«Bright Lights»: el último adiós a Debbie Reynolds y Carrie Fisher
Hoy en nuestra sección de cine toca el post que cualquier cinéfilo desearía no tener que escribir nunca: el homenaje póstumo a un artista que quieres con locura y al que admiras. Salvo que, en este caso concreto, tal vez sea todavía más amarga la redacción porque, no solo es uno sino dos los personajes que nos han dejado. Y de la manera más trágica posible. Hoy hace exactamente un mes de la muerte de una de las mujeres más queridas y respetadas de la industria cinematográfica: la estupenda Carrie Fisher nos dejaba a los 60 años de un paro cardíaco para la sorpresa y lamento de todos sus fans. A la tragedia se le añadiría tan solo 24 horas después el fallecimiento de su madre, la mítica estrella del musical de la época dorada de Hollywood, la actriz Debbie Reynolds a los 84 años de un derrame cerebral la que, casi como si ella misma predijera su final, había declarado que «quería estar junto a Carrie»
Así, hoy volveremos a despedir una vez más a madre e hija con la recomendación del documental producido por la factoría HBO «Bright Lights». Estrenado en el último Festival de Cannes en un circuito fuera de competición y con críticas muy positivas, la cadena decidiría adelantar su emisión al 7 de enero a pesar de que estaba programada para marzo de este mismo año. Con la coletilla de «Starring Carrie Fisher & Debbie Reynolds», a grandes rasgos, la cinta se focalizará en las semanas previas a la entrega del Lifetime Achievement Award a Debbie Reynolds por parte del Sindicato de Actores en 2015 y en donde su hija Carrie – y el inseparable perro de esta última, Gary Fisher – la ayudará a preparase para el evento. Así, en estos días en los que nos dejarán entrar en sus fantásticas y extravagantes casas de Los Ángeles, ambas compartirán historias sobre su complicada y turbulenta relación de amor-odio.
Bajo la dirección de Alexis Bloom y Fisher Stevens, la filmación del material se recogió entre finales del 2014 y principios de 2015 en un periodo especialmente ocupado en las vidas de ambas en donde Fisher se preparaba para su esperadísimo retorno como la General Leia Organa en «El Despertar de la Fuerza» (a la que vemos entrenar duro para ponerse en forma) y, a pesar de su estado físico (y de la negativa de su hija), Reynolds organizaba un concierto masivo en Las Vegas. Con una definición aproximada entre «the show must go on» y «there’s no bussiness like show bussiness», el documental tiene ciertos ecos muy claros a «Postales desde el Filo», novela de ficción que Carrie Fisher escribió en un momento en el que acumulaba mucha rabia hacia su madre, la que ilustraba la relación entre una joven actriz y su controladora y agobiante madre, antigua diva del celuloide.
Con la duración de 95 minutos, el documental es realmente completo. Entre entrevistas y conversaciones con el humor ácido tan característico de las dos (como se muestra en las imágenes que acompañan el post estraidos directamente de la cinta) e imágenes de videos caseros familiares inéditos, por un lado, se realizará una retrospectiva de sus carreras en donde, obligatoriamente, surgirán las consecuencias de la fama de triunfar a temprana edad y como iconos respectivos de su época; y por otro lado, un repaso a sus vidas personales donde las reflexiones de Debbie Reynolds sobre el escandaloso divorcio de Eddie Fisher y su “frenemistad” con Elizabeth Taylor o las adicciones al alcohol y a las drogas de Carrie Fisher, juntamente con sus trastornos mentales, y su vida como hija de estrellas de Hollywood serán los temas fuertes de conversación. Además, y lo más importante, se reflejará el cómo se referirán una de la otra que, al fin y al cabo, es el eje central del film.
Por supuesto, el significado y la lectura del documental ha cambiado radicalmente tras la muerte de ambas actrices. Lo que se anticipaba como una retrospectiva personal y esclarecimiento de la relación entre ambas, ha acabado convirtiéndose en una manifestación de duelo para la industria cinematográfica y para el fandom. Una triste y emotiva (aunque divertidísima) carta de despedida que, tanto una como la otra, nos escribieron sin quererlo.
Así que, en esta ocasión, voy a dejar que las imágenes hablen por si mismas y solamente puedo recomendaros que veáis esta magnífico documental. Además de ser iconos de la gran pantalla, Debbie Reynolds y Carrie Fisher eran dos mujeres dignas de admirar. La madre: estrella y referente del musical clásico y principal protectora de la cultura cinematográfica de su país con miles de piezas históricas que fue pacientemente recolectando durante los años – como las zapatillas rojas de Dorothy en «El Mago de Oz» o el vestido de Marylin Monroe en «La Tentación Vive Arriba»; y, la hija: icono de una generación entera y reconvertida en escritora/guionista con crónicas de sus experiencias personales – siempre en clave de humor, por supuesto – con libros como «Wishful Drinking», «Shockaholic» o «The Princess Diarist» (que también los recomiendo con fevor si queréis disfrutar de una buen lectura) Dos luchadoras natas que decían lo que pensaban y como se les pasaba por la cabeza sin importarles la opinión de los demás. En definitiva, dos de las grandes. Así que, donde quiera que estén, que la fuerza las acompañe.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora de cine de animación y videojuegos en CESAG-Comillas. Interesada en la investigación en game studies y TV studies. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en todo aquello que tenga relación con la construcción estética y dramatúrgica del espacio en la ficción televisiva, cinematográfica y en los videojuegos.