Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Un milagro en los páramos irlandeses: «The Wonder» (Sebastián Lelio, 2022)

Irlanda, 1862. Elizabeth Wright (Florence Pugh) es una enfermera inglesa que es contratada para vigilar a Anna O’Donnell (Kíla Lord Cassidy) una niña que, inexplicablemente, lleva cuatro meses sin comer de manera voluntaria. Este es el inicio argumental de The Wonder – traducida como El Prodigio en España – la última película del director argentino criado en Chile, Sebastián Lelio, y producida por Netflix. El film se trata de una adaptación de la novela homónima de Emma Donoghue de 2016 quien también se encarga de firmar el guion. Siendo el tercer largometraje de Lelio en inglés – tras el éxito de Una Mujer Fantástica que le valió el Oscar de Habla No-inglesa en 2017 y sus otros trabajos, Disobedience (2017) y Gloria Bell (2019) – The Wonder sigue ubicando las historias del cineasta con la mujer como centro. Aunque, en este caso, los personajes femeninos se retratan a través de un relato situado en un contexto histórico y social muy determinado por la época y el lugar.

La enfermera Wright, cuya ocupación es simplemente controlar a Anna para determinar la causa de su saludable condición física a pesar de su decisión de no consumir comida, asiste incrédula a las sesiones de vigilancia mientras analiza las pruebas y los motivos por los cuales la niña no enferma. Una vigía que debe compartir con una monja quien también es testigo de este indescifrable acontecimiento. Bajo estas líneas, la película establece un debate entre la religión y la ciencia donde cualquier evento que se salga de «la normalidad» es interpretado como un milagro. En definitiva, la línea que separa lo ritual de lo empírico.

Elizabeth examina a Anna y se cuestiona los motivos de su enfermedad

Siguiendo un esquema de drama psicológico y de thriller de época, gran parte de la trama se centra en las investigaciones de Elizabeth y en determinar si la condición de Anna se trata de una excepción de la naturaleza médica, de un milagro o si, realmente, los O’Donnell están conduciendo un fraude que juega con la fe de la gente. Un misterio en el que Elizabeth está decidida a llegar esta la verdad donde el rol de la medicina moderna tiene un espacio importante en la trama. Si bien la película no gira en torno a la crisis de fe de Elizabeth (su pensamiento científico es el que guía al personaje), ésta se debate entre su profesionalidad como enfermera y la voluntad de la paciente a no ser atendida. Elizabeth se encuentra en un entorno hostil y castrador donde se le exige hacer su trabajo, pero nadie la quiere allí ni le pide su experta opinión médica la que es constantemente rechazada por el comité del pueblo formado por representantes de la Iglesia católica. En este sentido, es relevante destacar el rol que se le atribuía a las enfermeras en la época: no curar al paciente, sino acompañarlo hasta su muerte. Algo que se pone en evidencia en el film que plantea la evolución de la medicina a finales del s.XIX y la necesidad de entendimiento de las capacidades del cuerpo humano.

Así, el realismo se contrapone al idealismo de la condición médica de Anna. Elizabeth asiste recelosa a la fe ciega de la familia que interpreta lo que sucede como un acto divino y que se aferra a la no-enfermedad de su hija como una forma de esperanza y redención en tiempos de pobreza. Un sacrificio por el que están dispuestos a pasar a favor de una recompensa mayor. El límite entre la vida y la muerte, la salvación del alma y la eternidad, así como la pérdida se constituyen como los motores de la trama.

Anna es vista por su familia como una niña «elegida» por Dios

Asimismo, el acercamiento sincero entre Elizabeth y Anna refleja la dualidad entre aquello que puede ser fantasía y aquello que puede ser realidad en una narrativa de “falsos milagros”. Algo que la enfermera debe contrastar y reafirmar hasta que se pone en juego la integridad moral y física de ambas. The Wonder establece su discurso en torno a la tradición cultural a partir de los relatos de ficción que construyen la mitología y la iconografía universal; en especial, la religiosa. Anna es vista como la representación virginal en la Tierra… Las anotaciones de Elizabeth se referirán como “su Biblia” donde se registra su verdad; la verdad empírica que quiere demostrar, pero no sabe aún explicar… O, “We are nothing without stories”, repite la hermana mayor de Anna, Kitty (Niamh Algar).

De este modo, la fe ciega y el relato sobre la autosugestión es una de las claves de la película que, a modo de focalizar su atención en la trama, se utiliza en ciertas ocasiones la narración en voz off y el contacto directo con el espectador. Un recurso que no se integra del todo en el largometraje y que, a pesar de querer mostrar el aparato artificial de la película en sus escenas de inicio y final, no termina de cuajar en el conjunto. Tal vez, una narrativa clásica hubiera servido más para el propósito del film ya que, este distanciamiento, queda completamente difuminado.

Las llanuras irlandesas como parte de la narración: el aislamiento y la tradición

Igualmente, el aislamiento se constituye, así, como un campo de cultivo para el fanatismo religioso. Los O’Donnell viven en las llanuras irlandesas en soledad con una clara falta de educación. Para ello sirven de contrapunto el periodista William Byrne (Tom Burke) y la llegada de Elizabeth desde Londres, ambos con formación profesional y académica. A pesar de que el contexto histórico y la contraposición entre la Irlanda pobre y analfabeta y la Inglaterra próspera y moderna sobrepasa el film, Lelio apuesta por mostrar el imponente y desierto paisaje irlandés para reflejar la soledad y la hostilidad. Unos páramos que dejan unas estampas poderosas por las que Elizabeth deambula y se pierde.

The Wonder es una película con ritmo pausado que cumple perfectamente su propósito de indagar sobre la ficción, la fe y la soledad. A pesar de que en algunas ocasiones resulta reiterativa y de su precipitación de la trama hacia el final, es una cinta interesante y contemplativa con una notable interpretación de Florence Pugh que se establece como uno de los mayores reclamos del film.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *