Nombres propios: Evan Rachel Wood
No cabe duda que la nueva propuesta de HBO para 2017, Westworld, ha sido una de las mayores sorpresas en lo que llevamos de temporada. Además de una narrativa enrevesada, una temática tremendamente compleja y una ambientación cuidada al detalle, uno de los grandes alicientes de esta serie creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy es la espléndida configuración de sus personajes, al igual que también lo serán las extraordinarias interpretaciones de los actores que les dan vida. Grandes nombres del celuloide, liderados por Anthony Hopkins y Ed Harris, de los que seguro alguna que otra cara os resultará familiar aunque no sepáis donde ubicarla en un principio: Thandie Newton, Jeffrey Wright, James Marsden, Rodrigo Santoro, Clifton Collins, Ben Barnes… Por supuesto, todos habituales en nuestras películas favoritas actuando al lado de los actores protagonistas. Entre todos ellos, destacará un nombre en particular: Evan Rachel Wood. Protagonista absoluta de Westworld encarnando a la host más antigua del parque en busca de su propia identidad (y otras cosas en las que no entraremos aquí), el papel de Dolores Abernathy le ha permitido a Wood estar en primera línea después de dos décadas de trabajo. Pero, mejor vayamos por partes.
Nacida en Raleigh (Carolina del Norte) el 7 de Septiembre de 1987, Evan Rachel Wood empezaría su carrera profesional a principios de los ’90 con tan solo 9 añitos en papeles episódicos en series de televisión del momento y varias TV movies. Después de debutar como protagonista en la película Diggin to China en 1997, le llegarían dos papeles que la lanzarían como una de las estrellas infantiles del momento: uno de los roles principales del drama familiar Once and Again (1999-2002) y la miniserie Profiler (1998). Por supuesto, el talento de Wood no pasaría desapercibido ante los ojos de grandes nombres del cine y sería en 2002 cuando daría el salto a la gran pantalla como una de las protagonistas del western dirigido por Ron Howard junto a Tommy Lee Jones y Cate Blanchett, The Missing, en donde interpretaría a la hija mayor del personaje de Blanchett secuestrada por un grupo de apaches. A pesar de que el film no gozase de un gran éxito, la interpretación de Wood fue elogiada por muchos y supondría el despegue de su carrera. Con tan solo 12 años, la jovencísima actriz ya había obtenido 7 nominaciones a los Young Artist Awards – los Oscar de los actores infantiles – y ya se había consagrado como una de las estrellas juveniles con más futuro. Así, en 2003 obtendría el papel que definiría su carrera profesional: la protagonista de la cinta indie Thirteen.
En Thirteen daría vida a Tracy Freeland, una joven de 13 años modélica que transformará sus hábitos de manera repentina para contentar a las chicas populares del instituto y que se verá envuelta en un entorno rodeado de violencia, sexo y drogas. Aunque la película suscitó mucha controversia en su momento debido a su temática y a las fuertes escenas que involucraban a menores de edad en situaciones muy peliagudas, pronto se convertiría en una cinta de culto dando un fiel retrato de la preadolescencia en entornos marginales en donde la más que creíble interpretación de Evan Rachel Wood era el mayor de sus puntos fuertes – siendo, en mi modesta opinión, el mejor papel de su carrera hasta la fecha – con una nominación a los Globos de Oro como Mejor Actriz Protagonista a la edad de 14 años.
A partir de aquí, la predilección de Wood por los personajes de naturaleza rebelde (en todos los sentidos) ha sido lo que ha definido gran parte de su carrera tras Thirteen durante su adolescencia y su carrera en general. Tal vez, también guida por su extravangante personalidad fuera de las cámaras y su título de «estrella infantil» que la obligaron a madurar de manera prematura. Su aspecto de chica angelical se combina con personajes outsiders con una personalidad incomprendida, problemática, de comportamiento cuestionable en algún que otro caso y con una moralidad propia. Un patrón que seguirán la gran mayoría de sus roles a lo largo de casi veinte años en la profesión, seguramente por la dificultad de enmarcarla en una clasificación concreta. Por un lado, gracias a su aspecto físico puede aparentar una menor edad de la que en realidad tiene; y, de manera contradictoria, su presencia y energía la puede transformar en un personaje más maduro desde muy temprana edad. Una caracterísitca muy importante dentro de su carrera asimilable a otras actrices como Kristen Stewart, Jennifer Lawrence, Natalie Portman, Shailene Woodley, Mae Whitman, Kirsten Dunst o, en territorio nacional, María Valverde, Michelle Jenner, Nadia de Santiago o Blanca Suárez.
