5 razones para ver «The Mysteries of Laura»
Lo confieso: no me enganchó la original Los misterios de Laura (TVE 2009-2014). Me quedo con la adaptación estadounidense (NBC 2014- ), y estas son algunas de mis razones:
1. La flexibilización del género: The Mysteries of Laura es una serie policíaca que se toma poco en serio a sí misma. Cumple con los cánones del whodunnit y resuelve un caso por episodio, pero además de la eficacia de la Policía de Nueva York nos deja ver los fallos, las dudas, los pasos mal dados, la cara menos dura del personal de la comisaría y sus problemas de conciliación, entre otros aspectos que hacen que los personajes sean de carne y hueso. Por detrás del misterio semanal hay hilos conductores que mantienen el interés más allá del muerto del momento, y la repetición de estructuras (con la excepción de la siempre esperable persecución por las calles neoyorquinas) de momento no llega a saturar.
2. La protagonista: Debra Messing se ha hecho mayor y tiene algunas curvas que no intuíamos en Will and Grace. Sigue siendo intensa, pero su interpretación se ha suavizado y tiene mucho más matices que en la sitcom que la hizo famosa. Su Laura es mucho más vital que la española (sintiéndolo mucho por mi apreciada María Pujalte), y se presenta como un personaje con potencial feminista: excelente en su trabajo, pero no una superwoman; con deseos y necesidades propias, pero no una vampiresa; colega de sus colegas y amiga de sus amigas, pero no ciega a las traiciones; madre entregada, pero no un ángel del hogar. Como no es perfecta, te la crees.
3. El humor: Como ya apuntaba, la serie entra dentro del género detectivesco, pero tiene muchos toques cómicos que enriquecen la narrativa y proporcionan un cierto alivio ante casos dramáticos, escenas sangrientas y situaciones dolorosas. Esto no es un CSI donde entras en el cuerpo del asesinado para ver por dónde cruzó la bala, ni un Sherlock hiperserio donde cada alzamiento de ceja del infalible protagonista es fundamental para entender el resultado. En la comisaría de Laura hay becarios pijos con habilidades sorprendentes, capitanes con colesterol que ponen morritos cuando les descubren las galletas en el cajón y mujeres frikis de los videojuegos que hacen caer a plomo la mandíbula de compañeros cachas de buen corazón. Los diálogos son rápidos, la ironía siempre está lista para saltar, y las formas poco tradicionales de Laura hacen sonreír a pesar de los cadáveres.
4. La nostalgia: Sí, es cierto. Mi aterrizaje en esta serie tuvo que ver con la curiosidad de saber qué estaba haciendo aquella Grace con la que mantuve una relación amor-odio durante años. Con algunas excepciones muy puntuales, no había vuelto a ver a Debra Messing en pantalla, y no puedo evitar pensar en su personaje de referencia cada vez que veo un episodio de la dramedia que nos ocupa. Pero es que además The Mysteries of Laura ha rizado el rizo y nos ha permitido contemplar el reencuentro de Will y Grace: en el episodio 1.16, «El misterio de la ex desangrada» («The Mystery of the Exsanguinated Ex», 25 de febrero de 2015), Eric McCormack interpreta a un antiguo novio de Laura que reaparece como sospechoso del asesinato de su ex-mujer. Los «¡oh!» con la cabeza ladeada, la expectación por comprobar si mantienen su química y el deseo de que Eric/Will vuelva pronto están servidos.
5. El dialogismo: Una razón más para ver The Mysteries of Laura es -volviendo a mi confesión inicial- precisamente analizar cómo se sostiene en comparación con Los misterios de Laura. Es interesante para el público, y mucho más para las personas que estudiamos productos televisivos, ver qué tipo de diálogo se establece entre la propuesta original y su adaptación, siendo uno de los ejemplos (cada vez más numerosos) de cómo la pantalla estadounidense -habitualmente la que todo lo exporta- hace suyo un material de otro país y cultura. Elementos como el ritmo, el desarrollo de las tramas, la espectacularidad de ciertas secuencias, la caracterización de los personajes o la lógica tras los crímenes se ofrecen como parámetros interesantes de comparación. Ahí queda la propuesta. Si alguien recoge el guante, que nos lo haga saber. Gracias.
