Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

“Detention”, un hipnotizante survival horror ambientado en el Taiwán de los años 60

Detention es una aventura en 2D de scroll lateral que se enmarca en el género de los survival horror. Desarrollado por el estudio taiwanés Red Candle Games, su propuesta es francamente original en tanto en cuanto poco tiene que ver con la de grandes franquicias como Resident Evil, más allá de pertenecer al mismo género. Como suele ocurrir en la prolífica rama de los indie games, cuando un título se destaca sobre los demás suele ser por su marcado valor artístico, que va más allá de un aspecto visual hiperrealista. Aunque esta sea una cuestión subjetiva, algunos diríamos que Detention sobrepasa las fronteras de la mayoría de blockbusters de la industria a distintos niveles.

Uno de los primeros elementos a destacar es su ambientación. La acción transcurre en un instituto del Taiwán de los años 60,  que se encontraba bajo la ley marcial. Dos millones de chinos se exiliaron en la isla tras la victoria de las fuerzas comunistas, y así la República China subsistió tan solo en Taiwan, bajo el régimen del líder Chiang Kai-Shek. Este contexto histórico-político se pone de relieve en todo momento en Detention, a través de múltiples referencias al temor que impera en el instituto a incurrir en algún tipo de comportamiento o práctica contraria a los dictados del gobierno.  En tal contexto, la existencia de un club de lectura secreto en el que se manejan títulos explícitamente censurados por el estado se convierte en un acto de rebelión que debe acarrear consecuencias.

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El componente político es una fuerte presencia a lo largo de la aventura.

La protagonista de la aventura es Fang Ray Shin, una chica que se encuentra en su último año en el instituto de Greenwood. Todo comienza cuando Ray despierta en la escuela para descubrir que el lugar está desierto. Aparantemente esto se debería a una amenaza de tifón que habría empujado a todos a abandonar el lugar. Sólo ella y Wei Chung Ting, un compañero un año más joven, permanecen en el lugar. Sin embargo, parece haber algo de onírico en la atmósfera, lo que se confirma cuando Ray y Wei descubren que el puente de salida del instituto se ha derrumbado, y vislumbran un rio rojo a sus pies. Es entonces cuando la sensación inicial de estar habitando un lugar distinto a la realidad se verá confirmada y comenzarán a sucederse los episodios de horror e incomprensión.

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Ray y Wei descubren un rio rojo a la salida del instituto. ¿Estará compuesto de sangre?

A partir de aquí se va desgranando una rica narrativa que combina un contexto histórico, político y cultural muy concretos con la investigación del misterio que se esconde tras los personajes. El gran interrogante es la propia Ray, así como su relación con Wei, con el profesor Chang, con la profesora Yin o con el empleado de mantenimiento y ex militar, el señor Kao, que parece pertenecer a la policía secreta del régimen opresor. Para desentrañar el enigma en que se erige Detention será necesario resolver una serie de puzles al más puro estilo de los del género de la aventura gráfica mientras el jugador atraviesa parajes de pesadilla. Así, para avanzar en nuestras indagaciones habrá que encontrar distintos objetos que nos permitan abrirnos paso, amén de informaciones que posibiliten resolver acertijo tras acertijo.

La imaginería opresiva que plaga los distintos decorados hace del estético uno de los aspectos más trabajados del videojuego, algo que se combina a la perfección con un marcado componente poético. Paredes con ojos, relojes sangrantes o siniestros títeres se combinan con precisión con pasajes líricos del puño y letra de la propia Ray. Y es que la de Detention es en el fondo una historia de emociones individuales como el amor, la pérdida, el sufrimiento, la depresión, los celos o la melancolía que se combinan con motivos como el patriotismo, el nacionalismo extremo, las libertades individuales, la lealtad, la violencia de género o el suicidio, entre otros.

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Detention esta plagado de imágenes cuanto menos inquietantes.

Los motivos religiosos basados en la cultura y mitología taiwanesas dotan a la aventura de una frescura especial, aunque bien es cierto que muchos de ellos pueden escapar al ojo y al entendimiento del jugador occidental. Así, los fantasmas que habitan Greenwood High, conocidos como los “lingered” (algo así como “los que permanecen” o “los que merodean”) nos hablan de las creencias populares de Taiwan, aportando un valor extra a la experiencia de juego. Para escapar a una terrible muerte a manos de estas malvadas criaturas Ray deberá contener la respiración o eludir su mirada, para evitar así ser detectada.

Son varias las ocasiones a lo largo de la aventura en las que Ray se refiere a su periplo como una pesadilla sin fin, y la sensación de que los personajes son poco más que meras marionetas atrapadas en una alucinación se ve acrecentada a medida que el jugador avanza. El camino de la protagonista es de autoconocimiento y de redescubrimiento, y en él abundan los componentes traumáticos. Detention sufre una metamorfosis gradual, pasando de ser una aventura puramente de horror en sus primeros compases a  convertirse en una obra que invita a la reflexión a niveles que poco tienen que ver con este.

Así pues, puede decirse que Detention es un nuevo ejemplo del auge de los indie games, que tienden a ser breves (en este caso, poco más de dos horas serán suficientes para completar la aventura) pero cargados de valor más allá del puro entretenimiento. Lo lúdico se entremezcla con lo narrativo y lo visual conduciendo incluso a reflexiones de cariz ético-moral, por lo que una vez más resulta complicado sostener que todos los videojuegos sean sólo juegos. Un videojuego siempre será, por definición, un juego, pero también puede ser otras tantas cosas. ¿Puede entonces el videojuego ser una forma de arte?

 

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