Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

5 razones para ver «Desaparecido» («Boku Dake ga Inai Machi», 2016)

Hemos de admitirlo: la gran mayoría de seriéfilos no vemos suficiente anime. Una tipología de producciones que, aún y siendo muy prolífica, parece que no termina de interesar al público occidental mayoritario y no perteneciente a la comunidad otaku. En este sentido, en un instante de nostalgia personal, por un lado, y de culpabilidad por estar demasiado tiempo «desconectada» de un género que considero muy interesante, por otro lado, comencé a explorar las series del momento. De entre la enorme cantidad de producciones que aparecieron, una me llamó especialmente la atención: Desaparecido (2016). No se si terminé viéndola porque realmente me interesaba el argumento, porque en las especificaciones ponía que tan solo duraba una temporada o, quizás, una mezcla de ambas. Lo único que tengo claro es que Desaparecido se ha convertido en tan solo 24 horas en una de las series más especiales que he tenido la oportunidad de ver en los últimos años a nivel personal y una de las realizaciones más birllantes en su aspecto técnico. Hoy os daremos 5 razones para ver Desaparecido:

1. La narración. Bajo el nombre original de Boku Dake ga Inai Machi (literalmente traducido como «la ciudad donde solo yo he desaparecido») la premisa girará entorno a Satoru Fujinuma, un joven que tiene un don especial: en el momento indicado sufre regresiones temporales que le devolverán a instantes del pasado para impedir que se produzca un accidente. La trama principal se inciará cuando un incidente vinculado al pasado personal de Satoru en relación al asesinato de 3 niñas que tuvieron lugar en la infancia del protagonista, le producirán una regresión masiva que le hará volver 18 años atrás. Su misión será impedir el secuestro y asesinato de una de las niñas, Kayo Hinazuki, reestableciendo los acontecimientos del presente. Por supuesto, al tratarse de un argumento que tendrá como eje principal los saltos espacio-temporales, pondrá en cuestión cómo las acciones del pasado tienen una consecuencia directa en el presente poniendo entredicho la identidad del protagonista y de aquellos que están a su alrededor. Una estructura que está brillantemente ejecutada y con un guión redondo donde ni falta ni sobra nada.

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Satoru intentará salvar a Kayo a toda costa

2. Realmente ¡engancha! Adaptado de la obra homónima de Kei Sanbe, Desaparecido tendrá una estructura narrativa de thriller donde la narrativa de mind-game sencilla será perfecta para el género. La alternancia entre pasado y presente hará que el espectador se ponga en la piel del protagonista quien irá resolviendo poco a poco las incognitas del pasado y encajando las piezas del puzzle a la vez que Satoru. Al guión perfectamente hilado se le unirán la constante tensión y un muy buen uso de ritmo y del misterio. De esta manera, la serie se postulará como un thriller maduro y sin nigún tipo de elemento sobrenatural —más allá de los saltos temporales que casi se relegan a un segundo plano— típico de los animes más tradicionales. Un género, el del thriller más canónico y de estilo más occidental, que es muy poco frecuente encontrar dentro de las producciones de animación niponas.

3. La animación. Siendo una producción realizada por el estudio A-1 Pictures la animación de Desaparecido es una de las más elaboradas que se pueden encontrar hoy en día en la televisión. Además de desarrollar una combinación de técnicas en dos y tres dimensiones perfectamente integradas, los fondos de la serie tendrán un elaboradísimo grado de detalle en donde las texturas son prácticamente realistas. La dirección de Tomohiko Itō mostrará una alta calidad artística y una puesta en escena sugerente e inusual donde lucirán las ilustraciones de los fondistas. La mezcla de varios estilos artísticos para ilustrar el pasado y el presente, al igual que algunas digresiones temporales dentro del propio relato le aportarán un dinamismo especial al dibujo y a la narración.

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Un ejemplo de detallismo de la técnica y de la puesta en escena

4. El tono. Además de tener un ritmo ágil en la exposición del thriller y la disposición temporal, la combinación entre los momentos de comedia y de drama está muy bien equlibrada. La utilización de personajes y/o diversas situaciones como comic-relief es el elemento más oriental y típico del anime en una serie que tiene un tono y una aproximación más occidentalizada. Un detalle narrativo que se agradece y que permite al espectador relajarse de la oscuridad del relato.

5. La emoción. Finalmente, más allá de los elementos de tensión del thriller más canónico, la serie es una montaña rusa de emociones. En ella, se tratarán temáticas de forma muy  dura como la maternidad, el abuso infantil, la pedofilia, la violencia, las psicopatías, o la propia identidad  de una manera muy respetuosa pero contundente. Además de una brillante economización del tiempo de narración de la historia —con una duración de 20-25 minutos repartidos entre 12 episodios — Desaparecido también contiene una enorme cantidad de peso emocional que se reparte de manera extraordinaria. Durante la serie, el espectador pasará de una sonrisa (casi) permanente a la lagrimita (que no por ello lagrimita fácil) en cuestión de segundos. Un «mal trago» para los espectadores más sensibles, pero que vale realmente la pena.

Desaparecido está disponible en Netflix y en la colección en DVD de SelectaVisión.

 

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