Breaking Bad. 530 gramos (de papel) para serieadictos no rehabilitados
El libro después de la serie se está convirtiendo en todo un clásico para el nutrido grupo de personas que disfrutan de una buena ficción televisiva, más aún cuando esta se encuentra en la cúspide. Aficionados, expertos, todos por igual. Siguiendo esa premisa, los autores de Breaking Bad. 530 gramos (de papel) para serieadictos no rehabilitados construyen un cuerpo multidisciplinar para descubrir las claves del éxito de la serie de Vince Gilligan. El desarrollo del guion, la evolución de los personajes y su influencia en el medio son abordados a lo largo de sus casi veinte artículos, como ya va siendo habitual en los libros de Errata Naturae. Ícaro, Prometeo y Fausto ya cayeron por el peso de su propia codicia, tal y como le ocurrió a Walter White, Heissenberg para los entendidos. ¿Hay redención para el profesor de química reconvertido en el mayor traficante de anfetamina de la televisión?
El protagonista de Breaking Bad es Walter White, un profesor de química frustrado al que le diagnostican un cáncer al pulmón. Tras esto se produce un giro radical en su vida cuando decide junto con un ex alumno, Jesse Pinkman, probar eso de “cocinar” metanfetamina en Albuquerque, Nuevo México. Con esta decisión comienza una profunda metamorfosis para convertirse en un gran capo del narcotráfico autodenominado Heissenberg, un homenaje al físico alemán que formuló el principio de incertidumbre.
Ya en el primer bloque nos encontramos con el título Introducción al laboratorio, donde Chuck Klosterman decide resaltar, por encima de todo y de todas, a Breaking Bad como la serie de referencia frente a The Wire o Mad Men. La premisa es polémica y controvertida, pero el autor expone una serie de razones para que, al menos, podamos reflexionar sobre ellas. El bloque en general resulta muy ameno, formado por una serie de artículos relacionados con interpretaciones y lecturas comparadas con otras series y géneros. Los capítulos Adversus White. Tres objeciones de amor y una ovación desesperada y ¿Cocinar coloca a Walt en el lado de los «malos»? plantean los clásicos debates morales del protagonista relacionados con teorías y autores emblemáticos de la filosofía occidental. El apartado lo cierra La mosca de Breaking Bad, de Enrique Vila-Matas, quien ensalza el valor del conocido episodio y pone el punto final al bloque más entretenido de la publicación.
El segundo configurado de artículos son cobijados bajo el marco de Las otras fórmulas de Breaking Bad, un conjunto de planteamientos relacionados con la mitología y la tragedia griega dentro del particular descenso de Walter White y la toma del control por parte de su otra mitad. La composición química del guión y la narrativa seriada inaugura el tercer bloque de esta obra, donde destacamos Cooking Quality. Las composiciones estructurales de Breaking Bad, un texto fundamental para entender el uso del flashforward y el flashback como herramientas discursivas. Francamente este es uno de los artículos más aprovechables de cara al estudio del lenguaje audiovisual. Breaking Bad se prodiga como pocas en el uso de estas técnicas, no por nada la serie empieza y termina haciendo uso de ellas. El cuarto y último bloque titulado La mirada a través del cristal azul, continúa la estela del capítulo anterior al presentarnos las claves cromáticas que se ocultan en la serie. Unos detalles que quizá puedan escaparse después de un primer visionado, pero que de cara al estudio en profundidad no pueden dejarse pasar.
El capítulo destacado: Para los que paladean el lenguaje cinematográfico, no pueden dejar de leer el capítulo Breaking bad plano a plano. La cámara constructora de significado, de Cristina Pérez de Algaba Chicano. La autora profundiza en la humanización y el uso que adquiere la cámara en la serie para construir suspenso y metáforas visuales de todo tipo.
Periodismo, divulgación y docencia.
Me puedes leer (y escuchar) también en La Milana Bonita