Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

“Déjame Salir”, un potente thriller de temática racial

Déjame Salir supone el estreno como director de largometrajes de Jordan Peele. Se trata de un thriller protagonizado por el actor Daniel Kaluuya (conocido por su aparición en un episodio de la aclamada serie televisiva Black Mirror), que interpreta a Chris, un chico afroamericano cuya pareja es una chica blanca. La premisa es sencilla y poco novedosa; ha llegado el momento de que Chris conozca a sus suegros, y por más reticente que se muestre no habrá forma de eludir esta situación. Lo que sí llama la atención es que este argumento, que se ha utilizado en múltiples ocasiones en clave de comedia fácil, se utilice ahora en una película de terror y suspense. De ahí el interés que este filme ha suscitado entre los espectadores.

Al inicio de la acción Rose (Alison Williams) y el propio Chris se muestran como la pareja perfecta. Bien avenidos, acaramelados y, en definitiva, encantados con su relación, parecen llevar una vida perfecta juntos. Lo único que ensombrece el ánimo de Chris es el hecho de tener que conocer a sus suegros, ya que desconfía de cuál pueda ser su reacción cuando descubran que su hija (una chica blanca de clase social alta, una chica bien) está saliendo con un chico negro. Chris desconfía clara y abiertamente de las posibles actitudes que los padres de Rose puedan adoptar al conocerle, y se muestra muy escéptico al respecto. Rose por su parte trata de tranquilizarlo en todo momento, llegando a afirmar que su padre fue votante de Obama y volvería a serlo si se presentara una vez más a las eleccione. Por su parte, el mejor amigo de Chris, Rod (Lil Rey Howery), también negro, demuestra tener un discurso totalmente opuesto al de Rose, advirtiendo a Chris de los peligros de relacionarse con gente blanca a esos niveles.

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Chris y Rose, al inicio de la película.

Rod es el personaje cómico que cumple la función de rebajar la tensión en los momentos más tirantes, especialmente en aquellos en los que la cinta podría dar un mensaje político solemne que quizás no vaya con el género, algo que el director se encarga de evitar en todo momento, y, aun así, se puede percibir una crítica velada a lo largo de la película que puede evocar situaciones muy reales. Un policía que trata a un conductor de modo distinto por su color de piel o la excesiva condescendencia con la que los padres de Rose tratan a Chris nada más conocerlo son sólo dos ejemplos de esto, reflejos de sociedades en las que la igualdad racial todavía hoy es una asignatura pendiente. De ahí que nos podamos reír con los aportes humorísticos de Rod (como cuando advierte a Chris de que tenga cuidado con los padres blancos, o cuando va más allá para afirmar que algunos blancos sólo ven a los negros como esclavos sexuales) pero al mismo tiempo no esté fuera de lugar mantener cierto ojo crítico, y cuestionarnos que puede haber de cierto en todo esto, y qué es lo que el director está tratando de decir en realidad.

La armonía se mantiene hasta que Chris y Rose se marchan de la ciudad, sinónimo aquí de seguridad y de pensamiento civilizado, para trasladarse a la casa de campo en la que viven los padres de ella. Lo rural simboliza los valores de un pasado esclavista, en el que los negros eran explotados por los blancos en los campos de algodón. Así pues, resulta excelente la elección de este ámbito para representar lo que está por venir. Pese a que al principio todo es cordialidad, lo cierto es que el lugar está habitado en su práctica totalidad por blancos, con la excepción de algunos personajes negros que ocupan puestos de servidumbre, y que se demuestran incapaces de mantener una conversación fluida con Chris cuando este trata de encontrar una voz amiga que le permita escapar del interés claramente artificial de todos cuantos le rodean en la reunión organizada en el hogar de los Armitage. Algo chirría, y mucho, en estas actitudes, y el espectador no puede evitar preguntarse por el motivo de las mismas, enigma que no será resuelto hasta el final.

Chirs se encuentra con un ambiente enrarecido en el hogar de los Armitage. Algo extraño se masca en el ambiente.

En cuanto a los Armitage, se trata de una estirpe con una historia cuanto menos curiosa a sus espaldas, formada por un padre cirujano, una madre psiquiatra que dice haber inventado un nuevo método de hipnosis con el que es posible dejar de fumar de inmediato (conocimiento que insistirá en poner a disposición de un aparentemente poco interesado Chris), y un hijo de comportamiento errático, algo desequilibrado, además de la ya mencionada Rose. Desde el primer momento se detecta cierta disfunción en el funcionamiento de esta familia, aunque a priori resulta complejo descifrar de que se trata.

Así, Chris pasará un fin de semana de ensueño, relacionándose con gente extraña cuyas intenciones son cuantos menos opacas, y pegado al móvil, herramienta que utilizará para mantener el contacto con Rod, su amigo y confidente, un punto de apoyo externo que más que tranquilizar a Chris contribuirá a alarmarlo todavía más si cabe ante lo inusitado de todo cuanto sucede a su alrededor en la mansión. Y como no puede ser de otro modo en un thriller, la tensión irá en aumento hasta llevar al espectador a un desenlace que, al menos para un servidor, resulta ser tanto lo más destacable como lo más disfrutable de Déjame Salir.

En definitiva, Déjame Salir es un thriller de temática racial que sigue las premisas básicas del género de manera efectiva, que cuenta con una gran interpretación por parte de Daniel Kaluuya, con una atmósfera inquietante y un halo de misterio, así como con un desenlace potente que rompe con la monotonía de ciertas fases de la película, y que pese a rebajar el tono en lo concerniente a la cuestión racial no renuncia a poner sobre la mesa algunas cuestiones incómodas que todavía hoy, en pleno siglo XXI, resultan preocupantes y deberían ser de la incumbencia de todo el mundo. Si bien no podríamos catalogarlo de thriller con pretensiones políticas, tampoco parece acertado afirmar que Peele se desentienda totalmente del tema. Más bien al contrario; a buen entendedor…

 

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