\u00edstica principal la exposici\u00f3n de unos ideales concretos y aparentemente f\u00e9rreos para con el funcionamiento del sistema escolar germano. Cuando uno de los estudiantes a los que Carla imparte clase aparece como sospechoso de un robo llevado a cabo en las inmediaciones del instituto, no dudar\u00e1 en utilizar aquello que tenga al alcance de su mano para tratar de entender qu\u00e9 est\u00e1 sucediendo. Lo que no sabe la se\u00f1orita Nowak es que esa misma investigaci\u00f3n formara a su alrededor un complot de anillos infernales que la llevar\u00e1n a un enfrentamiento tipo David contra Goliat en el contexto de una instituci\u00f3n como es un centro de educaci\u00f3n secundaria. Dado que la pel\u00edcula todav\u00eda no se ha estrenado en territorio espa\u00f1ol y que nuestro an\u00e1lisis requerir\u00e1 el desvelo de algunos intersticios interesantes de la trama, prima se\u00f1alar que esta entrada contiene spoilers<\/strong> de\u00a0The Teachers’ Lounge<\/em>.<\/p>\n

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Leonie Benesch interpreta a Carla Nowak, una joven profesora cuyos ideales todav\u00eda no se han visto truncados por el funcionamiento aut\u00f3nomo y deliberadamente opaco de las instituciones educacionales y legales.<\/figcaption><\/figure>\n

Tras una breve entrevista que pone de manifiesto una serie de robos que se han llevado a cabo en el centro, la pel\u00edcula comienza con lo que podr\u00edan considerarse dos ejercicios de disciplina: uno positivo y otro negativo. El positivo consiste en el mecanismo de salutaci\u00f3n que Carla plantea al llegar a clase por las ma\u00f1anas: pide a sus alumnos que se levanten y canten, al sencillo ritmo de unas palmas, una canci\u00f3n de bienvenida para empezar bien el d\u00eda. Hay una estrategia detr\u00e1s de esta metodolog\u00eda concreta, pues esto sirve para que Carla centre la atenci\u00f3n del alumnado en ella y pueda dar comienzo la clase. Es una manera francamente simp\u00e1tica, si bien un tanto infantil \u2014algo que los propios alumnos remarcar\u00e1n m\u00e1s tarde en la historia, cuando el proceso de rebeld\u00eda cuaje en un golpe contra la autoridad competente\u2014 de estructurar una lecci\u00f3n educativa. Plantea, simult\u00e1neamente, una situaci\u00f3n en la que conocemos algo m\u00e1s de la personalidad de la se\u00f1orita Nowak. Sabe ganarse el afecto del alumnado, a parte de controlarlos para que las hormonas no ocupen la voz cantante en sus actos. A la hora de escribir su rese\u00f1a para IndieWire<\/em>, David Ehrlich (2023) se\u00f1ala como esta din\u00e1mica concreta \u2014sobre todo si tenemos en cuenta que comienza con un gesto un tanto majestuoso por parte de la propia Carla para que los estudiantes se pongan en pie\u2014 parece colocar a Carla como a una directora de orquesta que levanta la batuta para dirigir las voces de los ni\u00f1os y las ni\u00f1as que conforman su clase.<\/p>\n

