5 razones para ver (o volver a ver) The Office (Reino Unido, BBC2, 2001-2003), casi quince a\u00f1os despu\u00e9s de su estreno.<\/p>\n
\n1. Ricky Gervais:<\/strong> Creador y director \u2014junto a Stephen Merchant\u2014 de esta archipremiada serie, Gervais se erige, adem\u00e1s, en protagonista de la mon\u00f3tona vida de un grupo de oficinistas que trabajan bajos sus \u00f3rdenes para una industria papelera a las afueras de Londres. Su personaje, David Brent, despierta la antipat\u00eda de empleados y p\u00fablico, que padecen no solo su car\u00e1cter insoportablemente egoc\u00e9ntrico e infantil, cuando no absurdo, sino tambi\u00e9n su particular concepci\u00f3n del humor (de la que hace gala una y otra vez). Gervais se mueve como pez en el agua encarnando a un individuo carente del m\u00e1s elemental sentido del rid\u00edculo que, sin duda, no deja indiferente a nadie durante los solo doce cap\u00edtulos (dos temporadas) de los que consta la serie (a los que habr\u00eda que a\u00f1adir dos especiales navide\u00f1os).<\/p>\n 2. Mockumentary:<\/strong> The Office es una de las series pioneras en la adopci\u00f3n de la t\u00e9cnica del llamado \u201cfalso documental\u201d. Mediante intervenciones falsamente improvisadas, intenta simular una autenticidad basada en una entrevista ficticia donde el entrevistador (un equipo de la BBC) nunca cobra forma corp\u00f3rea. Esta fusi\u00f3n entre realidad y ficci\u00f3n, que constituye una de sus bazas, ser\u00eda imitada por otras que habr\u00edan de venir despu\u00e9s (v\u00e9ase, si no, la inefable Modern Family), entre ellas su secuela estadounidense, que emiti\u00f3 la NBC con id\u00e9ntico t\u00edtulo y de la que se rodaron nada menos que nueve temporadas.<\/p>\n 3. Tim Canterbury:<\/strong> Martin Freeman da vida magistralmente a un ingenioso joven insatisfecho con profesi\u00f3n, en la que sigue inmerso tan solo por el amor que profesa a Dawn Tinsley, la recepcionista. Canterbury entabla con esta la amistad m\u00e1s s\u00f3lida y entra\u00f1able de toda la oficina, m\u00e1xime si tenemos en cuenta que Dawn est\u00e1 comprometida con otro hombre. Pero el desenlace de la m\u00e1s que ansiada uni\u00f3n de la pareja caer\u00e1 como un jarro de agua fr\u00eda a quienes deseen un final made in Hollywood: Canterbury se arma de valor y, tras declararse, resulta rechazado. Sin embargo, su fracaso no despierta el constante bochorno y patetismo que s\u00ed emana la conducta de su jefe, del que es la aut\u00e9ntica ant\u00edtesis.<\/p>\n 4. El tedio atrapa:<\/strong> la triste y conformista existencia de los miembros de la empresa, que permanecen inmunes a las constantes bromas e insoportables ocurrencias de Brent, conforman una atm\u00f3sfera donde un supino aburrimiento campa a sus anchas. Aun as\u00ed, esta monoton\u00eda, reflejada en la pantalla con largos silencios tan solo interrumpidos por el sonido ocasional de una fotocopiadora o un tel\u00e9fono, concita nuestra curiosidad por saber de sus anodinas vidas, o por descubrir sus reacciones ante las pat\u00e9ticas salidas de tono del omnipresente Brent.<\/p>\n 5. Comedia, pese a todo:<\/strong> el car\u00e1cter de Brent y el hast\u00edo que se respira en las instalaciones de la f\u00e1brica constituyen el motivo c\u00f3mico por excelencia, ya mediante del chiste fallido ya por medio de una terrible sensaci\u00f3n de verg\u00fcenza ajena que, llevada hasta el l\u00edmite del sonrojo, no da tregua al espectador. Y es que este no tiene disyuntiva: apagar la televisi\u00f3n o entregarse irremediablemente.<\/p>\n \n Jorge Braga Riera \n \n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" 5 razones para ver (o volver a ver) The Office (Reino Unido, BBC2, 2001-2003), casi quince a\u00f1os despu\u00e9s de su estreno. 1. 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