Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Peaky Blinders

A mí también me hizo gracia el título, para qué nos vamos a engañar. Mi inglés me daba para entender la palabra ‘peaky’ y la palabra ‘blinders’, pero juntas lo único que me producía era curiosidad, así que después de que me la vendieran mis amigos más televisivos, y a sabiendas de que es una producción de la BBC, que me daba la suficiente confianza, decidí empezar a verla. Ya me llegó en la segunda temporada, y aunque he de decir que el primer episodio no me conquistó en absoluto a causa de ese acento tan fuerte de Birmingham, estas son las cinco razones por las que debes ver Peaky Blinders.

Es un drama histórico como los que solo sabe hacer la BBC – no sé lo que pensarás tú pero a mí la BBC me conquistó en el 2010 con The Pillars of the Earth, que por cierto protagoniza Eddie Redmayne, ahora tan aclamado por su personificación de Stephen Hawking, The Theory of Everything. Uno se pregunta por qué en nuestra RTVE no se pueden hacer series tan verosímiles y con tanta calidad visual y de sonido.

Tiene grandes actores, mencionaré a Cillian Murphy, que es una alegría para la vista, tan bien vestidito con su gorra y todo; Sam Neill, sí, sí, habéis leído bien, el de Jurassic Park que hace lujo de un acento norirlandés impresionante; Helen McCrory, la mismísima madre de Draco Malfoy en las últimas películas de Harry Potter, un personaje femenino y oscuro y con una fuerza arrolladora; y un descubrimiento para mí: Paul Anderson, al que no recordaba yo de Sherlock Holmes para nada, y que borda su papel de hijo destronado pasando por la treintena.

La historia y los diferentes argumentos que se trenzan entre sí tienen esa credibilidad y fuerza que tienen los cuentos que son capaces de hacer añicos nuestros prejuicios. Entra con la misma fuerza que Breaking Bad a hacer que el público simpatice con las figuras de los malos en nuestra sociedad: corredores de apuestas, ladrones, gitanos, prostitutas… sin llegar a hacerlos buenos, pero tocando esa fibra de clandestinos que casi todos o todos, justificaría Walter White, llevamos dentro.

Tiene ese toque de relevancia que tienen todas las historias bien contadas. No solo porque tiene personajes con los que nos guste o no, nos identificamos, sino porque utiliza un periodo histórico que puede tener cierta resonancia con los acontecimientos sociales y políticos que están ocurriendo en nuestros días. La presencia del IRA que sale y entra del argumento principal y que desarrolla la vida de la familia Shelby; los acuerdos más o menos corruptos del gobierno y la policía con el bando que más calienta cuando conviene; la pobreza de la gente y el movimiento obrero que se cocía en la Europa de la época. En fin… que seas del bando que seas, te pondrás del lado de alguien. Te lo puedo asegurar.

Por último, te voy a dar una razón por la que no deberías verla, porque ya ves, no todo puede ser bueno. Como toda gran serie, tiene actores y actrices MALOS en mayúsculas. El personaje de la irlandesa trabajando para la corona deja mucho que desear, pese a ser uno de los personajes más interesantes en la primera temporada, por ejemplo. Vamos que no puede ser todo una maravilla, pero en general es una serie bien hecha que invita a darle al palique en tus horas de café con los amigos.

 

Pilar Alderete
Profesora de la National University of Ireland, Galway.

 

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Fotograma de la serie

 

 

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