La disposici\u00f3n disciplinaria negativa que adelant\u00e1bamos al comienzo del p\u00e1rrafo anterior va por otros derroteros. En medio de una lecci\u00f3n de la se\u00f1orita Nowak, los servicios administrativos del centro entran en el aula, detienen la impartici\u00f3n y piden que las chicas se levanten y salgan de clase. Solo quedan los chicos, los miembros de administraci\u00f3n y Carla. Se pide a los chicos que saquen las carteras y las pongan encima de la mesa. \u201c\u00bfTenemos que hacerlo?\u201d, se quejan algunos alumnos, a lo que la directora del centro contesta con una de las muestras m\u00e1s posmodernas de la l\u00f3gica autoritaria disciplinaria: \u201cEs voluntario, por supuesto, pero si no ten\u00e9is nada que esconder, \u00bfqu\u00e9 m\u00e1s da?\u201d. A pesar de que podr\u00eda considerarse ya desde el principio como una violaci\u00f3n de la privacidad del cuerpo estudiantil. Pr\u00e1cticamente todos ponen su cartera sobre la mesa, quitando Oskar (Leonard Stettnisch), que pasar\u00e1 a ocupar una central\u00edsima posici\u00f3n en el devenir argumental de la historia. Sin embargo, de momento no nos quedamos con \u00e9l. Tras revisar las carteras y ver que una lleva m\u00e1s dinero del que deber\u00eda llevar un alumno de primero o segundo de educaci\u00f3n secundaria, se\u00f1alan a Ali, descendiente de una familia turca emigrada a Alemania en busca de nuevas oportunidades, como el altamente probable perpetrador del robo. La situaci\u00f3n resulta solucionarse en favor a Ali, de forma que todo deber\u00eda quedar en un simple malentendido. Pero, como ya hemos comentado anteriormente, los ideales de Carla Nowak se sustentan sobre una f\u00e9rrea base de aquello que puede hacerse y aquello que no deber\u00eda poder hacerse. Esa manifestaci\u00f3n de poder llevada a cabo por las autoridades administrativas del centro, una iniciativa que podr\u00eda haberse realizado de forma mucho m\u00e1s sutil y menos da\u00f1ina para la imagen p\u00fablica del que han se\u00f1alado como ladr\u00f3n, ha encendido en el interior de la se\u00f1orita Nowak la mecha de una indignaci\u00f3n y una protesta que la llevar\u00e1n a una investigaci\u00f3n propia de los hechos.<\/p>\n

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En tanto que toda la acci\u00f3n sucede en un mismo lugar, el instituto en el que la historia toma lugar pasa a configurarse como un microcosmos sociol\u00f3gico en el que cualquier acci\u00f3n llevada a cabo tiene sus consecuencias.<\/figcaption><\/figure>\n

La que probablemente sea la principal consecuencia de \u201ctomarte la justicia por tu mano\u201d es que no todo siempre sale como uno espera. Algo as\u00ed sucede con la investigaci\u00f3n propia que plante Carla. Dado que el robo se hab\u00eda llevado a cabo en la sala de profesores, decide dejar su port\u00e1til abierto con la funci\u00f3n de c\u00e1mara web activada, una medida de seguridad que le permitir\u00e1 reconocer a aquella persona que posiblemente est\u00e9 causando tanto revuelo. Y as\u00ed sucede: si bien no de forma completa, m\u00e1s bien de forma parcial, la c\u00e1mara web del port\u00e1til capta como una persona con una camisa con dibujos de estrellas introduce su mano en la chaqueta de la se\u00f1orita Nowak, extrae la cartera y roba algo de dinero de su interior. Ya tenemos a la persona sospechosa, ahora falta encontrar a alguien que se corresponda con la informaci\u00f3n parcial conseguida, algo que no resulta demasiado complicado, pues la \u00fanica persona que lleva esa camisa en particular que sepa la se\u00f1orita Nowak es Friederike Kuhn (Eva L\u00f6bau), la secretaria del centro. Carla se acerca para tratar de solventar la situaci\u00f3n de una forma civilizada, pero debido a la ofensa de ser acusada de haber llevado a cabo el robo, Friederike decide no compartir informaci\u00f3n relevante con ella. Ser\u00e1 en este momento cuando tome la decisi\u00f3n que har\u00e1 estallar el n\u00facleo explosivo del argumento: presentar\u00e1 las pruebas al mismo servicio administrativo que llev\u00f3 a cabo la invasi\u00f3n de privacidad del alumnado en la propia aula de la se\u00f1orita Nowak. A lo que da inicio esto es a una magnificaci\u00f3n de un proceso que podr\u00eda haberse resuelto de forma ejemplar en un t\u00eate \u00e0 t\u00eate <\/em>que no trascendiera m\u00e1s all\u00e1 de una puerta cerrada. Sin embargo, la maquinaria del sistema comienza a engrasar sus engranajes para ocuparse \u00e9l mismo de la situaci\u00f3n, difundiendo la noticia por cada rinc\u00f3n del instituto y despersonalizando a aquellas personas que est\u00e1n, tanto directa como indirectamente, relacionadas con el hecho. A esto tambi\u00e9n hay que sumarle una entendible, pero dadas las circunstancias tambi\u00e9n indeseable actitud por parte de Friederike Kuhn a la hora de no querer arreglar de la forma m\u00e1s amigable posible algo que podr\u00eda no haber salpicado a terceros en discordia como su hijo, ese Oskar que ment\u00e1bamos con anterioridad.<\/p>\n

