Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«120 Aniversario del cine (I)»: las películas de 1895 – 1935

Este año el mundo del cine está de celebración. 120 años se cumplen desde que dos hermanos franceses, Auguste y Louis Lumière, se plantearon la posibilidad de generar fotografías en movimiento. Sin embargo, lo que en la época parecía una fantasía, se convirtió en una realidad gracias a la invención del cinematógrafo en 1895. A partir de ahí, todo ha ido muy rápido: desde la intrusión del sonido y la imagen en tecnicolor – cosa que ya nos parece remota – hasta la aparición del cine digital en el siglo XXI. Sin duda, estos hermanos ingenieros, nunca se podrían imaginar la importancia de su «experimento» en la sociedad, en el arte y la cultura y, sobretodo, el gran negocio que supondría su invención.

Está claro que los progresos tecnológicos y narrativos de la industria cinematográfica, obviamente, han cambiado consedarablemente desde 1895 y parece que cada día que pasa, se consiguen nuevos avances cada vez más impensables y hay muy pocas cosas que el cine no pueda hacer. En este seguido de posts, voy a hacer un pequeño repaso de algunas de las películas protagonistas de cada década – que también celebran sus respectivos aniversarios – y que, por alguno motivo, considero que son importantes dentro del contexto cinematográfico en el momento de su producción – y que, por supuesto, su elección se basa en un criterio totalmente personal. Porque, la verdad, un poco de historia (del cine) nunca hace daño…

La Sortie de l’Usine Lumière a Lyon (1895)

Como no podría ser de otra manera, comenzaremos donde todo empezó. El día 22 de marzo de 1895 se realizó la primera proyección de la historia del cine en el Salón Edienne, un antiguo café del centro de París: La Salida de la Fábrica Lumière en Lyon. El cortometraje, como su nombre indica, muestra la salida de los obreros que trabajaban en la fábrica Lumiére situada a las afueras de la ciudad de Lyon tras finalizar su jornada laboral y está dirigida, producida y filmada por Louis Lumière. Este único plano de solamente 46 segundos de duración está considerado el primer documental de la historia del cine y fue rodado a tan solo 16 frames por segundo. Existen tres versiones diferentes del film, en los cuales únicamente varian la vestimenta y algunos elementos que aparecen en escena como carros o caballos, mostrando su voluntad documental.

Otra de las proyecciones, que protagonizaría una de la mejores anécdotas de la historia del cine, es La Llegada del Tren a la Estación de La Ciotat, también de 1895. La proyección que mostraba un tren acercándose lentamente a cámara, atemorizó al público del momento al pensar que el vehículo saldría de la pantalla, ya que se dirigía hacia ellos. Un claro ejemplo del poder de sugestión del cine.

Sin embargo, y a pesar de que el cinematógrafo se patentó el 13 de febrero de 1895, no fue hasta el 28 de diciembre de ese mismo año que se produjera la primera exhibición comercial cobrando el visionado del film y marcando oficialmente el inicio del cine tal y como lo conocemos ahora.

Rescued by Rover (1905)

2- rescued by rover

La cinta dirigida por Cecil Hepworth en 1905, Rescued by Rover, es uno de los films más interesantes de los comienzos del cine. Considerada como una de las primeras muestras de las producciones británicas de ficción, el film cuenta la historia de un perro que lleva a su dueño hasta su bebé secuestrado, encarnado por la propia hija del director, Barbara Hepworth. El estilo narrativo y visual, sobretodo en lo que se refiere al montaje, de la cinta se le ha definido como un puente entre el método de filmación de Edwin Porter y D.W. Griffith.

A pesar de que poco se conoce de esta particular película, sin duda, es una producción clave dentro de la historia cinematográfica británica, incluso su protagonista, el perro Blair, se convirtió en el primer can en convertirse en estrella de cine y sirvió de precedente a futuros «actores caninos» como Uggie, el perro de The Artist, o las franquicias como Beethoven, Lassie o Air Buddy.

The Birth of a Nation (1915)

Uno de los títulos que no puede faltar en la lista de las películas más importantes de la historia del cine es, sin duda, El Nacimiento de una Nación de D.W. Griffith. Y es que, a pesar de que pueda resultar a estas alturas que es un cliché enorme mencionar esta película en estos posts, en realidad, no se podría hablar del cine como lo conocemos ahora sin ella. La cinta supone la consolidación oficial del nuevo modelo cinematográfico clásico que se establecerá rápido en la industria y que se perpetua hasta la actualidad.

