Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Afectos y venganzas, «Mommy» (AHS Hotel, 5×03)

Tras los constantes sobresaltos a los que hemos sido sometidos en los dos primeros capítulos  de Hotel, el episodio Mommy supone un respiro  -siempre muy relativo – para los espectadores que, tal como sucede en todas las dramaturgias que nos propone el tándem Murphy-Falchuck, responde a una voluntad narrativa específica que no es otra que la de sumergirnos en la trayectoria vital de los personajes.

Contrariamente a lo que sucede en otras entregas de American Horror Story en las que la reunión de todos los personajes de la acción en el espacio que enmarca el argumento  suele producirse en la segunda mitad de la temporada,  las líneas temáticas de Mommy  servirán para agrupar a todos los integrantes de la historia del Hotel Cortez.

Mientras los dos primeros episodios de Hotel cumplirán de manera escrupulosa con las premisas de delimitación de los dos grandes caminos de la historia y la presentación de personajes así como establecerán las alianzas y oposiciones entre ellos, Mommy se centrará de manera especial en el desarrollo de un tema muy querido por Murphy, el de la maternidad que, a lo largo del capítulo, no solo confirmará al Hotel Cortez como un microcosmos magnético del que es imposible escapar sino especialmente servirá para la introspección de personajes y la delimitación de la funcionalidad de algunos de ellos.

La necesidad de la maternidad, Alex y Holden

Ya desde las primeras escenas del episodio se nos confirmará la simbiosis que se produce entre la idea de la maternidad y el personaje de la pediatra Alex Powell. El caso de un niño gravemente enfermo de varicela a causa de la  decisión de los padres de no vacunarlo -una clara crítica además de un posicionamiento personal de Murphy a la polémica suscitada en los Estados Unidos al respecto tras un caso similar- servirá para presentar la necesidad vital de Alex de ser madre, de su dependencia respecto a su hijo Holden y el rechazo a su marido tras el nacimiento y, como consecuencia, de su trauma personal, a su intento de suicidio. La necesidad de la maternidad sumado al stress postraumático de la hipotética muerte del pequeño  -un esquema semejante al de Nora Montgomery de Murder House–  la llevarán a la presentación de los papeles de divorcio en l actual residencia de John, el Hotel Cortez.

Por otra parte, Donovan, recientemente destronado como pareja vampírica de The Countess por el malcriado Tristan  -que tanto recuerda a Dandy Mott de Freak Show– y que no encuentra su lugar ni dentro ni fuera del hotel,  repudiará cruelmente a su madre Iris que será configurada como la madre abnegada que es capaz de hacer cualquier cosa por su hijo, única razón de su existencia. Y cuando decimos cualquier cosa, es justamente eso y con mayúsculas,  tal como vemos ya en el primer episodio de la entrega y que nos recuerda a la relación entre Gloria y Dandy Mott en Freak Show. Pero también a la inversa, Donovan volverá al regazo materno consciente de que, aunque sean incompatibles, Iris es «la» madre, como también sucederá con Violet y Vivien Harmon en Murder House,  Johnny Morgan y Lana Winters en Asylum, Cordelia y Fiona Goode en Coven; y Johnny y Ethel Darling en Freak Show.

Donovan e Iris, la relación amor-odio

Tanto la pareja Alex-John Powell como la formada por Iris-Donovan tendrán en los personajes de Hypodermic Sally y Liz Taylor a sus principales aliados.  Y es que los personajes más lynchianos de Hotel van a empezar a adquirir una importancia como personajes funcionales de la historia: la primera como catalizadora de las necesidades de cada uno de los personajes (ángel de la muerte postmoderno para Iris y personificación de las dudas profesionales y afectivas de John Powell), el segundo -o la segunda-  como personaje silencioso voyeur pero que actúa como conciencia -por ahora- de algunos de sus compañeros del hotel. En ambos casos servirán como puente de unión entre la realidad de la acción y la psicología de los personajes.

Pero sin duda uno de los momentos más interesantes del episodio es la aparición del personaje que servirá sin ninguna duda de contrapunto a las acciones de The Countess al tiempo que mostrará el lado más humano del personaje interpretado por Lady Gaga hasta ahora como carente de cualquier tipo de emoción. Nos referimos a Ramona Royale interpretado por una guapísima Angela Basset.

Ramona Royale y The Countess

En una clara referencia al género del «blaxplotation» representado a finales de los años setenta por el personaje de Foxy Brown interpretado por Pam Grier y con una estética muy en estilo Tarantino – fiel devoto de las películas de este género tal como demuestra, entre otras, Django Unchained-  la ex-estrella de cine volverá al Hotel Cortez para vengarse de la muerte de su amante a manos de The Countess con quien mantuvo una importante relación sentimental; una línea argumental que sin duda dará momentos más que interesantes a la acción pero que indudablemente ofrecerá  -como ya ha hecho- una nueva dimensión a The Countess y, por extensión, a los personajes femeninos de Hotel quienes, a pesar del enorme elenco masculino de la entrega, siguen siendo decisivos. Pero de ello seguramente trataremos en otros posts de este particular seguimiento.

Lo mejor: el desarrollo de los personajes de Hypodermic Sally y Liz Taylor

Lo peor:  sigue resultando imposible llenar esta línea.¡¡¡ Qué le vamos a hacer, Murphy me puede!!!

Lo inefable: la presentación «American Hustle» de Ramona Royale y los jump cut de su relación con The Countess.

 

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