Reseña «La mirada sexuada»
BARBARA ZECCHI. La pantalla sexuada, Madrid, Cátedra (colección Feminismos), 2014, ISBN 978-84-376-3316-9, 368 pp.
En la introducción de este libro, Barbara Zecchi explica que la historia del cine, hasta los años 70 y la publicación de los primeros estudios feministas, había sido despojada de lo femenino. De ahí que el título de la obra, La pantalla sexuada, sea una suerte de metonimia que hace referencia a esa universalización de lo masculino fácilmente identificable a lo largo de la historia cinematográfica. Zecchi, por consiguiente, en su obra pretende denunciar la invisibilización de las mujeres y lo femenino y, además, contribuir a una historia del cine desde el enfoque de género, esto es “sexuándolo”.
El volumen analiza cinco temas centrales de la teoría fílmica feminista: espacio, autoría, placer, cuerpo y violencia, a partir de un corpus cinematográfico español dirigido por mujeres. El propósito será revelar cuáles son las dinámicas que se han usado en el cine para desapropiar lo femenino y estudiar el paulatino proceso de reapropiación, por parte de las mujeres, de un espacio, una mirada y una agencia. Así, en el primer capítulo se identifica -o como resalta Zecchi, marca sexualmente- diferentes tipos de espacios cinematográficos, simbólicos y literales: desde la sala donde se proyecta la película hasta los lugares virtuales contemporáneos donde se descargan las obras. Otros espacios que examina la autora son la producción cinematográfica y la diégesis, el lugar por antonomasia del estereotipo femenino o, dicho de otra forma, el lugar simbólico de la representación de las mujeres como sujetos históricos.
En el segundo capítulo, Barbara Zecchi se aproxima al concepto de autoría y las diferentes respuestas dadas desde el feminismo. Se ofrecen también, someramente, las características de las diferentes generaciones de cineastas en España, desde las pioneras a la actualidad. El capítulo siguiente se ocupa del concepto de placer: desde el concepto de placer visual y su primera teorización a cargo de Laura Mulvey, hasta la actualidad y sus posibles rupturas a través de estrategias de la autoría femenina que prescinden de él.
El cuarto capítulo se dedica al cuerpo femenino, objeto tradicional de la escopofilia, señalando las aproximaciones que realizan algunas cineastas que rompen con la reducción de las mujeres a un cuerpo: erotismo, embarazo, vejez, enfermedad o imperfección física son aspectos que interesan a las mujeres que hacen cine desde otra perspectiva, eliminando el sesgo androcéntrico y patriarcal del discurso fílmico hegemónico. Finalmente, en el quinto capítulo, se estudia la relación entre violencia y representación cinematográfica a partir de presupuestos como la inscripción gráfica de la brutalidad o la naturalización dentro del erotismo o el humor entre otras variables.
Estos cinco apartados denuncian lo que Zecchi conceptualiza como la desapropiación de lo femenino, al tiempo que destacan cómo las mujeres están recuperando el espacio autorial a partir de prácticas y discursos que cuestionan la mirada hegemónica.
Como la autora ha explicado, La pantalla sexuada es el segundo libro de un proyecto (de tres volúmenes) enteramente dedicados a la producción cinematográfica española dirigida por mujeres. Cada estudio tiene un enfoque diferente. En el primero, Desenfocadas (Icaria, 2014; véase reseña en este blog), Zecchi rescata del olvido y de la discriminación a cuatro generaciones de cineastas: desde la generación cero a las directoras actuales. El tercer volumen, El género del género, todavía sin publicar, analizará el desarrollo histórico del cine dirigido por mujeres según sus géneros fílmicos. La obra de la profesora de la Universidad de Massachusetts es imprescindible para profundizar en el conocimiento de la teoría fílmica feminista pero también para quienes se interesan por mujeres cineastas españolas y el análisis de género.
