Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Mi «liga de guionistas extraordinarios» (y 4): Ryan Murphy, el eclecticismo y la desmesura neobarroca

Llegamos al final de este personal dossier dedicado a mi «liga de guionistas extraordinarios», esta vez dedicado a uno de los creadores más transgresores que podemos encontrar en la actualidad: Ryan Murphy, nacido en el seno de una familia católica de Indianapolis en 1965.

Casado con el fotógrafo David Miller y padre de dos hijos, Murphy se dedicó en su juventud al periodismo, colaborando en diarios como el Miami Herald, Los Angeles Times, New York Daily News y el Entertainment Weekly dando el salto a la escritura para las pantallas a finales de la década de los 90. Si hemos señalado repetidamente a lo largo de nuestra miniserie de post cómo la carrera profesional de nuestros guionistas extra-ordinarios (separado por un guión porque todos ellos se salen de la normalidad) suele ir ligada al nombre de un director de cine de reconocido prestigio, Murphy va a caracterizarse por todo lo contrario: él mismo va a dirigir sus propios guiones si bien con una suerte bastante desigual;  mientras Running with Scissors (2006) tuvo una trascendencia mediática no tanto por el film en sí mismo como por la polémica suscitada por el texto en el que se basaba -las memorias de infancia del escritor Augusten Burrough en el que se narraban las relaciones sexuales con su padre adoptivo y se realizaba una feroz crítica de los entornos familiares religiosos-  , la más reciente incursión de Murphy en la gran pantalla, Eat, pray, love (2010) protagonizada por Julia Roberts ha sido un autentico fracaso.

Pero eso no le resta ningún punto a «nuestro Ryan», bien al contrario, refuerza la idea de que el medio natural en el que mejor se desenvuelve es el de la televisión en todos sus formatos ya sean TV movies como St.Sass (2002),  Pretty/Handsome (2008), The Normal Heart (2014) y  The New Normal (2011) -todas ellas vendidas como pilotos para series episódicas que no llegaron a desarrollarse o que tan solo tuvieron una temporada-  , miniseries o series procedimentales entre las que, sin duda alguna, destacan Popular (1999-2000),  Nip/Tuck (2003-2010), Glee (2009-2015) y American Horror Story (2011-presente) todas ellas con la colaboración de Brad Falchuck. Bueno, y no debemos olvidar el enorme uso que Murphy va a hacer de las redes sociales no solo para la difusión de sus trabajos sino especialmente para la creación de expectativas a través de teasers absolutamente perturbadores y otros mecanismos de participación del fandom en la creación de tendencias de opinión, especulaciones en torno a las mismas y creación de hype(s) diversos. Un auténtico maestro en estos menesteres  del cual muchos de nosotros deberíamos aprender.

Running with scissors; Pretty/Handsome; Eat, love, pray; The Normal Heart

Pero para seguir el orden que nos hemos marcado en los dossiers previos, vamos a ver cuáles son los elementos comunes que nos permiten definir las producciones de Murphy y que permiten etiquetarlo no solo como showrunner sino como autor. Sí, somos conscientes de que nos metemos en terrenos muy resbaladizos desde el punto de vista teórico al hablar de autoría pero no lo son tanto si entendemos este concepto como la reiteración, a través de un corpus audiovisual, de conceptos y estéticas que nos permiten identificar a un director, guionista, director de arte y así sucesivamente. Así sucede en el caso de Ryan Murphy.

1. Desarrollo de sus argumentos en comunidades cerradas: las llamadas intentional communities van a ser el marco en el que van a deambular todos los personajes de las producciones de Murphy de tal manera que se crearán microcosmos específicos para cada una de ellas, normalmente marginales o alejados de las convenciones sociales generales. Así, las casas encantadas como contenedores del mal, las instituciones mentales regidas por la iglesia en las que se aplican medidas represoras, los coven y freak shows que cobijan a personas diferentes o fuera de la normalidad, el mundo de los cirujanos plásticos que crean bellezas artificiales mientras ellos mismos son representantes de la fealdad interior y las high school(s) o corporaciones estudiantiles en las que se producen fricciones personales e incluso asesinatos van a servir para poner en evidencia la enorme fractura que se produce entre estas comunidades y la amenaza que supone el mundo exterior. En definitiva, la constatación de la existencia de la «alteridad» en la sociedad contemporánea así como la ocultación de los problemas que estas pequeñas parcelas humanas deben enfrentar ante un medio externo que les es, en principio, hostil.