Muchas fueron las producciones de ficción que se comenzaban a desarrollar en aquella época y con efectos visuales bastante espectaculares para el momento – solo hace falta recordar los trabajos de Méliès. Sin embargo, la cinta de Griffith propuso avances técnicos y narrativos no utilizados hasta entonces. La película supone una ruptura total con los recursos utilizados hasta el momento, alejándose de la teatralidad de la puesta en escena y, sin saberlo, confeccionando las bases del lenguaje cinematográfico. Todos los recursos visuales que se usan en el film se encuentran al servicio de la comprensión de la narración. El uso de primeros planos para enfatizar las emociones o el montaje para relatar historias que suceden en el mismo tiempo pero en diferente espacio – lo que se denomina montaje en paralelo –  elementos que ahora están más que interiorizados por el público, no se les habían ocurrido a nadie hasta entonces.

A pesar de que la película es considerada el gran éxito de Griffith gracias a sus proezas técnicas, la historia de dos familias amigas que se ven enfrentadas por su ideología contraria en la Guerra de Secesión Americana, fue objeto de polémica durante mucho tiempo. El film fue acusada – y con razón – de racismo por la representación despectiva de los esclavos de raza negra del sur, hasta el punto de justificar la creación del Ku Klux Klan como medida de contención para frenar sus perversiones.

Bronenosets Potyomkin (1925)

4 - acorazado potemkin

Tras la consolidación del nuevo modelo de cine a raíz de El Nacimiento de una Nación, poco a poco, la industria estaba empezando a cobrar forma a nivel mundial. Así que, después de mencionar a franceses, ingleses y americanos… ahora, es el turno de los soviéticos.

Uno de los grandes cineastas de la Unión Soviética es, sin duda, Sergei M. Eisenstein quien en su película más reconocida, El Acorazado Potemkin, introduce elementos importantes de la narrativa visual: los experimentos con los modos de montaje y las funciones de la cámara serán de gran influencia en las producciones posteriores. El proceso de montaje es el que provoca las sensaciones dramáticas al espectador y el que mantiene el ritmo del film, sin dejar de lado la trama. Esta será la base de la teoría eisensteniana sobre el Montaje de Atracciones, donde lo que se pretende es producir una respuesta emocional ante un determinado modo de edición, que acaba constituyendo el elemento central, y donde su valor dependerá del espectador al reconocer e interpretar las imágenes, las cuales suelen albergar significados simbólicos y metafóricos. Ejemplo de ello lo encontramos en las famosas imágenes de las estatua de los leones – uno dormido, el siguiente levantándose y otro de pie y en guardia – que simbolizan el poder del zar y el enfrentamiento inminente de los dos bandos de la revolución.

Considerada una de las películas propagandísticas más influyentes de todos los tiempos, la cinta reproduce el motín que tuvo lugar en 1905 del acorazado Potemkin cuando la tripulación se rebeló contra los oficiales de la armada zarista. El film es un claro reflejo del espíritu revolucionario de la época y del contexto que es realizada y la que se utiliza para la exaltación del hombre oprimido y el deseo de romper sus cadenas.

The Bride of Frankestein (1935)

En 1935 surgirán las primeras obras de nombres que formarán parte de la historia del cine como The Informer (John Ford), A Night at the Opera (los hermanos Marx), The 39 Steps (Alfred Hitchcock) o El Triunfo de la Voluntad (Leni Riefenstahl). La industria de Hollywood cada vez estaba más consolidada. Se comenzará a establecer un sistema de estudios y se desarrollarán las convenciones de géneros – el terror, el western, el musical, etc. De hecho, junto con las películas mencionadas anteriormente, uno de los títulos más destacados del año fue la secuela del clásico de terror Frankenstein (1931), La Novia de Frankenstein, con Elsa Lanchester en el papel de la novia.

La película sigue los acontecimientos dejados en el film anterior, protagonizada por Boris Karloff como el monstruo, donde se le construye una pareja a la criatura. Más allá de los elementos pertenecientes al género, la cinta – que tuvo un gran éxito tanto entre la crítica como entre el público – se topó con grandes problemas de censura dentro de su temática, que de hecho, constituye una de los puntos interesantes del film. La película presenta mucho puntos de lectura diferentes y que fueron el objeto de controversia durante la censura del Código Hays. Por un lado, la intención del director de comparar a la criatura con Jesucristo y las críticas a la religión católica y su carácter represor constantes; y, por otro, la posible lectura homosexual del personaje del Dr. Pretorius.

 

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