Steven Universe, o cómo utilizar la magia para lanzar un mensaje
Hace ya un tiempo en este blog os presentamos a Rebecca Sugar, brillante creadora de productos de animación. Volvemos hoy sobre su trabajo de la mano de Marta Crespo, que nos visita desde la Universidad de Oviedo, donde acaba de graduarse en Estudios Ingleses con un trabajo sobre una de la series de esta autora. Os invitamos a conocer su perspectiva tras un profundo estudio del universo de Steven.
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Tengo una imagen muy nítida de mí misma cantando las canciones de los dibujos que me encantaban en los columpios. Desde Sailor Moon a Las Supernenas, casi todos mis referentes de finales de los noventa hasta mediados de los dos mil eran figuras femeninas, heroínas que se transformaban mágicamente entre nubes y purpurina de colores. Ese tipo de figuras me continuaron influyendo hasta día de hoy. Una estética similar precisamente fue lo que atrajo mi atención en 2014 hacia Steven Universe. Creada y dirigida por Rebecca Sugar, y lanzada en 2013, era un soplo de aire fresco, junto con series como Hora de aventuras e Historias corrientes. Estaba volviendo a ver algo que me fascinaba desde siempre, una estética pastel que recordaba a las superheroínas de mi infancia, y mira por dónde, en el primer capítulo se hacía referencia directa a Sailor Moon.
A medida que iban pasando los episodios, empezaba a ver nuevas cosas y a pensar, “a lo mejor soy yo, puede que esté interpretando esto de esta serie, pero estoy prácticamente segura de que están queriendo tratar estos temas”. Veía cómo se jugaba de manera impresionante con el espectro de género, cómo se trataban las relaciones de todo tipo (incluyendo la homosexualidad), y cómo se hablaba abiertamente de cuestiones como la ansiedad, la depresión o el consentimiento. Entonces me puse a investigar en el maravilloso mundo de internet, más específicamente en Tumblr. No iba tan desencaminada: la fanbase de la serie también llegaba a las mismas conclusiones y hacía todo tipo de fan art, así como publicaciones larguísimas de algo tan específico como la manera en la que un personaje utiliza calzoncillos con un estampado de extraterrestres.
Un día escuché mencionar a Steven Universe por la radio. Era ni más ni menos que la directora de programación de Cartoon Network España hablando sobre cómo la serie desafiaba los roles de género y presentaba modelos de masculinidad alternativos. Ahora ya no éramos solo yo y l@s fans locos en la red, ahora era una mujer cuyo trabajo es decidir qué deben consumir los niños en televisión, diciendo que una de las mejores series de la década trataba abiertamente personajes queer y homosexualidad.
Y es que esta animación se relaciona de manera directa con la vida real a través de un mecanismo importantísimo: la fantasía. Steven Universe trata sobre un preadolescente que vive junto con tres ‘gemas’: una especie extraterrestre que se materializa en figuras femeninas. La sociedad de las gemas es bastante compleja: mantienen el imperialismo y el totalitarismo como ideal político y buscan colonizar nuevos planetas, muchas veces modificándolos para continuar con la expansión de su modo de vida. La serie aún continúa guardando muchos misterios en ese aspecto, pero se sabe que la mayor autoridad son los ‘diamantes’. Las gemas que viven con Steven forman parte de la rebelión y se hacen llamar Las Gemas de Cristal. Son perseguidas por colaborar con Rosa Cuarzo, la madre de Steven, acusada de destruir a un diamante de la élite. Nuestro héroe es mitad gema y mitad humano, por lo tanto se enfrenta a problemas de todo tipo, los de cualquier chaval corriente y otros mucho más sobrenaturales.
Los roles de género en la serie varían mucho de los que vemos comúnmente en televisión. Las personalidades de l@s protagonistas son muy complejas y nos permiten ver cómo se desafían los estereotipos. Steven representa un tipo de masculinidad alternativo: es sensible, cariñoso y llora en prácticamente todos los capítulos; también tiene un aspecto pequeño y rechoncho, el que normalmente se le daría a un personaje para mofarse y ser un segundón, pero aquí él es el héroe. Sus compañeras gemas representan diferentes cuerpos y razas –personajes como Granate poseen las cualidades físicas de una persona afrodescendiente. Representar diversidad de roles y razas dotándolas de fuerza y no para hacer un chiste rompe los estigmas que existen en muchas series animadas. Volviendo a las gemas, todas ellas poseen cuerpos y voces femeninas, pero su creadora nunca ha especificado que tengan un género fijo. Aun así, el mero hecho de que haya muchos más personajes femeninos que masculinos en dibujos animados es innovador, especialmente cuando es una serie lanzada para un público de niños y niñas por igual.