Así, a Evan Rachel Wood la hemos podido ver en sus papeles dramáticos como la maquiavélica y vengativa protagonista de Pretty Persuasion (2005); como una adolescente perdidamente enamorada de Edward Norton en Down in the Valley (2005); como la descarada hermana del protagonista de Running with Scissors (2006); como una hija que tiene que hacerse cargo de su padre con serios problemas mentales en King of California (2007); como una joven renegando de su padre en The Wrestler (2008); como la hija de Mary Surratt – única mujer asistente en plan de asesinato del presidente Lincoln – en The Conspirator (2010); como secretaria de George Clooney en The Ides of March (2011); o como una fugitiva con problemas en The Necessary Death of Charlie Countryman (2013). Una auténtica variedad de roles, muchos dentro de la industria del cine independiente, que ha sabido combinar con interpretaciones enfocadas a un público más mayoritario y que han sido sus papeles más reconocidos por la crítica.
Su aparición como protagonista femenina en el musical postmoderno Across the Universe (2007) junto a Jim Sturgess que toma las canciones de The Beatles como partitura e inspiración nos mostró una faceta de Wood que nadie conocía hasta el momento, la de cantante. Entonces, sería dos años después de interpretar a Lucy Carrigan (sí, por Lucy in the Sky with Diamonds…) se andetraría por primera vez en el mundo de la comedia bajo la dirección de Woody Allen en Whatever Works en donde sería Melodie St. Ann Celestine, una joven sureña con muy pocas luces que se escapa de casa y llega hasta la Gran Manzana donde se topará con un sesentón cascarrabias con el que acabará compartiendo piso. Otro de los mejores papeles de su carrera.
Después de una trayectoria como la suya, Evan Rachel Wood ha pasado a convertirse en una de las heroína televisivas del momento gracias a su Dolores Abernathy. Pero su paso por la televisión no solo pasa por Westworld – aunque sea el que más alegrías le ha traído. Su reconocimiento al gran público le vendría de la mano de su rol recurrente en otra serie de HBO, True Blood, en el que daría vida tan solo durante 8 episodios a la sanguinaria y promiscua reina vampírica Sophie-Anne Lecleq. Además de colaborar en la miniserie Mildred Pierce como la hija de la protagonista, Veda Pierce, una caprichosa y retorcida joven con un odio profundo a hacia su madre que, una vez más, Wood encarnaría a la perfección con nominaciones a los Emmys y a los Golden Globes incluídas.
De personalidad y «belleza» poco convencional para los cánones de comportamiento marcados por Hollywood, lamentablemente su vida privada a dado más titulares que su logros profesionales. Su relación con Marylin Manson desde 2007 hasta 2010, por un lado, y su decisión de anunciar su bisexualidad en 2011, por otro lado – además de sus extravangante look que nada tiene que ver con sus roles en la pantalla – la han convertido en una de las personalidades más «escandalosas» del panorama de la prensa rosa. Aprovechando la popularidad que le proporciona Westworld, en 2016 decidió sincerarse en la revista Rolling Stone sobre dos violaciones que sufrió en su preadolescencia para dar voz a las víctimas y comenzar su propio movimiento feminista. Fuerte activista anti-Trump y defensora del derecho de las mujeres, Wood hizo un llamamiento a no objetivizar y condicionar la imagen femenina llevando un traje-chaqueta masculino como exaltación a la igualdad. Su duras experiencias vitales, juntamente con las profesionales, le han llevado a dirigir su carrera hacia papeles salidos de la norma y con una doble lectura muy interesante en donda la fortaleza y la fragilidad se entremezclan a la perfección. En definitiva, Evan Rachel Wood es una rebelde sin causa que siempre ha echo lo que le ha dado la gana sin importarle lo que piensen de ella y, esperemos, que siga haciéndolo.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora de cine de animación y videojuegos en CESAG-Comillas. Interesada en la investigación en game studies y TV studies. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en todo aquello que tenga relación con la construcción estética y dramatúrgica del espacio en la ficción televisiva, cinematográfica y en los videojuegos.