Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Madre!», el gran espectáculo alegórico de Darren Aronofsky

Cuando un espectador se encuentra con una película tan apoteósica como Madre! es difícil definir lo que uno siente y piensa justo cuando se abren las luces de la sala. Incluso días despúes, supuestamente ya reposada, aún es enrevesado describirla. Y es que el séptimo largometraje del cineastas neoyorquino Darren Aronofsky es una de esas producciones que es muy sencillo abrorrecer e idolatrar a partes iguales y así lo han hecho entender el público que ya han tenido la oportunidad de enfrentarse a su frenética propuesta. Una cinta que ha generado polémica, no tanto por su contenido – una temática que da para discutir largo y tendido – sino por su manera de desafiar y provocar a los espectadores con su forma de articular su discurso. Porque, Madre! no es una película fácil de digerir; y mucho menos de explicar. Hagamos un intento [el post no contiene spoilers]

La historia nos traslada a un bosque en medio de la nada donde vive un matrimonio recién instalado en una casa enorme y preciosa. Pronto nos harán entender que ella (Jennifer Lawrence) será la que ocupará sus horas arreglando y cuidando la mansión, mientras su marido (Javier Bardem) será un escritor que sufre de un fuerte bloqueo artístico. Su tranquilidad se verá truncada cuando una pareja de desconocidos (Ed Harris y Michelle Pfeiffer) se presentarán en su casa y se instalarán unos días con ellos. A partir de aquí, una serie de sucesos irán perturbando al personaje de Jennifer Lawrence, cuya salud mental se irá destruyendo poco a poco.

Jennifer Lawrence es la "madre", protagonista absoluta de la película
Jennifer Lawrence es «la madre», protagonista absoluta de la película

Siendo este un burdo y simplón resumen de la premisa argumental de Madre!, Aronofsky diseñará una cinta bizarra y de carácter experimental en la que su estructura narrativa será confeccionada a través del seguimiento y explotación de un sinfín de alegorías cuyo significado lo dejará en manos del espectador en su totalidad. Una explicación que no constituirá el centro de este post ya que, por un lado, resulta muy complicado realizar un análisis completo sin destripar la trama (cosa que no haremos); y, por otro lado, Madre! es una experiencia cinematográfica única que vale la pena experimentar por uno mismo y debatir entorno a ella. Dos apreciaciones que parecen ser los objetivos de Aronofsky al plantear el film.

La cinta se convertirá así en un festival metafórico que beberá de una clara influencia surrealista, sobretodo en la segunda mitad, que ya ha entrado a formar parte del subgénero denominado como cine alegórico que comenzará con Luís Buñuel – particularmente Madre! puede recordar a Simón del Desierto en cuanto a forma discursiva – y que encontrará de aliados a films como En Companía de Lobos (Neil Jordan), La Naranja Mecánica (Stanley Kubrick) o El Árbol de la Vida (Terrence Malick) para nombrar las más populares; ésta última será la responsable de la apertura del género al gran público en 2011 con Palma de Oro en Cannes y nominación al Oscar a Mejor Película incluídas. Un género en el que Aronosky se mete de cabeza en Madre!, aunque ya lo llevaba tanteando en menor medida en sus últimas producciones. Así, Noé (2015) y sobretodo Cisne Negro (2010) ya planteaban gran parte de las características estilísticas que veremos en Madre! y que formarán parte esencial del universo del cineasta.

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Madre!: Un auténtico espectáculo alegórico

Unas caraterísticas que se moverán entre la exploración de todo tipo de dualidades a través de sus dos protagonistas. Vida vs muerte. Realidad vs ficción. Cuerpo vs alma. Cordura vs locura. Dolor vs felicidad. Natural vs artificial. Inspiración vs bloqueo. Hombre vs mujer. Todos ellos presentes en Madre! y que Aronosky desarrollará a la perfección. Asimismo, el buen hacer que muestra el cineasta con el ritmo y la creación de una atmósfera completamente inquietante y envolvente (casi) pseudo-onírica partiendo de un entorno realista hace que el espectador se pase las dos horas y diez minutos que dura la cinta pegado al asiento prácticamente aguantando la respiración (ya sea para bien o para mal). Una capacidad que ya mostrará en Requiem por un Sueño (2001) y que culminará con una puesta en escena sugerente y sobria al servicio de su protagonista y de Jennifer Lawrence quien realiza un trabajo exquisito de contención y explosión emocional a partes iguales. Por otro lado, la habilidad de plantear un discurso más o menos lógico a pesar de las escenas experimentales que propone, es un elemento a aplaudir teniendo en cuenta el desarrollo de la premisa y de la trama.

En definitiva, Madre! es una propuesta arriesgada y muy interesante que hay que ver con la mente abierta; aunque hay que admitir que no es una película para todos los gustos. De hecho, muchos son los que se han quejado de la falta de comprensión del film, al igual que muchos son los que se han dedicado a desmenuzarla y explicarla. Un ejercicio que ha puesto a debate la predilección del público por querer que se les presente todo mascado para no tener que pensar frente a la obra que se les propone. Entonces, la pregunta del millón: ¿es Madre! una obra maestra o un ejercicio de pedantería intelectual? Esa respuesta no la podemos contestar. Sean cuales sean sus interpretaciones y/o sentimientos que despierte, una cosa está clara: Madre! es una película que ha suscitado un enorme debate y que, probablemente, siga haciéndolo a medida que pasen los años ¿Acaso el cine no consiste en plantear preguntas y no en brindar respuestas de manera fácil y gratuita?

 

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