«AHS Freakshow»: In the land of Gods and Monsters

Cayó el telón para la cuarta temporada de American Horror Story y para la participación de Jessica Lange como eje vertebrador de la serie. Desde que en 2013 la actriz anunciara que consideraba su carrera finalizada, todos los adictos a AHS esperábamos y, por qué no decirlo, sabíamos que la entrega sería un homenaje a Jessica Lange. Y así ha sido.

En aquellos momentos se especulaba aún sobre qué tipo de viaje hacia situaciones enfermizas y personajes delirantes nos propondrían Ryan Murphy y Brad Falchuck con quienes habíamos compartido ya escenarios y clichés del género del horror en Murder House, Asylum y Coven. En la cuarta entrega seríamos literalmente engullidos por un Freak Show.

Situada la acción en los años 50 y en el pueblo de Júpiter en Florida, la entrega nos sumerge en la vida de los integrantes de una familia circense liderada por la alemana Elsa Mars, una ambiciosa mujer que desea la fama a toda costa. En un ejercicio de malabarismo, nunca mejor dicho, y teniendo como referencia la película de Tod Browning de 1932 con la que comparte estética, planos y personajes, el guión nos presentará los conflictos personales de unos seres extraordinariamente humanos con los que el espectador empatiza desde el primer momento.

La sabiduría de Ethel, la mujer barbuda; la simbiosis entre Ma Petite y Amazon Eve, las mujeres más pequeña y más grande del mundo; la reivindicación de normalidad de Paul el hombre-foca y de Jimmy, el chico-langosta; la necesidad de ser madre de Desirée, la mujer con tres pechos que se ve rechazada sistemáticamente por su marido, el forzudo Dell; la irrefrenable necesidad sexual de las hermanas bicéfalas Dot y Bet; la triste historia de Twisty, el payaso asesino; y el trasiego de la adorable Pepper nos conmueven profundamente. Backstories perfectamente construidas. Emoción en estado puro. También precipitaciones, líneas argumentales forzadas y personajes muy mal aprovechados.

Y orquestando la parte más sórdida del circo, Elsa Mars. Entre las canciones de David Bowie y Lana del Rey, Elsa Mars-Jessica Lange defenderá a sus freaks pero también será un instrumento de aniquilación y de destrucción. Tras el recibimiento hostil por los habitantes del pueblo y las acciones de Dandy, el caprichoso psicópata de la alta sociedad y de Stanley, el cazador de freaks que vende sus trofeos a un museo, el mundo de los deformes desaparecerá. Pero alcanzará una trascendencia en el más allá, en un nuevo mundo idílico en el que los personajes encuentran la felicidad y en el que Jessica Lange se convierte en diosa para actores y espectadores. 

Nostalgia en estado puro. Atrás quedaron sus memorables Constance, Sister Jude, Fiona y Elsa. Son ya historia porque Jessica es inmortal.

Si bien ya empiezan a difundirse en las redes sociales los avances sobre una quinta temporada hipotéticamente alienígena, la salida de Jessica Lange y probablemente de otras actrices recurrentes de la serie que  se han embarcado en las nuevas series de Murphy American Crime Story y Scream Queens no nos deja indiferentes y abre muchas incógnitas en una serie que, para muchos críticos y también para los adictos como yo, empieza a mostrar un agotamiento en sus fórmulas.

Tendremos que esperar a la primera entrega de la era post Lange.

Patricia Trapero

Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de les Illes Balears. Ha sido investigadora principal del grupo RIRCA y ha dirigido tres proyectos de investigación nacionales competitivos financiados por el gobierno español. Actualmente forma parte del proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Trabaja en ficción audiovisual en plataformas diversas, especialmente en temas de arquitecturas narrativas. Tiene una especial debilidad por el posthumanismo y ha publicado distintos trabajos en revistas indizadas y editoriales de prestigio internacional.