Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

De la IA omnipotente al thriller (post)moderno: el brillante regreso de «Psycho Pass 3»

Un dron de transporte se estrella contra un barco cargado de emigrantes en el puerto, algo absolutamente inusual y hasta cierto punto sospechoso. La Oficina de Seguridad Pública con sus nuevos miembros dirigidos por la inspectora Mika Shimotsuki se encargan de una compleja investigación que conducirá hacia una sórdida organización, Bifrost. Subvirtiendo el modelo establecido por el sistema inteligente Sybil, Bifrost intentará controlar la política del país a través de un sistema paralelo conspirativo en el que Japón va a ser dirigido por un número reducido de personas con intereses económicos muy definidos que no duda en recurrir a la creación de una banda terrorista para conseguirlos. Esta es, expresada de una manera más que resumida y parcial, la premisa inicial de la tercera entrega de la serie Psycho Pass, estrenada en octubre de 2019 y desarrollada a lo largo de ocho episodios dobles. Una temporada que supone el resurgir de una serie que podemos calificar como de desigual en sus entregas anteriores y que ha encontrado una estructura narrativa diferente que, lejos de repetir formatos anteriores centrados exclusivamente en la tarea de los inspectores/ejecutores y la sumisión—o todo lo contrario— al sistema Sybil, se centra en la construcción de argumentos contemporáneos y la configuración de personajes contradictorios. Un cambio drástico que tiene como consecuencia la incorporación de los presupuestos iniciales de la serie en la sociedad actual dejando de lado los, a veces complicados y farragosos, discursos teóricos posthumanistas.

Nobuchika Ginoza reaparecerá en la nueva entrega de la serie

Y nada mejor para ello que construir un thriller milimétrico cuyo punto de partida es el problema migratorio. Un tema que, aunque tenga lugar en Japón, resulta ser global y que será el desencadenante de la pugna entre la Oficina de Seguridad Pública y la de Asuntos Exteriores como primer conflicto de la temporada. Algo que no sucedía en las anteriores y que es el inicio del punto de inflexión de la serie. De manera muy hábil —y nostálgica para los amantes de la primera temporada de Psycho Pass—  dos de los agentes defenestrados anteriormente van a formar parte de esta «pequeña guerra»: Shinya Kogami y Nobuchika Ginoza. Dos personajes que intervendrán puntualmente y de sorpresa —sobre todo para el espectador que no puede evitar una lagrimita al verlos de nuevo—  y que estarán en contacto con su antigua jefa, la inspectora Tsunemori de manera esporádica. Así, Psycho Pass ni rechaza su pasado ni lo recupera artificialmente, bien al contrario, lo integra de una manera orgánica y sin estridencias. Lo mismo que sucederá con la aparición de Yayoi Kunizuka ejerciendo de realizadora de un documental sobre los integrantes de la división 1 de la seguridad pública. Un acierto tras otro que tiene como colofón el mantenimiento en esta de la técnica informática Shion Karanomori, una especie de aglutinadora de la experiencia y la novedad, como lo es la tercera temporada.

Los inspectores Arata Shindo y Kei Mihail Ignatov serán los protagonistas de la entrega

Como hemos comentado, el choque del dron en el puerto supone el inicio de la trama. Un inicio de serie impactante como también lo son las primeras intervenciones de sus protagonistas: los inspectores Arata Shindo y Kei Mihail Ignatov. El primero, un joven extraño y hasta cierto punto infantil que tiene la habilidad mental de reconstruir los acontecimientos sucedidos en los escenarios criminales (mental trace) y que le producen no solo somnolencias en los lugares más inverosímiles sino, y de manera especial, un desgaste emocional y físico que pueden conducirle a la autodestrucción. El segundo, un inmigrante ruso y veterano de guerra que dejó su extremadamente violento país junto a su hermano y su mujer, controla las acciones mentales de Arata consciente del peligro que supone para el joven. Dos personajes contrapuestos que encajan a la perfección, dos personajes que mostrarán sus conflictos internos a medida que avanza la acción y, finalmente, dos personajes unidos por un pasado común conflictivo que descubriremos en el último episodio de la serie y que explica la relación de amor/odio y ultraprotección/dependencia que se establece entre ellos. En definitiva, unos personajes que evolucionan al mismo tiempo que lo hace la trama.

