Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Mindhunter» o las estrategias de filmación de los asesinos seriales (Netflix, 2017)

El 13 de octubre de 2017 Netflix lanzada la primera temporada de la serie Mindhunter. Creada por Joe Penhall y producida, entre otros, por David Fincher y Charlize Theron, el argumento va a basarse en el libro Mindhunter, Inside the FBI’s Elite Serial Crime Unit, escrito por John Douglas y Mark Olshaker y publicado en 1998 en el que los dos detectives narrarán sus veinticinco años de experiencia en una sección que tenía como objetivo esencial la investigación del comportamiento de los más crueles asesinos reiterativos a los que posteriormente se les conoció como «asesinos en serie».

Y es que justamente esta será la premisa de la serie cuyos primeros episodios serán dirigidos por David Fincher quien marcará el tono de la misma. Pero antes de pasar a analizar una serie más que interesante, no podemos obviar la frase que encabeza nuestro post: las estrategias que se han dado para la filmación de los asesinos en serie. Unas estrategias que serán claramente determinadas por David Schmid en su libro Natural Born Celebrities: Serial Killers in American Culture  (University of Chicago Press, 2005) de ineludible lectura. En su texto, Schmid va a referirse a tres maneras de enfocar el personaje en el cine. La primera  contemplará un esbozo del personaje sin que se pueda producir ningún tipo de empatía por parte del espectador que observa un argumento asimilable a cualquier ejemplo del género de la ficción criminal como en el caso de Copycat (Jon Amiel, 1995); la segunda permitirá a las audiencias sumergirse y rechazar al mismo tiempo su propia relación con la cultura de los asesinos en serie mostrando la hipocresía social al respecto como es el caso de Natural Born Killers (Oliver Stone, 1994); y la tercera supondrá la explicación de los procesos por los cuales una persona se convierte en asesino en serie, de manera que los espectadores contemplarán a un personaje que rompe la lógica separación entre héroes y villanos como en el caso de Henry: Portrait of a serial killer (John McNaughton, 1986) o de la serie Dexter.

Los detectives Ford y Tench son los miembros de la Unidad de Estudio del Comportamiento

Si los ejemplos que hemos mencionado tienen como elemento esencial el personaje del asesino serial, Mindhunter va a desarrollar la evolución de la investigación iniciada en la década de los setenta por el FBI para la determinación de los patrones de comportamiento de asesinos masivos. Así, la acción, situada en 1977, nos mostrará las actividades de los detectives Holden Ford (Jonathan Groff) y Bill Tench (Holt McCallany) en la recién creada —y a regañadientes—  Unidad de Estudio del Comportamiento en el FBI. La necesidad de modernización de los métodos del bureau y su apertura a los esquemas psicosociológicos enseñados en la universidad van a ser los motores de la misma así como van a ser los elementos que configurarán a los dos personajes centrales. Holden será un joven ávido de conocimientos que asimilará de manera compulsiva  —una esponja, en definitiva— arrastrando a este nuevo modo de ver las cosas a Tench, un veterano detective que sabrá combinar los nuevos conocimientos con los protocolos de la institución en un equilibrio difícil por el anquilosamiento policial.

Edmund Kemper será uno de los asesinos en serie entrevistados

Pero si hasta aquí el planteamiento parece ajustarse a los cánones del thriller, éstos se verán trastocados desde el primer episodio. Así, la evolución de la unidad se desarrollará paralelamente a las visitas de campo que ambos detectives harán a lo largo de los diez episodios de la serie a cuatro asesinos reales cuyas entrevistas serán grabadas: el enorme Edmund Kemper, asesino de mujeres y con un pasado familiar carente de afecto (interpretado por un hipnótico Cameron Britton); Monte Ralph Rissell (Sam Strike), asesino y violador de adolescentes; Jerry Brudos (Happy Anderson), el fetichista asesino de jóvenes que deseaban ser modelos; y Richard Speck (Jack Erdie) asesino de ocho enfermeras. Estas entrevistas constituirán parte de la arquitectura de la temporada que se combinará con la investigación de casos individuales de muertes acontecidas en estados de la América profunda.

Las grabaciones constituirán un elemento esencial de la serie

Sin embargo, la arquitectura de Mindhunter no será meramente argumental sino que se situará en función de la construcción de los personajes. El avance y perfeccionamiento de las técnicas de detección de patrones de comportamiento se ligará al arco del personaje de Holden Ford quien, de ser un joven casi inocente y desfasado en la sociedad del momento (un trasfondo de cambios remarcados por el personaje de Debbie, la novia hippie de Holden y estudiante de sociología interpretado por Hannah Gross y remarcados también por la constante utilización de música identificativa de la época) pasará a convertirse en una casi celebridad mediática gracias a sus poco ortodoxos métodos de interrogación.

Si bien la centralidad de Holden será innegable en Mindhunter, no podemos obviar que su contrucción como personaje irá ligada a la de su compañero Tench, un veterano detective con problemas familiares importantes, que advierte la obsesión de Holden y que toma conciencia de la necesidad de mantener la ética profesional por encima de los espectaculares resultados obtenidos. Un esquema compartido por la doctora Wendy Carr (Anna Torv), la tercera integrante de la unidad.

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La Dra. Wendy Carr será el tercer integrante de la nueva unidad del FBI

Como tampoco podemos negar en Mindhunter la influencia fincheriana que señalábamos al principio de este post y que atravesará toda la puesta en escena. Ya desde los episodios iniciales, Fincher sumergirá al espectador en una atmósfera claustrofóbica plagada de celdas en cárceles apenas iluminadas que servirán para acompañar la sordidez de los asesinos entrevistados y para focalizar la atención del espectador en los personajes y los diálogos. También la sensación claustrofóbica acompañará a los personajes principales que vivirán en hogares de tonalidades opresivas como transfondo de sus historias personales o trabajarán en sótanos sin ningún tipo de conexión con el mundo exterior reforzando su marginalidad institucional. Una atmósfera creada magistralmente por Erik Messerschmidt, cámara en Gone Girl, el último film de David Fincher estrenado en 2014, y que sigue la estela de Harris Savides, director de fotografía de Zodiac (2007) fallecido en 2012 y de Jeff Cronenweth, director de fotografía de Gone Girl. Una sordidez remarcada desde los magníficos y agobiantes títulos de crédito de Mindhunter con una cadenciosa y reiterativa música de Jason Hill y que, como sucede en la mayoría de ficciones contemporáneas, constituyen microhistorias en sí mismas. Aquí os dejamos los créditos de Mindhunter, una serie imprescindible de la que, un emocionadísimo David Fincher anuncia ya una segunda temporada.

 

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