Sin embargo, la cr\u00edtica formulada en los confines argumentales de The Teachers\u2019 Lounge<\/em> nunca debe entenderse como algo dirigido a individuos particularizados, sino m\u00e1s bien a la automatizaci\u00f3n judicial y legal de problemas y procesos que podr\u00edan haberse mantenido apartados del ojo p\u00fablico si no fuera por la com\u00fanmente admirable, pero en ocasiones ineficiente pol\u00edtica de \u201ctolerancia cero\u201d ante este tipo de din\u00e1micas. La formaci\u00f3n del grito que Carla Nowak expulsa con fiereza en la que quiz\u00e1 sea la escena m\u00e1s visceral y, por qu\u00e9 no, memorable de toda la pel\u00edcula se manifiesta como una respuesta a las tensiones formadas por una impotencia: la de ver c\u00f3mo algo iniciado con la mejor y m\u00e1s amigable de las intenciones pasa a convertirse en un monstruo diez veces m\u00e1s grande que ella. Ya no es solo que Friederike tenga que dejar el instituto para entrar en \u201cper\u00edodo vacacional\u201d \u2014una de las formas que tiene la instituci\u00f3n para maquillar el hecho de que esta mujer est\u00e1 siendo v\u00edctima de un intenso episodio depresivo\u2014, sino tambi\u00e9n es la actitud que toman los alumnos hacia Carla, protagonizando escenas estrat\u00e9gicamente planeadas de rebeld\u00eda contra la autoridad, que pueden verse particularizadas en el sabotaje, en ocasiones incluso violento, que lleva a cabo Oskar. Lo que prima de estas din\u00e1micas planteadas es la asimetr\u00eda que parece venir naturalizada en sus estructuras, en tanto que aquello que es particular y deber\u00eda mantenerse como tal termina por generalizarse y complicarse de forma exponencial, provocando que aquellas partes interesadas y directamente part\u00edcipes de la situaci\u00f3n se vean rodeadas por h\u00e1litos de praxis administrativa que no hab\u00eda ninguna necesidad de invocar.<\/p>\n

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Leonard Stettnisch, una de las j\u00f3venes estrellas de la pel\u00edcula, interpreta a Oskar, personaje inocente que se ve arrastrado a una vor\u00e1gine de contingencias cuya inteligencia emocional todav\u00eda por desarrollar no puede gestionar de forma competente y saludable.<\/figcaption><\/figure>\n

The Teachers\u2019 Lounge<\/em> supone una manera de reimaginar la narraci\u00f3n b\u00edblica de David contra Goliat en tanto que Carla se enfrenta, durante la mayor parte del tiempo ella sola, a un sistema que se ha automatizado y que no deja espacio para la discusi\u00f3n emocional de las cosas. Es tambi\u00e9n, y siguiendo con este esquema particular, una historia que enfrenta la teor\u00eda de los ideales contra la pr\u00e1ctica del d\u00eda a d\u00eda. La multiplicidad de idiosincrasias que existen dentro del contexto educacional es tan vasta que uno no siempre puede echar mano de supuestos te\u00f3ricos que justifiquen una acci\u00f3n u otra. Si bien no supone un ejercicio de brutales consecuencias en este sentido \u2014algo que s\u00ed podr\u00edamos decir de algo como Deatchment<\/em> (Tony Kaye, 2011)\u2014, en tanto que le permite a la protagonista un peque\u00f1o triunfo al serle reconocidos su identidad y esfuerzo, \u00c7atak ha podido construir una historia que apela a intelecto, v\u00edsceras y coraz\u00f3n de formas quiz\u00e1 asim\u00e9tricas, pero no por ello menos satisfactorias.<\/p>\n


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EHRLICH, D. 2023. \u00ab‘The Teacher’s Lounge’ Review: Germany’s Oscar Submission Is a Riveting Thriller About a Classroom in Crisis\u00bb.\u00a0IndieWire<\/em>, 15 de setiembre de 2023. Recuperado de aqu\u00ed<\/a>.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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