La serie también nos enseña clases muy diferentes de familias. Normalmente se nos presentan una madre, un padre, los hijos/as y quizá un perrito. En el caso de Steven nos lo encontramos con tres ‘madres’ (las gemas), un padre soltero que vive en su furgoneta y un león rosa. Dentro del ámbito familiar también se trata pérdida de un ser querido. La madre de Steven tuvo que desprenderse de su forma física para darle a luz, por lo tanto él nunca ha llegado a conocerla y quienes sí lo hicieron la añoran de manera excepcional. El tema se revisa varias veces durante la serie –representar traumas es una manera de normalizarlos y puede incluso que ayudar a superarlos.
Pero definitivamente, lo que más peso tiene en la serie es el concepto de fusión. Dos o más gemas tienen la habilidad de fusionarse y crear una nueva. En la serie se juega con esa capacidad para representar tipos de relaciones muy diferentes, lo cual les ha costado a sus responsables la censura en varios países. Las gemas pueden fusionarse para crear un ser más fuerte o como símbolo de amor y complicidad. En su planeta natal está estrictamente prohibido que dos gemas de distinta clase se fusionen. Esto se plantea varias veces en los episodios, y representa el rechazo de relaciones no normativas en una sociedad estricta. Por otra parte, debemos recordar que todas las gemas son representadas en forma de mujer, lo que quiere decir que al representar una fusión de amor entre dos de ellas se puede estar dando a entender una relación homosexual. Es extremadamente poco común ver a dos personajes del mismo género besarse en una serie infantil, y mucho menos de una manera tan natural. Este aspecto es una de las cosas que hace tan especial a Steven Universe: normalizar relaciones LGBT+ ayuda a visibilizarlas y desestigmatizarlas.
La cosa no acaba ahí. El trabajo que hay detrás de la producción es magnífico, y también se ha puesto interés en abordar temas tan importantes como el consentimiento. En el episodio “Solos Juntos”, Steven y su mejor amiga Connie consiguen fusionarse y deciden ir a una fiesta. En esa fiesta un chico llamado Kevin se intenta poner demasiado cariñoso y Stevonnie (la fusión de Steven y Connie) decide plantarle cara y hacerle entender que no es no, que no va a mantener una actitud pasiva y que acosar a alguien que no quiere bailar contigo está mal.
En la serie también se representan casos de relación tóxica. A finales de la primera temporada, Lapislázuli, una gema amiga de Steven, se fusiona con una guerrera de la corte de los diamantes llamada Jasper para poder aprisionarla bajo el mal y proteger a su amigo. La fusión termina por desestabilizarse y Lapis vuelve con Steven con claros signos de ansiedad y depresión, constantemente culpándose a sí misma de incluso haber sido mala con Jasper. La gema enemiga logra encontrar a Lapis y le ruega de rodillas que vuelva con ella, que ha cambiado y todo será diferente, no sin antes recriminarle ser un monstruo. Esta historia parece muy típica, pero estamos hablando de una serie infantil. Nadie está preparado para vivir y saber salir de una relación tóxica, especialmente si desde la infancia se nos exige asumir la convención del amor romántico heterosexual. Es genuino y valiente que se les quiera mostrar sin tabúes este tipo de relaciones a audiencias jóvenes.
Se podría hacer un comentario muchísimo más amplio de la serie, porque cada detalle ha sido cuidado al milímetro. La magia que la envuelve hace posible que el espectador se enganche rápido y que comience a ver cosas que no están tan a la luz y que no se verán en ninguna otra serie de animación. La historia está tan bien cuidada que nunca deja cabos sueltos y que sigue sorprendiendo en cada episodio. Seguiremos hablando de ella.