El nuevo equipo de «Psycho Pass 3» tal como aparecen en los títulos de crédito

Como también lo hacen el resto de miembros de la división, igual de contradictorios que los protagonistas. De este modo, los ejecutores de Psycho Pass 3 son personajes con backgrounds atormentados que irán transformándose de acuerdo con la acción para formar un equipo compacto, algo que no parece tener lugar al inicio de la temporada. Cada uno de ellos será, además, extremadamente funcional. Así, el joven Sho Hinakawa se conforma como el tech nerd de la unidad a la que accede por su amistad fraterna con Akane Tsunemori; el maduro Tenma Todoroki muestra una personalidad torturada constantemente por su latencia criminal genética diagnosticada sin motivos por Sybil a quien odia al igual que a su familia; el aparentemente despreocupado Kazumichi Irie huye de las «zonas abandonadas» de la ciudad e ingresa en la división 1 para poder ayudar a combatir el crimen en los barrios bajos a los que pertenecía; y, finalmente, la única mujer del grupo, Mao Kisaragi es la responsable de la muerte en accidente  de coche del inspector Fuse en el que fue gravemente herido el inspector Kira —un argumento que atraviesa toda la serie— a raíz del cual abandona su carrera como nadadora profesional y entra en contacto con Bifrost. Todos ellos recelarán de los nuevos inspectores con los que, finalmente, compartirán métodos de investigación extravagantes y alguna que otra ruptura de las normas admitidas y encubiertas ante Sybil por la inspectora Simotsuki.

La estética de Bifrost como reflejo de la mitología nórdica
La estética de Bifrost como reflejo de la mitología nórdica

Todos estos ingredientes encajan a la perfección en el esquema de thriller que nos propone la temporada. Una entrega en la que Sybil es lo de menos —de hecho, apenas aparece— a no ser porque Bifrost es la consecuencia de sus fallos y de las brechas que tiene abiertas como inteligencia artificial. Y también Bifrost es una referencia a la mitología nórdica en la que este nombre se destina al arco iris que une el mundo de los humanos con los de los dioses donde vive el dios vigilante que ocupa una cúpula central desde la que domina el devenir de los hombres. Y, añadiremos en este caso, de la sociedad a través de un inner job. De este modo, el choque del dron contra un carguero lleno de inmigrantes como ruptura del aislacionismo japonés propuesto por Sybil, es el detonante del inicio de una investigación que, de manera gradual, conduce al espectador hacia un entramado inmobiliario subprime ligado a la entrada masiva de migrantes en el país, a los bajos fondos dominados por Haruki Enomyia como hombre de Bifrost en estas actividades. Unas actividades de control económico que se amplían al intento de control político en las candidaturas a gobernador que enfrentan a dos personalidades que bien podríamos calificar como de populistas de acuerdo con los parámetros que se usan en los círculos políticos contemporáneos reales: la idol Karina Komya defensora de políticas más o menos liberales no exentas de una cierta dosis de buenismo no aceptadas por Bifrost, y el antiguo luchador de wrestling Kosuke «Herakles» Yakushiji de ideología más que cercana al supremacismo nipón. Ni que decir tiene que Bifrost hará lo indecible por interferir en los resultados electorales iniciándose, de este modo, el último paso de la conspiración de la entidad en la que se descubrirá un nuevo complot que servirá para poner en evidencia la corrupción en la gestión de la inmigración por parte del sistema político y su intento de bloqueo por parte de algunos líderes religiosos o todo lo contrario. Unos personajes que bien podríamos encontrar en los debates y/o presidencias contemporáneas y unas situaciones que nos resultan extraordinariamente cercanas  ¿O no lo estáis pensando mientras leéis estas líneas?  De este modo, Psycho Pass 3 cierra una narración cíclica iniciada por el choque de un dron donde las situaciones planteadas resultan de una tremenda contemporaneidad para los espectadores y cuyos resultados afectan directamente a los personajes. Sin embargo, el cierre argumental no implica el cierre del arco de los personajes, bien al contrario, sirven para abrir nuevas vías de exploración para nuevas temporadas con cliffhangers espectaculares; algo que echamos de menos en las temporadas anteriores donde el bloqueo final de los casos investigados implican la imposibilidad de continuación o, lo que sucedió en la segunda entrega, de una continuación impredecible y/o fallida.

Los arcos de los personajes no se cierran en la temporada tercera

Psycho Pass 3 ha vuelto y lo ha hecho por la puerta grande en un año donde hemos visto grandes series de anime que van más allá de una estética cyberpunk como es el caso de Babylon o con protagonistas antropomórficos como reflejo de los miedos y valores humanos como es el caso de Beastars. Todas ellas, independientemente de los argumentos que desarrollen, son series centradas en el retrato de personajes, unos personajes que muestran sus debilidades como personas en un entorno social que, de manera esencial, es hostil. Este es el gran mérito de Psycho Pass 3. Pero todavía tendremos que esperar para ver cómo evolucionan los cliffhangers dejados en el magistral último episodio de la temporada. Mientras tanto ,Productions I.G anuncian el lanzamiento de una película para la primavera de 2020, Psycho Pass 3: First Inspector de manera que el universo de inspectores y ejecutores se va ampliando con productos no solo audiovisuales como las series, las películas y el videojuego para PS4 Mandatory Happiness, sino también con la adaptación teatral Butai Psycho Pass: Virtue and Vice protagonizadas por actores reconocidos por los fans japoneses. Nosotros, como occidentales que no tenemos acceso a algunas de estas filigranas, tendremos que tener paciencia y esperar a la primavera para ver cómo continúan las andanzas de la división 1 a través de Amazon Prime Video.

 

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