2. La familia, el sexo y la religión constituirán los ejes centrales de los argumentos de Murphy. La familia como el centro de situaciones negativas -incluso del horror- va a ser sistemáticamente reiterado en las series de Ryan Murphy: la desestructuración familiar y la figura de la madre -y sus sucedáneos-  sea monstruosa o superprotectora ofrecerán los mejores personajes y conflictos en American Horror Story  (baste recordar a Fiona Goode,  Constance Langdom ,Elsa Mars o Nora Montgomery) o en Nip/Tuck cuyos protagonistas se labran una vida carente de cualquier tipo de afectividad; igualmente, la búsqueda de nuevas fórmulas familiares y su reivindicación van a ser el eje central de The New Normal en la que una pareja homosexual va a conocer a una mujer que se convertirá en el vientre de alquiler de sus hijos, conviviendo con ellos. Sin duda, un reflejo de la propia biografía de Murphy que va a servirse de sus argumentos para reivindicar la homosexualidad y los problemas personales y sociales que se derivan de su reconocimiento  -o falta de él- y de sus derechos en la sociedad: elementos que también encontramos en Pretty/Handsome o The Normal Heart con una variante feminista y de reivindicación de la sororidad en American Horror Story Coven. 

Familia y sexualidad van a tener a su gran contrincante en una religión represora  -la católica-  dibujada por Murphy como carente de escrúpulos , castradora e hipócrita de la que es principal representante el personaje de Monsignor Howard en American Horror Story Asylum y cuyos defectos pondrá en evidencia la angelical -aunque-poseida-demoniacamente Sister Mary Eunice.

murphy1
Popular, Nip/Tuck, The New Normal, Glee, Scream Queens

 3. Los personajes deben considerarse como exploraciones de las distintivas facetas de la misma personalidad. Las series de Ryan Murphy tienen un repertorio limitado de personajes casi asimilables a un estereotipo social  -la madre, la estrella del musical, el freak, la joven bruja, el homosexual, el cirujano egocéntrico y así sucesivamente-  que, a través de su inmersión  en situaciones argumentales concretas  y del desarrollo de  backstories totalmente divergentes unas de otras, servirán para la disección y exploración de la condición humana inserta en la contemporaneidad. Dicho de otro modo, los temas recurrentes de todas y cada una de las producciones de Murphy van a tener su reflejo en un repertorio mínimo de personajes asimilados a un concepto o a un estereotipo cuyo desarrollo multifacético encontraremos diseminado en una o varias producciones de cariz diferente. Un planteamiento que da una coherencia a la dramaturgia de Murphy y que tiene en American Horror Story el grado máximo de sofisticación, tal como podemos leer en el post dedicado a sus personajes en este mismo blog.

American Horror Story

4. Los chicos y chicas Murphy. Sin duda alguna, Murphy mima a sus actores y éstos le adoran. La lista de «chicos y chicas Murphy» es fácilmente reconocible porque están en casi todas sus producciones  ya sea en papeles estelares como secundarios  -o menos que eso- : Joseph Fiennes, Chloë Sevigny, Lily Rabe, Jessica Lange, Taissa Farmiga, Lea Michele, Angela Bassett, Frances Conroy, Dylan MacDermott, Evan Peters, Emma Roberts, Matt Bommer, Sarah Paulson, Jill Clayburg, Kathy Bates, Darren Criss, Skyler Samuels, Dennis O’Hare, Gwyneth Paltrow… son solo una muestra de ellos. Actores a los que Murphy organiza sus plannings para que puedan estar en sus producciones, actores que lo dejan todo para estar con él  y actores y actrices que declaran públicamente su pasión por Murphy como es el caso de Amy Adams.

5. La estética neobarroca como marca de la casa. A todos los seguidores de American Horror Story nos fascina la puesta en escena de la serie: la desmesura de la planificación y de los personajes, las referencias a la cultura popular que se plasman bien directamente (clichés de género, escenas que son reconstrucciones o referencias de películas icónicas) o indirectamente (bases fílmicas como Rosemary´s Baby de Polanski, Shock Corridor de Fuller o Freaks de Browning), la autocitación como elemento esencial de sus producciones, la recurrencia a géneros y estéticas mixtas para la filmación de escenas o presentación de situaciones dramáticas específicas, la recurrencia a un corpus musical contemporáneo que es actualizado sistemáticamente por Murphy y que tiene en la serie Glee a su máximo exponente son algunas de las características de la estética neobarroca que se convertirá en elemento definidor de una estética de la puesta en escena de Murphy, una estética contemporánea y postmoderna en un trabajo admirable de pastiche-collage-bricolaje cultural.

Quedan, desde el momento de la publicación de este post, tan solo tres días para el estreno de Scream Queens y dieciocho para la quinta temporada de American Horror  Story Hotel, primera de la era post-Jessica Lange  -o primera de la era Lady Gaga, como se prefiera. Dos estrenos que seguiremos desde este blog. No hay que perdérselo: ni una cosa, ni la otra!!!

 

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