Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

El regreso de «Gotham» a la pequeña pantalla

Regresa la serie “Gotham” a la pequeña pantalla con el estreno de su segunda temporada y una clara mejora sobre falta de rumbo de la primera, aunque pueda resultar temporal. Esta precuela de la saga de Batman con una estética que claramente hace referencia a la serie de los años sesenta y el universo de Tim Burton, aderezada con imágenes caricaturescas de gran violencia “a lo Nolan” y los cómics de Frank Miller – decapitaciones a tutiplé –, trata de recuperar un rumbo narrativo cohesionado, casi inexistente durante la primera temporada. El carácter extremadamente coral de episodios anteriores no permitía profundizar en la historia de Gotham en los albores de Batman y el caos al que es sometida la ciudad. Escrita en ocasiones con un tono infantil y caricaturesco, con acciones y motivaciones de los personajes presentados sin subtexto, este caos parece que llega a su fin en esta segunda temporada, en la que el personaje principal de Gordon adquiere mayor relevancia, al igual que el villano Theo Galvin, quien presumiblemente llega para quedarse.

Este primer episodio reduce su enfoque en Gordon, quien pierde su puesto de trabajo como policía tras las presiones del corrupto Comisionado Loeb, y presenta el dilema moral que subyace por igual en el personaje de Bruce, regresa: en ocasiones el fin justifica los medios. Gordon finalmente rompe sus propias normas éticas y la ley con un resultado que todavía está por definir. Si la serie permanece en esta ambivalencia, al menos Gordon crecerá como personaje tanto como Bruce Wayne. Podría decirse que este tema será significativo a lo largo de esta temporada, pues también se encuentra presente en el bildungsroman personal del joven Bruce, quien poco a poco descubre datos cuanto menos inquietantes sobre su propia familia tras descubrir el contenido de la batcueva.

Pero la más agradable sorpresa de la noche es Bárbara, uno de los personajes más planos y peor desarrollados de la primera temporada. Tras el asesinato de sus padres con ayuda del psicópata interpretado por Milo Ventimiglia, Bárbara adquiere una profundidad dramática nunca vista en el show hasta el momento, con una personalidad psicopática y fría que contrasta con su cálida belleza, lo que aporta en ocasiones dosis de humor al episodio, especialmente durante su encierro en la institución mental de Arkham, donde por cierto coincide con Jerome, un joven Joker. Todo ello ambientado bajo una estética caricaturesca de los años veinte y treinta. Curiosamente y si bien el objetivo principal de los guionistas no era convertir a Bárbara en una villana, la carga emocional y la agencia de este personaje en las pocas escenas que interpreta durante este primer episodio, la convierten sin duda en uno de los personajes más interesantes de todo el show. Veremos cuál es el devenir de la serie en futuros episodios y si se confirman todas estas sospechas.

 

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