Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

The Big Bang Theory: Resumen de la temporada número 11 (II)

En mi anterior entrada introduje lo que iba a ser una especie de “trilogía” de resúmenes de la undécima temporada de The Big Bang Theory para ponernos al día antes de afrontar la duodécima y (supuestamente, como expliqué entonces) última temporada de la serie. Como me detuve en el episodio número 2 (incluido), paso ahora, pues, a comentar las mejores jugadas de los episodios comprendidos entre el tercero y el undécimo.

Como no es de extrañar, después del notición de que Amy y Sheldon se han comprometido, son varios los episodios que giran en torno a las reacciones que ello provoca y la preparación del evento. En este contexto, el episodio tercero nos sorprende con un Sheldon que, de día, se muestra tan perfeccionista como siempre (por ejemplo, quiere que sus amigos reserven 80 días para asegurarse de que no les coincida ningún evento con el día que elijan de entre ellos para su boda) pero que, de noche, reacciona con infinita calma en sueños ante situaciones que despierto le dan pánico. (Por cierto, la recreación escénica de los sueños de Sheldon no tiene desperdicio, sobre todo la del final). Esto tiene tan en vilo a sus amigos, especialmente a Amy, especialista profesional en estos temas, que llegan a pensar incluso que tenga un tumor cerebral. Por el contrario, mientras tanto, el comportamiento de Raj y Stuart no nos sorprende al aparecer compitiendo por «el corazón» (pensando bien) de una amiga de Bernadette, Ruchi, que sólo está interesada en su amistad y se lo hace saber claramente.

Los episodios 4 y 5 muestran el acercamiento entre algunos de los personajes de la serie. Por una parte, Beverly, la madre de Leonard, entabla una conversación telefónica con Penny en la que ambas parecen entenderse de manera sorprendente (a pesar de que esto disgusta y pone celoso a Leonard, que aún no ha conseguido sentirse valorado por su progenitora) aunque por desgracia, esta cercanía se produce a costa de reforzar estereotipos como el de que cuando las mujeres hablan entre ellas acaban criticando a una tercera irremisiblemente. Por otra parte, Sheldon y Howard conduciendo en un largo viaje hacia donde tienen que llevar a cabo parte de su trabajo, consiguen reforzar su amistad. Y será en el episodio número cinco donde Amy, que necesita a un ingeniero en su trabajo, estreche los lazos con Howard, dando lugar a escenas tan divertidas como verlos cantar y bailar juntos al son de Neil Sedaka u observar cómo Sheldon gesticula con la intención de comunicarse en morse. Tampoco tiene desperdicio la maestría de Penny poniendo en práctica los consejos de un libro de Bernadette para la crianza de niños para manejar a Sheldon. En episodios posteriores veremos que no se le da nada mal este tipo de tareas maternales, lo que hace que los espectadores nos ilusionemos con la posibilidad de verla de madre de sus propios hijos con Leonard. El pobre Sheldon es también manipulado por la dueña del libro, que le hace creer que pondrá celoso a Howard (como él lo está) si le limpia toda la casa (lo que nos hace descubrir, por otra parte, que a Sheldon le encanta limpiar hornos, lo que le hace aún más excepcional).

El episodio sexto, aunque también da cabida a la lucha de Sheldon por encarnar al Doctor Protón, vuelve a girar principalmente en torno a Howard, quien se somete a una operación de vasectomía a la vez que su mujer tiene que guardar reposo por su embarazo (ya de 16 semanas). En estas circunstancias, Halley necesita a alguien que la cuide y los hechos se desarrollan de tal modo que la delicada misión termina recayendo en Penny. Aunque los primerizos padres no se muestran muy confiados, en este episodio, Penny consigue romper el estereotipo de la rubia inútil para demostrar (de nuevo) sus verdaderas capacidades incluso más allá de lo deseado, pues el episodio concluye con Halley pronunciando su primera palabra, que no es otra que “mamá”, y va dirigida, precisamente, a Penny.

