Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Casi sin tiempo para morir

Este 2021 ha tenido cosas muy buenas, pero que después de un año y medio se haya estrenado Sin tiempo para morir, ha sido lo mejor sin duda. Al ritmo de Billie Eilish con No Time To Die da comienzo el ultimátum de Daniel Craig como James Bond, una apertura muy potente con un opening extremadamente cuidado al detalle, haciendo un breve repaso de las películas de este actor, así como dando pistas de lo que va a ocurrir en este largometraje.

Avisamos de que este artículo contiene spoilers.

La clausura de Daniel Craig como James Bond ha sido muy criticada por el hecho de que el espía fallezca. Pero a una servidora le parece una de las mejores películas del Bond de Craig, no solo porque me parece muy buen espía y un gran actor, sino porque el personaje ha sido adaptado para que se adecúe al cine que reina hoy en día: el de acción. Cuando se estrenó la primera película de Bond en 1962 (Agente 007 contra el doctor No, Terence Young) el espía lo protagonizaba Sean Connery -a mi gusto el mejor Bond- pero si hay algo que se hace a día de hoy, y que pecamos la mayoría, es comparar. El cine va evolucionando: se esfumó el sistema de estudios para dar paso a un cine nuevo (el New Hollywood) en los años 70, el cine familiar de los 80, la revolución digital y existencial de los 90, el nuevo milenio y la actual falta de creatividad. Durante la historia del cine ha habido grandes cambios y continúa habiendo, por eso creo que pecamos en comparar a Connery con Craig, ya que ha habido tantos cambios en estas dos épocas que es imposible asemejarlos.

Daniel Craig en Londres en el rodaje de la película.

La primera película protagonizada por Craig como Bond fue Casino Royale, a mi parecer la mejor película de la saga -junto con Skyfall– y no solo porque tenga una fotografía extraordinaria sino porque es una presentación de un personaje pícaro y provocador, que al principio de la saga cae hasta en desgracia. Pero con el paso de las películas podemos ver cierto cambio en su comportamiento, pero con el mismo humor inglés, la picardía y la provocación a un nivel un poco más bajo. Yo, como consumidora del cine mainstream, también entiendo que el final fuera poco satisfactorio, porque en toda la historia de Bond, ninguno ha fallecido. Pero no creo que sea tan simple como eso. Hay que ir un poco más allá.

En este largometraje, Bond está intentando salvar a la ciudadanía de una nueva arma, que consiste en que unos nanobots se incrustan en las células, haciendo imposible que se substraigan y además que se pasan con el tacto. El villano en cuestión de esta entrega es Safin (Rami Malek), un villano bastante flojo a mi parecer por una falta de carisma tremenda y con muy poca presencia en pantalla. Y sin mencionar el parecido de la trama con la actual pandemia del covid-19, que incluso llega a asustar ya que la película se grabó el año posterior y tuvo que ser reestrenada hasta 3 veces por el virus.

Volviendo a la supuesta simplificación de la trama que creo que se ha hecho de esta peli, he de recalcar que el final tiene un gran nivel emocional y sentimental ya que Bond decide morir antes que no poder tocar a sus seres queridos, en este caso su familia: Madeleine y su hija Mathilde (que resulta ser fruto de la relación que ambos tuvieron cuatro años atrás). El espía decide sacrificarse no solo por su familia, sino por millones de personas para que no se contagien con esta arma de destrucción masiva. En este largometraje, apreciamos a un Bond que, por raro que parezca, pone a sus seres queridos por delante de él. Por supuesto que podría haber salido de la isla perfectamente (es James Bond por el amor de Dios) pero, ¿a qué precio? No pudiendo mostrar afecto por las personas a las que mas quiere en la faz de la tierra: su familia. Y, sí, es raro que Bond tenga una relación seria, porque siempre ha sido un hombre sin ataduras, pero es lo bonito de esta película: hemos podido ver una pequeña evolución de un personaje salido de una novela, la evolución de un mujeriego a un hombre que decide dar su vida para salvar a la de sus seres queridos.

Por último quiero reivindicar el papel que tienen las mujeres en esta película: Ana de Armas (Paloma) está tan maravillosa, que su presencia en pantalla se hace corta, se nota la gracia natural que tiene y queda muy bien con Craig en pantalla, una absoluta delicia (sin hablar del vestido que inspira Elvira Hancock vibes); Lea Seydoux (Madeleine) también está radiante. Para mi es la mejor chica Bond de la etapa Craig, ya que tiene una belleza y un encanto peculiar, además de que es una actriz como la copa de un pino y es un personaje muy fuerte que conecta muy bien con Craig. Lashana Lynch (Nomi) hace saltar las alarmas cuando es nombrada 007, ya que actualmente se está debatiendo si el siguiente espía tendría que ser mujer, y se ha llegado a hablar de que la incorporación de Lynch podría ser una preparación para el público. Creo que su papel es como el de Craig pero en chica, que hacia el final se reblandece, tras haber estado toda la cinta con una actitud chulesca y arrogante. Y por último, Billie Eilish, que entendió la tarea perfectamente dándole un ritmo muy acertado a la película, con el late motiv recurrente durante todo el largometraje y con una letra especialmente bonita. Recuerda a la maravillosa Skyfall de Adele.

Ana de Armas demuestra su destreza en esta breve pero intensa escena.

En definitiva, creo que esta película es una despedida un tanto amarga pero, a mi parecer, con cierto sentido. Despedimos a Bond con un clímax sonoro y visual muy potente, que cuando estás en el cine te hace pensar que como puede ser que se vaya a morir con lo que ha sobrevivido este hombre. Pero luego lo entiendes. Entiendes que no quiere estar al lado de su familia si no va a poder abrazarlas, cuidarlas, estar a su lado… No creo que Craig sea el mejor James Bond, pero es el Bond que necesitaba esta etapa, y a mi parecer, ha sabido adaptarse muy bien al cambio y ha hecho un trabajo fenomenal. Te echaremos de menos, Sr. Craig.

 

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