Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«A Simple Favor» o cómo satirizar la feminidad tóxica (entre otras muchas cosas)

En el mundo del cine nada es lo que parece. Sobre todo cuando visionamos los trailers promocionales. Ese formato que puede fomentar – o destruir – las expectativas de los espectadores sobre el contenido de las películas. En este sentido, cuando vi el trailer de A Simple FavorUn Pequeño Favor en su traducción en España – mis ideas preconcebidas sobre la película no podían ser más erróneas y acertadas a la vez. Una apreciación que es contradictoria en si misma, pero que cobrará sentido a continuación. Pero, mejor vayamos por partes.

Basada en la novela homónima de Darcey Bell editada el año pasado, A Simple Favor cuenta la historia de Stephanie Smothers (Anna Kendrick), una joven madre soltera cuya vida girará en torno a confeccionar videoblogs y a cuidar de su hijo Miles. En un encuentro fortuito conocerá a Emily Nelson (Blake Lively), una mujer sofisticada y misteriosa de la que, pronto, se convertirá en su mejor amiga. Entonces, la repentina ausencia de Emily supondrá un giro inesperado en la existencia de Stephanie, quien intentará con todos sus medios saber la verdad acerca de su desaparición. Así, con guión de Jessica Sharzer, la película se moverá entre las estructuras del thriller con sorprendentes giros argumentales que desvelarán el naturaleza de la desaparición de Emily – que ocupará la trama principal – y el planteamiento de situaciones sacadas de la más brillante comedia negra donde los diálogos estarán al servicio de sus dos protagonistas y sus extravagantes personalidades, cuyo interés centrará la mayor parte de la acción. Una hibridación de tonos que funcionará de maravilla y que propondrá una parodia metaficcional acerca del propio género del thriller y, en especial, de bestsellers con mujeres en el centro como Perdida (Gillian Flynn, 2013) o La Chica del Tren (Paula Hawkins, 2015).

Emily (Blake Lively) se convertirá en la "obsesión" de Stephanie (Anna Kendrick)
Emily (Blake Lively) se convertirá en la «obsesión» de Stephanie (Anna Kendrick)

De esta manera la propuesta de Paul Feig tendrá como principales aliados a los clichés del propio género, por un lado; y la ruptura del mismos que sorprenderán al público y que pervertirán cualquier prejuicio acerca de su trama y, en especial, de la evolución de los personajes, por otro lado. Ya hemos dicho que en el cine nada es lo que parece. Y mucho menos en A Simple Favor… En este sentido, todo el desarrollo de la trama estará enfocado a la construcción de nuestras dos protagonistas y a la subversión de los estereotipos que retratan, tanto dentro del propio argumento como en su extrapolación a la representación de la mujer dentro de la sociedad.

De esta forma, nos encontraremos a dos protagonistas que tendrán unas características muy claras desde un principio: mientras Stephanie será la perfecta ama de casa que entrega toda su existencia a su hijo y a actividades escolares, Emily será el prototipo de femme fatale independiente, malhablada y con una personalidad de ejecutiva agresiva. Dos identidades antagónicas que representarán los dos estereotipos por excelencia de los personajes femeninos en la ficción – en especial los patrones de las white suburban moms – y que en condiciones normales, no tendrían puntos en común para poder establecer una relación de amistad; como se reitera constantemente durante el film («Esas dos nunca podrán ser amigas»). Sin embargo, los caracteres opuestos de Stephanie y Emily no harán más que complementarse y transformarse a medida que avanza la acción, hasta el punto de realizar un cambio de roles. Así, la idea preconcebida que teníamos acerca de los personajes se irá disipando a raíz de la extraña conexión que compartirán ambas: la maternidad y un pasado traumático de los que debatirán entre risas, lágrimas y una copa de martini (al más puro estilo de Sexo en Nueva York).

Dos amigas comparten sus secretos frente a un martini
Dos amigas comparten sus secretos frente a un martini

Y es que, ya hemos dicho que en A Simple Favor, nada (ni nadie) es lo que parece… Así, las protagonistas de la cinta se establecerán como un juego entre contrarios que ayudarán a desmentir y a satirizar – a partes iguales – la feminidad tóxica. En este sentido, este objetivo se cumplirá a partir de dos ejes argumentales: la configuración de dos mujeres que, a pesar de su supuesta rivalidad, siguen siendo personajes complejos llenos de matices y con unas experiencias comunes que las unen más que las separa; y la predisposición de romper con la mirada masculina sobre la feminidad. Dos hechos que se representarán a través del personaje de Sean (Henry Goldwin), el marido de Emily, y que centrarán gran parte del discurso de la película. Y es que, ambas protagonistas serán fruto de la visión masculina acerca de la maternidad y el matrimonio. Por un lado, Stephanie será la buena madre quien cuida de los niños y de la casa a tiempo completo; y, por otro lado, Emily será la buena esposa quien siempre estará preparada para tener sexo y «mantener viva la llama» a disposición de su marido. Algo que, obviamente, acabará por desquiciar a ambas y quienes, más allá de «conquistar al hombre», preferirán responder a sus instintos particulares como mujeres y como madres.

En definitiva, me encantan que las películas me sorprendan y no sean nada como me las he imaginado. Así, lo que parecía un simple largometraje de rivalidad femenina y thriller canónico, ha terminado siendo una crítica sobre la ruptura de la mirada masculina, la reivindicación de la identidad de la mujer, del elitismo de la clase alta americana de los white suburbs y la desmitificación de la feminidad tóxica; al igual que una mordaz sátira acerca de los thrillers de sábado por la tarde. Una propuesta brillante y arriesgada que se complementará con unas Anna Kendrick y una Blake Lively extraordinarias en sus respectivos papeles y que, seguro, no dejará indiferente al espectador.

 

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