Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Aaron Sorkin: deconstruyendo a Steve Jobs.

Sin duda resulta un recurso muy fácil y socorrido el iniciar un post sobre un biopic escribiendo unas cuantas líneas acerca de la biografía del personaje al que se refiere la película. Una trampa malévola en la que todos hemos caído alguna vez y que se refleja en los comentarios que los espectadores hacen -o hacemos- al acabar de verla: «hay que ver cómo era», «uy, qué mal lo pasó», «el actor/actriz no se le parece en nada»… son algunas de las frases que todos tenemos en mente aunque no necesariamente en este orden. Lo cierto es que normalmente se nos olvida que un biopic no es un documental sino una ficción que un guionista elabora ofreciéndonos los rasgos más destacables y que considera oportunos para ofrecer su propia visión de la historia del personaje al que nos enfrentaremos como público.

Esta introducción justifica el título del post porque eso es lo que es Steve Jobs: la deconstrucción que Aaron Sorkin hace  de un personaje absolutamente carismático, de un comunicador nato, de un personaje que forma parte de la contemporaneidad y que es un icono cultural amado hasta extremos insospechados por unos y cuestionado por otros. Un personaje, en definitiva, que forma parte de nuestra vida cotidiana  -de hecho, este post está escrito con un Mac-,  de nuestras pasiones más frikis  -la relación entre Jobs y Lucasfilms- e incluso de las vidas de los más pequeños aunque ellos no lo sepan -con su ipad bajo el brazo como regalo navideño o asistiendo a las películas de animación de Pixar.

Así, Aaron Sorkin cuya trayectoria alcanza la televisión con series tan emblemáticas y críticas como Studio 60 on the Sunset Strip, Sports Night, The West Wing o The Newsroom, así como los guiones de A few good men, Moneyball y, especialmente The social network donde plasmará las andanzas de Mark Zuckerberg el creador de Facebook, nos ofrece una historia basada en la biografía autorizada de Steve Jobs realizada por el periodista Walter Isaacson en 2014 en la que las entrevistas con familiares, colaboradores, competidores y el propio Jobs conformarán un retablo poliédrico del personaje. Un personaje poliédrico que Michael Fassbender matizará de manera espectacular a lo largo de toda la película. Sin duda, un papel que bien le puede suponer un Óscar al mejor actor con permiso o no de Leonardo di Caprio. Conoceremos las listas de candidatos el próximo día 14 de enero, en menos de una semanita.

Steve+Jobs+Fassbender
Michael Fassbender construye una impresionante interpretación de Steve Jobs

Planteada en tres actos literales que no necesariamente se ajustan a los cánones de la dramaturgia del guión cinematográfico y que van a relatar tres momentos de la biografía de Jobs: la presentación en 1984 del Mac 128k, la presentación del Next en 1988 y la presentación del iMac G3 en 1998. Y hablamos de presentaciones porque éstas van a ser el nexo de los momentos de deconstrucción y también de re-construcción por parte de las audiencias del personaje de Jobs. En todas ellas, Sorkin nos presentará a un personaje en constante movimiento, absolutamente pendiente de los más mínimos detalles que puedan ocasionar un fracaso en la presentación de su producto y con una extrema necesidad de control obsesivo sobre todo y todos. Un dinamismo que servirá para construir gradualmente al ídolo mediático y al icono cultural de la contemporaneidad.

Sin embargo, poco nos importan los tecnicismos que atraviesan los diálogos como tampoco nos resulta imprescindible saber qué modelo es el que se está presentando en la película  -a no ser por la nostalgia para los más mayores de decir si tuvimos o no ese modelo de Mac y en qué momento de nuestra vida- porque lo que realmente interesa son los personajes con los que se cruzará Steve Jobs en cada uno de los actos de esta película y que servirán de contrapunto para la construcción del personaje principal. Las relaciones entre Jobs y su hija Lisa cuya paternidad se niega a reconocer y que ocuparán algunas partes de la película, las conflictivas situaciones personales con su socio Steve Wozniak (Seth Rogen), los conflictos con su jefe comercial John Sculley (un más que estupendo Jeff Daniels)  y la junta directiva de Apple van a servir para darnos una visión mucho más intimista del personaje así como nos ofrece esa perspectiva poliédrica  a la que nos hemos referido. Un personaje multifacético en todos los sentidos al que perseguirá literalmente su jefa de marketing Joana Hoffman, el Pepito Grillo particular de Jobs que tendrá los rasgos de Kate Winslet con quien Michael Fassbender tendrá una simbiosis realmente destacable. En cualquier caso, la empatía o antipatía con el personaje estará en manos del espectador.

Steve Jobs
Michael Fassbender y Kate Winslet, una simbiosis más que perfecta

Todos estos elementos tienen una marca destacable, la de su guionista Aaron Sorkin. La viveza de los diálogos que caracterizará a todas las producciones de Sorkin se hará patente en la película como también lo estará el omnipresente tema de los medios de comunicación, un elemento común a muchos de los trabajos de este productor, guionista, actor y autor teatral nacido en Nueva York en 1961 y que cuenta en su haber con un Oscar al mejor guión adaptado justamente por The Social Network (2011) dirigida por David Fincher. El microcosmos vital de las redacciones y de los equipos que las forman no serán para Sorkin más que el reflejo de la importancia de los medios de comunicación en la sociedad a la que, sin duda, informa pero cuya opinión dirige, condiciona o manipula; un planteamiento general que se individualizará en los casos de Zukerberg y Jobs, los dos grandes representantes de la idea del sueño americano contemporáneo: de la democratización de la tecnología el segundo, y de las relaciones interpersonales el primero. Ambos partirán de la nada, ambos se convertirán en self-made millionaires, ambos revolucionarán la idea de la información, ambos serán figuras mediáticas creadoras de opinión en sí mismas.

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Steve Jobs-Fassbender en el camerino en los momentos previos a su primera presentación

Y justamente este dinamismo en el diálogo y la fragmentación temporal de la historia condicionará la puesta en escena en manos de Danny Boyle al que no le resulta ajeno este tipo de narración tal como demuestran sus dos filmes más emblemáticos, Trainspotting (1996) y Slumdog Millionaire (2008). Así, el ritmo de los personajes y sus relaciones condicionarán no solo el ritmo de la película sino también la gradación de las informaciones sobre los momentos seleccionados de la biografía de Jobs que serán intercalados de manera soberbia a lo largo del film manteniendo al espectador realmente enganchado a la explicación de una historia a la que asistimos casi como voyeurs de los acontecimientos e incluso opinando inconscientemente sobre lo que se nos va mostrando en pantalla. Todo ello convierte Steve Jobs en un mecanismo de relojería en el que guión, interpretación y dirección van al unísono, sin ningún elemento discordante. Una película digna de ver, sin ningún género de duda.

 

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