Mientras Raj flirtea con Ruchi de nuevo en el episodio séptimo, Sheldon lo hace con la Geología. Un colega, Bert, le invita a participar en un proyecto relacionado con ese campo del saber. Él lo rechaza porque no lo considera una verdadera ciencia y teme “ensuciar” su reputación como investigador si accede a ello. Pero en el fondo, a Sheldon le gusta la geología desde la infancia (si alguna vez la tuvo) como tuvimos la oportunidad de comprobar en la serie El joven Sheldon. Cuando Amy le anima a dar el paso de participar en este proyecto sin tener en cuenta lo que piensen los demás (cosa que –le dice- suele hacer a menudo en su vida diaria), va a hablar con Bert para ofrecerse, y descubre que lo ha hecho demasiado tarde: Leonard se encuentra ocupando su lugar.

El octavo episodio no deja en buen lugar a prácticamente ningún personaje. Sheldon, además de recrearse en el desconocimiento científico de Penny (para variar), admite haberse beneficiado en solitario de un proyecto que pertenecía realmente también a sus compañeros Howard y Leonard (que, no obstante, en este episodio podrían competir con él en deslealtad profesional), y se ríe del accidente en que su novia se hace daño en el pie. Bernadette no sólo reconoce haber manipulado y saboteado a sus compañeros, sino que pide, además, a Raj que aproveche su romance con Ruchi para sonsacarle información profesional, a lo que éste accede para después no compartirla por temor a que deje de tener relaciones con él. Algo original proporcionado por este episodio es el momento en que es Penny quien puede recrearse en el desconocimiento de uno de sus pedantes amigos cuando revela que Sheldon fue a ver la película It porque creía que era sobre geeks (especialistas o amantes de las tecnologías de la información o informática).

El episodio noveno incluye diversos fashbacks para plasmar la historia de prácticamente todos los miembros del grupo en relación al descubrimiento de que el hecho de que habían minado Bitcoins años atrás les puede hacer ricos ahora, siete años después. Todo formaba parte de un plan de Sheldon que no termina bien, ya que, en lugar de terminar riéndose de sus colegas, acaba descubriendo que lo único que ha conseguido es perder y hacerles perder a sus amigos un montón de dinero.

El décimo y undécimo episodios tienen contenido agridulce: la ruptura de una “pareja” y el afianzamiento del amor de otra. Así, por una parte, Raj, orientado por su padre, considera que su relación con Howard es tóxica y decide “darse un tiempo”. Como siempre en la serie, el vocabulario empleado, así como las situaciones entre estos dos personajes procuran ser ambiguos, quedando siempre al borde de parecer tratarse de una relación de amor más que de amistad. El episodio décimo concluye sin que su relación se restablezca, lo que nos deja un poco descolocados, ya que en esta serie casi nunca vemos los créditos finales sin la sensación de que todo está solucionado. En el siguiente, parece darse un paso hacia el acercamiento de Howard y Raj al ayudar este último al primero a preparar un super primer cumpleaños a Halley, pero da la impresión de que aún les queda camino por andar para llegar a acercarse del todo. No obstante, por otra parte (la dulce), en estos dos episodios, Sheldon demuestra en qué consiste el amor verdadero tanto en la preparación de un buen cumpleaños para su amada (episodio nº 11), como protagonizando (en el décimo) una de las escenas más bonitas de la serie. En ella, nuestro genio particular, se muestra a punto de casarse con Amy en el ayuntamiento, a solas, sin invitados, a consecuencia de los problemas que les estaba ocasionando el ponerse de acuerdo en los miles de detalles de una boda convencional (las preferencias de cada uno de ellos no tienen desperdicio por su excentricidad en muchos casos). Entonces, justo cuando les tocaba entrar, el supuestamente racional y frío Sheldon hace una preciosa declaración de amor (que no es la única) que dejaría petrificado a más de un romántico empedernido (aunque sea, cómo no, del más puro estilo “sheldiano”); le dice a Amy: “Cuando haces un descubrimiento así, no lo llevas simplemente al ayuntamiento. Se lo cuentas al mundo entero. Así que lo diré en latín o en Klingon o con señales de humo”. Podéis imaginar la reacción de Amy… y la mía: ¡tenemos bodorrio! ¡A lo grande! Estos personajes se merecían más y sus amigos tenían que estar presentes. Claro que sí. Todos queremos presenciar por fin esta deseada boda, que representa realmente el triunfo de un amor verdadero, un amor que seguirá desarrollándose en los episodios que nos quedan por resumir en la próxima entrada. ¡Hasta entonces!

 

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