Entre la vida y las muertes: «Painful evacuation» (Girls 6 x 04)
Después de los episodios anteriores en que Hannah acaparaba el centro de las atenciones de la serie, tanto fuera de Nueva York, como dentro, en este nuevo deja sitio al resto del elenco de la serie. Así, podemos ver de nuevo a Marnie teniendo relaciones (para variar), ahora con Ray, que sigue sin saber que ella está yendo a un terapeuta con su ex-marido-en-proceso. En esta ocasión, el egocentrismo de esta chica llega a su culmen: la vemos manteniendo esta doble relación antes citada, esquivando las propuestas serias de Ray con el planteamiento de dudas tan trascendentales como si es mejor para ella usar Uber o el metro, e incluso echando en cara a Desi el estrés que su adicción a las drogas le está causando, dado que ha tenido que someterse a un masaje de dos horas que le ha dejado el cuerpo molido (para mí lo quisiera yo). Esto último deja pasmado al propio terapeuta, que no da crédito a lo que está oyendo.
Como ya vengo señalando, en esta temporada Lena Dunham sigue mostrando los aspectos íntimos que la mayoría de las series no enseñan, de modo que volvemos a ver a Hannah sentada en el inodoro mientras comenta a su compañero de piso, que se está duchando a la vez, que cree que tiene infección de orina. Si esto ya parece un poco inusual (por llamarlo de algún modo), Dunham va un paso más allá, haciendo que la madre de la protagonista le pida una imagen de su orina, cosa que no duda ésta en hacer con el móvil sin levantar sus posaderas. ¿Todo esto para qué? A mí solo se me ocurre la respuesta de siempre: llamar la atención con algo poco frecuente en las pantallas. Hasta aquí, nada nuevo con respecto a lo que la serie suele mostrar.
Pero la gran sorpresa llega cuando, siguiendo los consejos de Elijah y de su madre, Hannah va a urgencias y se encuentra allí nada menos que con Joshua, el atractivo doctor que protagonizó su aventura en el bottle episode «La basura de un hombre». Éste le confirma su infección y añade la segunda sorpresa: Hannah está embarazada. Según ella le explica, lo está de su instructor de surf. Hannah se indigna ante el ofrecimiento de ayuda de Joshua para abortar, contestándole: «¿Qué te hace pensar que yo quiera abortar?». Tengo que confesar que, por fin, veo una actitud positiva en Hannah. Al menos demuestra que un tema tan serio como es tener entre manos una vida humana no se puede tratar así. Su regreso a casa pensativa y como trascendiendo la realidad material que se va encontrando en su camino refuerza esta posición.
Así, nada más entrar en su edificio, se encuentra nada menos que a Adam y Jessa como dos adolescentes entusiasmados con proponerle hacer una película con la historia de los tres. Así de poco tienen estos dos en cuenta los sentimientos que Hannah pudiera tener al respecto. Pero en realidad esto no es más que otro ejemplo de lo que ella misma solía hacer: usar las experiencias vitales para convertirlas en historias que vender. Adam y Jessa quieren hacer lo mismo pero en vez de en forma de escrito, en versión fílmica. En este sentido, quizá no sorprenda tanto que esperaran que Hannah los entendiera. Con la noticia que acaba de recibir Hannah, no es de extrañar tampoco que Hannah esté enfrente de ellos casi como ausente y termine respondiendo que hagan lo que les parezca. Entra en su casa y, sin explicar a Elijah lo que realmente le pasa, éste al menos sí que le brinda el consuelo que necesita en estos momentos: así, suelta la pizza que se estaba comiendo y le sirve de apoyo literal y metafórico mientras le acaricia el pelo con sus dedos grasientos. Con esta noticia se entiende la intención del comienzo del episodio, en el que Hannah está entrevistando a Ode Montgomery, interpretada por Tracy Ullman. En dicha conversación, queda claro lo difícil que es ser mujer y escritora, y la entrevistada acaba concluyendo: «No tener hijos es el estado natural de las escritoras». Esto acentúa la angustia de Hannah, que lleva intentando convertirse en autora profesional desde el primer segundo de la serie.
Y mientras Hannah se enfrenta a una nueva vida (literalmente, por la criatura que está en su seno), Ray se encuentra rodeado de muerte. Tanto, que llega a resultar inverosímil. En primer lugar, tras cortar la larga historia que un cliente estaba contándole e invitarle solapadamente a salir, le ve desplomarse desde su bar y caer muerto. Y en el mismo día, tras tener una discusión con su jefe, Hermie, que sólo le estaba animando a conseguir metas ambiciosas subrayando su valía, lo encuentra muerto en su casa justo cuando fue a disculparse. De ambos fallecimientos parece inferir que hay que prestar oídos a quienes nos busquen con dicha intención cuando sea, pues quizá más tarde sea demasiado tarde.
Conclusión: parece que en este episodio al menos algunos de los personajes (por supuesto que Marnie, Adam y Jessa siguen en completo stand-by) se plantean temas trascendentales como el dar vida (nada más y nada menos) y el de todo lo contrario, la muerte. ¿Les servirán para madurar o seguirán dando tumbos como ha venido ocurriendo hasta ahora desde la primera temporada? El tiempo apremia. Estamos casi en el ecuador de la sexta y última. Mantengamos los dedos cruzados.