Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

5 razones para ver «El perfume»/«Parfum» (serie Netflix, 2019): Un goce siniestro de sentidos  

  1. Inspirada en la novela homónima de Patrick Süskind (El Perfume, 1985), la cual fue llevada al cine en 2006. La premisa narrativa sobre la cual se sustenta la serie radica en que el sentido del olfato nunca descansa, es decir, se centra en el personaje de Jean-Baptiste Grenouille, asesino en serie que mataba a mujeres jóvenes para intentar alcanzar sus olores más primarios con el fin de crear el perfume perfecto, la esencia generadora de deseo. Retomamos para ello una de las ciutas de la novela “La fuerza de persuasión del perfume no se puede contrarrestar, nos invade como el aire invade nuestros pulmones, nos llena, nos satura, no existe ningún remedio contra ella” (Süskind, 1985).
  2. Producción europea, en concreto, alemana en Netflix. La producción pretende utilizar la novela de Süskind como estrategia comercial y de márketing para ofrecernos una historia que resulte atractiva a los espectadores. Todo ello nos proporciona un marco verosímil donde la novela se utiliza para enmarcar en términos generales los elementos ficticios que sustentan la trama, así como las características más prototípicas y provocadoras del protagonista. Más allá de este marco general, la serie tienen entidad propia y centra su foco de atención en la historia que unió a un grupo de “amigos” desde la adolescencia y cómo éstas se van contando dependiendo de sus perspectivas y vivencias. Podríamos considerar que si la serie Dark es un precedente en las producciones europeas y, concretamente, alemanas de Netflix en su lado más sobrenatural de la ciudad de Winden; El Perfume le toma el relevo en forma de thriller y nos permite marcar una perspectiva positiva en cuanto a la salud emergente de la serialidad europea y, concretamente, la alemana.
  3. Un juego de ajedrez donde el fin justifica los medios. De forma maquiavélica, un grupo de conocidos y que, unidos en su adolescencia, se han reencontrado muchos años después tras la muerte de una persona que tenían en común: Katharina Läufer. La unión de éstos vendrá supeditada al hallazgo del uerpo sin vida de esta cantante local, con el pelo rapado, así como con sus axilas y genitales cortados (esta será, de hecho, la primera escena del primer capítulo de la temporada) en una pequeña ciudad alemana del Bajo Rin. Sin duda, estos detalles tan escabrosos no responderán a una muerte natural sino a un ensañamiento calculado de una mente controladora que hay detrás y que cumple con el horizonte de expectativas de la audiencia que tenga una idea general de la novela en la que se inspira.
  4. Un crimen que quiebra el silencio. Con aires detectivescos que beben de una tradición de clásicos de la literatura con referencias ineludibles a Agatha Christie, Poe o Conan Doyle, el misterio que envuelve la serie bien nos puede también recordar a otras series también europeas como las francesas La Trêve (2016), La Forêt (2017) o el nordic noir como Sorjonen (2016-) o Bron/Broen (2011-2018). El grupo de amigos ha reunido por el crimen y en el pasado se unieron por afición en la que se convirtieron en expertos en fabricar perfumes e identificar cada fragancia y esencia con un sentimiento o una sensación. Las esencias aromáticas pueden ser utilizadas para la manipulación emocional y psicológica de los personajes en una especie de masoquismo en el cual la violencia, el sadismo, el masoquismo, la misoginia y el crimen forman parte de la misma. Cada fase de la fragancia puede repercutir en la toma de unas decisiones concretas por parte de los personajes.
  5. Un goce de sentidos siniestro: perfume exacerbado, fetichismo sexual y psicopatía. El cuerpo de la mujer se concibe como un objeto fetichista sexual de un criminal. El cadáver no es fruto de un asesinato cualquiera sino de una fría disección que entraña una ideación compleja de la mente ejecutora y que reside en la mente patológica del perfil criminal. El trauma infantil se concibe como una causa subyacente del perfil criminal (lo cual no nos resulta narrativamente sorprendente, como podemos haber visto, también en Mindhunter, por ejemplo). En relación a este último ejemplo, el trauma infantil y la relación con la madre provoca desajuste en el desarrollo común de la personalidad y de la socialización lo cual influye, también, en la posibilidad potencial de tener conductas antisociales, disruptivas o incluso patológicas en ciernes. El afecto en la infancia ocupa un factor fundamental en el caso de Edmund Kemper (también conocido como “El asesino de las colegialas” y en el caso de Moritz de Vrier (quien se ha convertido en un obseso por las esencias y por alcanzar el perfume perfecto a costa del asesinato de mujeres). No sentirse querido en su entorno y, más concretamente, por sus figuras maternas será fundamental en el desarrollo de sus mentes y de sus acciones.
 

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