Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

La ex-centricidad que no encuentra (o no busca) su tono: «Ratched» (Netfix, 2020)

En 2017, Netflix anunciaba el inicio del proyecto Ratched, una iniciativa del periodista-guionista Evan Romansky por la que también se interesaban Hulu y Apple. La confección final del proyecto recayó en Ryan Murphy. Desde este anuncio hasta el momento del rodaje en 2018, Murphy tuvo que conseguir los derechos de cualquier producto derivado de la novela One Flew over the Cuckoo’s Nest de Ken Kesey (1962), llevada al cine en 1975 por Milos Forman y ganadora de cinco premios de la Academia: al mejor guión, a la mejor película, a la mejor dirección y a sus dos actores principales Jack Nicholson y Louise Fletcher. Como su título indica, Ratched se centra en el personaje de la enfermera que utiliza todos los medios más nefastos y crueles para anular la personalidad de los enfermos mentales o de aquellos disidentes del sistema que deben ser suprimidos. Dos elementos, el personaje y el entorno de las instituciones mentales, más que interesantes para este nuevo proyecto y que ya habían sido explorados magistralmente por Murphy en la segunda temporada de American Horror Story, Asylum.

Así, las expectativas ante el estreno de Ratched en la plataforma Netflix el 18 de septiembre eran máximas. No solo por todo lo comentado sino también porque la serie contaba con algunos de los nombres recurrentes de la «familia Murphy» como eran Sarah Paulson (Mildred Ratched), Finn Wittrock (Edmund Tolleson) y Jon Jon Briones (Dr.Richard Hannover) a los que habíamos visto en las temporadas de AHS y en The Assassination of Gianni Versace: American Crime Story, a los que se unían nombres extraordinariamente potentes del mundo televisivo o cinematográfico como Judy Davis (enfermera Betsy Bucket), Corey Stoll (Charles Wainwright), Sharon Stone (Lenore Osgood), Cynthia Nixon (Gwendolyn Briggs) o nuestro adorado Vincent D’Onofrio (gobernador George Milburn). Un reparto, pues, espectacular para el relato de los orígenes  de Mildred Ratched, una enfermera aparente modélica que esconde su lado más que oscuro e hipotéticamente monstruoso. Un lado oscuro que, lamentablemente, no se justifica en la serie mostrando un personaje deslavazado y sin una precisa lógica de actuación.

La llegada de Edmund Tolleson (Finn Wittrock) al hospital mental de Lucía

La acción de Ratched se sitúa en 1942 en California, tras el violento asesinato de cuatro sacerdotes a manos de Edmund Tolleson quien, en lugar de ser traslado a una penitenciaría, es ingresado en el hospital mental en el pueblo costero de Lucia dirigido por el Dr. Richard Hannover quien aplica terapias experimentales con sus pacientes y, de manera especial, la lobotomía y el hipnotismo. Paradójicamente, ninguna de ellas es aplicada a Tolleson quien pasa todo el tiempo en una celda aislada en los subterráneos de la institución a la que acudirán Ratched y la enfermera Dolly. Al pueblo llega también Mildred Ratched quien se hospeda en el motel del acantilado desde el que iniciará su aterrizaje —con artes manipuladoras aunque en ocasiones pueriles— en el hospital y en el que coincidirá con pocos huéspedes. A partir de estas premisas argumentales, el espectador empieza su tarea inquisidora: ¿cuál es el interés de Ratched por entrar en la institución?, ¿hay alguna relación entre ella y alguno de los pacientes?, ¿qué relación habrá —hay o ha habido— entre Ratched y Tolleson? y así sucesivamente. Y también a partir de aquí, se establecen las líneas argumentales de la temporada verbalizadas hasta la saciedad y que irán desde el thriller supuestamente noir basado en una venganza personal contra el Dr. Hannover, el esbozo de una supuesta trama política, la relación sentimental entre Ratched y Briggs en tono melodramático y el relato más que parcial o prácticamente inexistente de la vida cotidiana en la institución mental que, de hacerse, resulta una mezcolanza entre la comedia y la ex-centricidad neobarroca de situaciones y personajes que actúan desmesuradamente y de manera disociada de su arco evolutivo, si es que este existe como diseño. Queremos suponer que sí aunque no se clarifique en la temporada a pesar del desarrollo de los backstories de los personajes que ocupan algunos momentos de los ocho episodios de que consta la serie.

Mildred Ratched (Sarah Paulson) en una de sus visitas a la institución mental de Lucia

Y es que el pastiche no integrado es una de las principales incongruencias de Ratched a pesar de la claridad de las referencias citadas: la llegada de Ratched al motel  en su coche sigue una planificación cercana a The Shining de Stanley Kubrick (1980) ; las distintas apariciones/intervenciones de la enfermera en el motel, el pueblo o en algunos momentos en el centro de salud mental utilizarán recursos argumentales y esquemas de iluminación planteados por Hitchcock en películas como The Birds (1963), Marnie (1964) o Vertigo (1958) aunque desvirtuando su efecto narrativo o la simbología del color; la relación de Tollsen con sus visitantes femeninas tanto en el recinto psiquiátrico como fuera de él posiblemente intentan reflejar de una manera más que difusa The Silence of the Lambs de Jonathan Demme (1991) como también su huida con la enfermera Dolly será una especie de remedo de la relación entre Bonnie y Clyde tal como ofrece Roman Polanski en 1967. Una estética del pastiche habitual en Ryan Murphy y que nos parece más que interesante siempre y cuando conduzca a la creación de un tono específico, algo que Murphy sabe hacer perfectamente: basten como ejemplos la primera temporada de Scream Queens o la entrega American Horror Story, 1984, dos slasher movies igual de ex-céntricas e incluso más que Ratched pero que presentan una enorme coherencia narrativa. Resulta, pues, inevitable la comparación no desde el punto de vista argumental sino desde la narrativa fílmica y la construcción de personajes.

La primera entrevista de Ratched con el Dr. Hannover (Jon Jon Briones)

Aún así, hay que reconocer tras Ratched las firmas habituales de las últimas producciones de Murphy como elemento integrador de la serie en su corpus creativo y su poética, y que son las de Lou Eyrich con su espectacular diseño de vestuario, la directora de arte Judy Becker quien de nuevo muestra el horror vacui en los espacios interiores que contrastan con la nitidez casi de hotel y dinner de la institución mental; y, finalmente, del director de fotografía Nelson Cragg acompañado en esta ocasión por Simon Dennis, Blake McClure y Andrew Mitchell. Una continuidad estética que está también disociada de la narración. ¿Quizá se deba esta disociación a la ausencia de Brad Falchuck?, ¿Quizá a que la gran cantidad de producciones que tiene en marcha Murphy necesariamente pasa factura en alguna de ellas? ¿Quizá una combinación de ambas?

Sea como fuere, parece que las previsiones de Ryan Murphy eran las de la continuación de la serie en la que se desarrollaría el proceso de Mildred Ratched hasta su llegada al hospital de Oregón donde parece que va a encontrarse con R.P.McMurphy hacia la quinta temporada produciéndose el crossover con la novela y la película de Milos Forman.  Por ahora solo sabemos que en su momento, Netflix encargó 18 episodios. El tiempo nos lo dirá. Lo que sí sabemos es que Netflix producirá la nueva miniserie de Murphy, Monster: The Jeffrey Dahmer Story.

 

 

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