Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

RIRCA recomienda: películas de cine mudo (II)

Continuamos con la segunda parte del ciclo de recomendaciones de cine mudo, esas películas que aun carentes de sonido hablan igual o más que las que si lo tienen.

Gerard Bibiloni: The Crowd (King Vidor, 1928)

Ya en 1928, King Vidor tañía las campanas para anunciar la muerte del sueño americano a través de la historia de Johnny —James Murray— y Mary —Elanor Boardman—, dos jóvenes neoyorquinos recién casados que tienen que vérselas cara a cara con recesiones económicas, problemas maritales y demás tragedias para poder subsistir y ser alguien en el macrocosmos devorador e inmisericorde que es la Gran Manzana.

Una película de temática tan moderna y, desgraciadamente, actual que concebirla en esa historia temprana del cine resulta algo francamente extraordinario. No solo supondría una hoja de ruta para que futuros directores interesados en el enfangado terreno del drama social pudieran manifestar su mensaje de forma notable y exitosa, sino que también ayudó al lenguaje cinematográfico empujándolo fuera de su por aquel entonces limitada condición a través de un imaginario soberbio y de unos encuadres avanzados a su tiempo. Es historia viva del cine, ya sea por su relevancia temática o por la maestría de un apartado técnico que sigue maravillando y creando incrédulos.

Rafel Guardiola: Nosferatu, eine Symphonie des Grauens (Friedrich Wilhem Murnau, 1922)

Cuando pensamos en películas de terror o películas protagonizadas por vampiros, los referentes de los que disponemos son múltiples, a pesar de que la mayoría de ellas beben de una misma fuente, la obra de Bram Stoker Dracula  (1897). Nosferatu no es, en ese sentido, distinta, no obstante tiene algunos elementos que, en nuestra humilde opinión, la hacen merecedora de una recomendación.

A nivel cinematográfico, la obra hace un uso extensivo de escenas grabadas en exteriores, algo poco común en la época y especialmente poco común en otras cintas del género de terror pertenecientes al expresionismo alemán, otorgándole a la película un carácter único y un aire más naturalista. Con ello obtiene una ambientación familiar que será clave para el efecto que el director busca suscitar en la audiencia.

Asimismo, y a diferencia de lo que es habitual en el expresionismo, los elementos de terror presentes en Nosferatu se consiguen, precisamente, con la interacción entre lo siniestro y lo familiar, siendo este último elemento el auténtico gérmen del horror. De este modo, el elemento familiar sirve para capturar el pesimismo alemán tras la derrota en la Gran Guerra y transforma la familiaridad en penuria, convirtiéndose en el proceso en un espejo en el cual el género de terror se ha mirado continuamente para sus creaciones.

Aitor Fernández de Marticorena Gallego: Metropolis (Fritz Lang, 1927)

Los años 20 fueron para Alemania toda una época de consagración en la industria cinematográfica, especialmente en lo tocante a efectos especiales. Metropolis visiona, ejecuta e innova. Se sitúa en plena distopía, en un lejano 2026 donde la división entre pobres y ricos lleva a la explotación laboral de la clase obrera. Freder (Gustav Fröhlich), hijo del magnate dirigente de la ciudad de Metrópolis, conocerá a Maria (Brigitte Helm), una humilde joven que apoya a los trabajadores. Esto cambiará su perspectiva sobre el mundo y llevará a una historia de revolución, choques ideológicos y confusión civil.

Hay mucho de simplista en una obra que, con todas sus aspiraciones, se pierde en la profundización de sus temas, pero Metropolis se gana a pulso su posición como figura monumental del cine por lo innovador de su premisa y su factura técnica. Los juegos de luces, la orfebrería de la puesta en escena o los artificios tecnológicos son algunas de sus virtudes en este último apartado. No hay mejor versión para disfrutar de la cinta que la de Filmin, con la resolución en alta calidad y un trabajo de restauración envidiable, recuperando escenas perdidas y rellenando huecos argumentales con agradecidos resúmenes.

Siempre ambicioso, Fritz Lang dio vida al por muchos considerado su auténtico debut en el mainstream de la época, y es que Metropolis llegó a los corazones de muchos trabajadores que temían por el futuro de una sociedad de tendencias progresivamente más capitalistas. La obra de Lang lanzaba un mensaje de esperanza, de unión entre clases, que emocionó y sigue emocionando a día de hoy. Ya su efectividad queda a la imaginación de cada uno.

 

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