Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Cinco razones (ambivalentes) para ver Girls»

Girls se viene emitiendo desde el 15 de abril de 2012. A finales del mes pasado empezaba su quinta temporada y parece ser que la siguiente va a serla última. Así que es buen momento para pararnos a pensar por qué razones es interesante ver esta serie, antes de que sea demasiado tarde. Como reza el título, los motivos que voy a enumerar son ambivalentes, tienen, por así decirlo, «cara y cruz», al igual que mi interés por analizar la serie -lo confieso- y como los dispares tipos de críticas que viene recibiendo desde que existe. Tratemos de ir desvelando por qué:

1. Tiene como protagonistas a las mujeres. Pero, cuidado: este hecho no debe traducirse simplemente como consecuencia de una creciente importancia de las mujeres en la sociedad, sino que, como explica Taylor Nygaard, este protagonismo femenino responde en gran parte a una estrategia de mercado de la cadena HBO, que tiene el fin de expandir su audiencia, tradicionalmente masculina. Así, trataba de conseguir un incremento de subscripciones (de mujeres sobre todo) similar al experimentado por cadenas de la competencia como Showtime, que apostaron en su programación por ellas. No obstante, para no perder al sector de público masculino -como añade la especialista-, la cadena ha promovido la comparación de Lena Dunham con autores masculinos como Woody Allen y subrayar la co-autoría de un hombre, Judd Apatow. Y, a pesar de la insistencia de la creadora en sus buenos propósitos feministas, una observación meditada de Girls nos lleva a concluir que la imagen que se ofrece de las mujeres no es precisamente favorable.

2. Refleja una nueva generación: En el primer episodio, la protagonista confiesa a sus padres que considera que podría ser la voz de su generación, para justo después rectificar y aseverar de forma más acertada: «O al menos una voz de una generación». Considero que estas últimas palabras son las que describen realmente la serie, pues, efectivamente, por una parte, Dunham refleja muchos de los rasgos propios de la generación actual de veinteañeros que ha venido a denominarse con el término inglés «millennials». Así puede verse en el uso continuo de redes sociales de diverso tipo para estar en contacto con los conocidos, el compartir vivencias, fotos, videos y música (casi al mismo nivel) por medio de Internet, la búsqueda infructuosa de trabajo paralela a la de la propia identidad en medio de crisis tanto laborales como personales, etc. Pero, por otra parte, la voz de Dunham no deja de ser solo «una voz» de «una generación», ya que su trabajo se centra tanto en sus propias vivencias (de mujer blanca, de clase media alta), que son muchos los jóvenes que se han quejado de no sentirse para nada reflejados en él. Se esperaba que un título tan amplio como Girls y el reparto (aunque no muy equitativo) de protagonismo entre cuatro, reflejaría un espectro más amplio de experiencias que el que finalmente muestra la serie.

3. Es una comedia: La primera expectativa que crea esta afirmación es que la serie nos va a hacer reír. Pero somos muchos quienes no encontramos en ella mucho de qué reírnos. A ello hay que sumar que los personajes de la serie no dan la impresión de ser felices, sino todo lo contrario (son víctimas, por ejemplo, de problemas psicológicos y de adicciones nocivas que les impiden disfrutar. Además, el (poco) humor de la serie está estrechamente relacionado con el denominado «machismo hipster«, de forma que -por resumirlo a grandes rasgos- el fin justifica los medios: es decir, con tal de reírnos, no importa que ridiculicemos, por ejemplo, el cuerpo obeso de una mujer, a ser posible cubriéndolo con ropas ridículas que susciten la carcajada. La segunda expectativa, desde la crítica feminista, es que, usando la comedia, Lena Dunham -autoproclamada feminista- tendrá más fácil el mostrar propuestas que sirvan para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, aprovechando las características narrativas de este género que, según especialistas como Amanda D. Lotz suelen facilitar contenidos subversivos. Pero, como ya he explicado en una anterior entrada de este blog (http://www.rirca.es/se-podria-considerar-girls-como-una-serie-feminista/), no está tan claro que Girls transmita precisamente contenidos feministas.

4. Plasma la vida en Nueva York: Sólo en 2011, por dar un ejemplo, se filmaron 188 películas, y episodios de 25 series de televisión de primetime. Está claro que Nueva York «vende», así que Dunham no la ha dejado escapar. No en vano, existen numerosos tours guiados para visitar las localizaciones de sus filmaciones. Sin embargo, no esperemos ver en Girls los lugares más emblemáticos de la Gran Manzana, sino otros más alternativos (cómo no); ni tampoco esperemos poder tomar el rico y diverso pulso de la ciudad, sino más bien sólamente como la vive el grupo de privilegiadas que protagoniza la serie. Uno de los aspectos más criticados por sus espectadores es su falta de realismo en cuanto a la presencia de variedad étnica, que es una de las principales características de esta ciudad esencialmente cosmopolita. (Véase, por ejemplo, http://www.foxnews.com/entertainment/2012/04/18/criticism-hbo-girls-for-being-about-white-girls-money-whining-justified/).

5. Su música: Como explica Cloé H. Johnson, Dunham (con la ayuda de Manish Raval, Tom Wolfe, Jonathan Leahy, Judd Apatow and Jenni Konner) otorga a la música una doble función: hace que se entiendan mejor los temas que se van tratando en Girls (en su capítulo ofrece ejemplos concretos de ello) y constituye por sí misma uno de los elementos que inspira a los jóvenes -personajes y televidentes- para construir su propia identidad. No obstante, hay que tener en cuenta que la música de la serie es principalmente la propia de la actual generación de millennials, por lo que los espectadores no pueden recurrir a asociaciones musicales «nostálgicas» como ocurre en otras series de televisión sobre jóvenes en las que se suele usar música muy conocida. Aunque el hecho de que se hayan comercializado recopilaciones de la banda sonora de Girls parece abalar su atractivo, también hay quien critica la poca objetividad de Dunham en su selección de artistas, ya que uno de los «elegidos» es su propio novio, Jack Antonoff (de la banda Fun). Puede verse un lista completa de los temas musicales de la serie en: http://www.stereogum.com/1067341/the-8-best-music-moments-from-hbos-girls/franchises/list/

Espero que estas cinco razones ambivalentes fomenten la actividad crítica de los telespectadores de Girls, que tiene, como casi todo en esta vida, sus lados positivos y negativos. Lo importante es que seamos conscientes de ello y no juzguemos la realidad (en este contexto, más concretamente, los productos televisivos) de forma superficial o, peor aún, con parámetros y juicios ajenos, que pueden esconder detrás de sí intereses de distinto tipo.

Obras citadas:
Johnson, Chloé H. (2014) «Dancing on My Own: Popular Music and Issues of Identity in Girls.» HBO’s Girls: Questions of Gender, Politics, and Millennial Angst. Eds. Betty Kaklamanidou and Margaret Tally. Newcastle: Cambridge Scholars Publishing: 186-198.

Lotz, Amanda D. “Postfeminist Television Criticism: Rehabilitating Critical Terms and Identifying Postfeminist Attributes.” Feminist Media Studies, Vol. 1, No. 1, 2001.

Nygaard, Taylor (2013) «Girls Just Want to Be ‘Quality’: HBO, Lena Dunham, and Girls’ Conflicting Br4and Identity,» Feminist Media Studies, 13:2, 370-374.

 

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