Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Se acerca el final para Hannibal: «And the Woman Clothed in Sun»

A estas alturas, prácticamente, todos sabemos que Hannibal cerrará su bufé con la conclusión de esta tercera temporada. La serie no fue renovada por su bajo rendimiento en los Estados Unidos, lo que me parece alucinante dada su calidad, por lo que todos los fanáticos, entre los que me incluyo, estamos ansiosos por leer su resurgir en otra cadena. Desde RIRCA queremos despedirnos de esta deliciosa serie, analizando y desgranando los episodios finales de Hannibal, con la intención de aportar nuestro granito de arena al fascinante mundo del Dr. Lecter.

En el episodio anterior se abrió no solo una brecha temporal, sino también dramática y estructural que nos remite directamente al contenido de la novela El dragón rojo, de Thomas Harris, pero también, como no podía ser de otro modo, a sus adaptaciones fílmicas de 2002 y 1986. Bryan Fuller aparca los malabares y cambios de rumbo que hiciera con los personajes en las entregas anteriores para ceñirse, casi estrictamente, a los acontecimientos y diálogos de sus predecesoras, provocando que algo también haya variado en la mirada del espectador.

Wikipedia: The Great Red Dragon and the Woman Clothed in Sun

En esta segunda tanda de capítulos podemos observar cómo la serie se ha vuelto un tanto más convencional, sin por ello renunciar a su cuidadísima puesta en escena y a unos actores que rayan la perfección. Los mecanismos e instrumentos para presentarnos el triángulo obsesivo entre Hannibal Lecter, Will Graham y el recién llegado Francis Dolarhyde no nos sorprenden en absoluto si tenemos en mente la exitosa novela de 1981, lo que impacta todavía más, porque aunque sepamos en todo momento lo que va a ocurrir, no podemos dejar de mirar y sentirnos fascinados. “…And the Woman Clothed with the Sun”, noveno episodio de la tercera temporada de Hannibal, trata de amplificar los conceptos propios del show al mismo tiempo que nos invita a echar un vistazo al delicado estado mental en el que se encuentra Francis y al enésimo cambio de rumbo en la relación entre el buen doctor y el atormentado Will.

La historia hasta ahora

Después de tres años, la situación de Hannibal y Will ha dado un giro importante. El caníbal ha sido apresado, porque se ha entregado no lo olvidemos, y Will parece haber sucumbido al confort ofrecido por su familia «fabricada», el medio por el cual pretende pasar desapercibido del oscuro mundo en el que estuvo inmerso durante las dos magníficas temporadas anteriores y buena parte de la tercera. Pero Hannibal aguarda paciente en su telaraña, aburrido ya del aislamiento, y no tarda mucho en comenzar a mover los hilos de todos cuantos le rodean, quizá solo para divertirse otra vez.

Imagen del Dragon rojo que pudimos ver en el episodio anterior

Fantasía, realidad y William Blake

Como ya nos contara nuestra compañera Astrid Schwegler cuando nos hablaba de Pushing Daisies, Bryan Fuller potencia todavía más esa estética combinada de fantasía y realidad. Ya no solo vemos al Hannibal ciervo desde los ojos de Will, ahora también podemos disfrutar de primera mano de ciertos elementos fantásticos del dragón. Y digo de primera mano porque somos nosotros, como espectadores, los únicos testigos de la transformación, sin intermediación de ningún personaje. Detalles e insinuaciones sobre el espectacular cambio que Francis está llevando a cabo. Y como tal, no olvidemos la pintura de William Blake, el majestuoso reptil necesita la presencia de su mujer vestida de sol. ¿Se acuerdan de Tara, de True Blood? Veremos cuál es la evolución en su relación.

Lo mejor: Por primera vez en televisión vemos más detalles de la personalidad de Francis Dolarhyde, paranoia asegurada. Hannibal y Will inmensos, como siempre. La historia de Abigail Hobbs da sus últimos coletazos con nuevas revelaciones sobre su estancia en la residencia Lecter.

Lo peor: Realmente no hay nada negativo en la serie, al menos para mí. Sin embargo, las transiciones y las elipsis, aunque exquisitas visualmente, a veces se producen un tanto precipitadas, sin apenas tiempo para asimilar los saltos de tiempo.

Lo que está por venir: Como ya ocurriera antaño, siempre es interesante indagar en el tipo de relación que establece Hannibal con otros asesinos. Con Francis simplemente no podemos esperar más, ansiosos por ver el vínculo que se crea entre ambos.

 

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