Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Vergüenza (2017, Movistar+): la incomodidad irreverente con concepto de autor.

Vergüenza fue una de las apuestas televisivas más arriesgadas del 2017 producidas por de Movistar+, dirigida por Álvaro Fernández Armero (guionista de Todo es mentira, Brujas, Nada en la nevera y director de episodios de Doctor Mateo, Con el culo al aire) y Juan Cavestany (guionista y director de películas como Gente de mala calidad o Gente en sitios) la cual está protagonizada por un reparto de lujo: Jesús (Javier Gutiérrez, como Satur en Águila Roja y en otras series como Aída o películas como La isla mínima) y Nuria (Malena Alterio, cuyas apariciones destacan en series como La que se avecina, Aquí no hay quien viva o en películas como Perdiendo el norte o Días de cine) como pareja protagonista de esta comedia irónica española en la que destaca su capacidad de autocrítica.

En un panorama de ficción española done sorprender en el vasto género de la comedia resulta una ardua tarea, los diez episodios de la primera temporada de Vergüenza representan un buen síntoma en el que los ingredientes de poner la incomodidad humana en pantalla, en picarescas y vergonzantes situaciones con tintes de drama resultan esenciales en sus diez episodios. En ese sentido, lo desagradable de la cotidianeidad, las dificultades provocadas por la situación social, histórica y política, las meteduras de pata constantes y las salidas de tono hacen que lo políticamente incorrecto se conviertan en las máximas características de la pareja protagonista. A tal respecto, tanto su formato (10 episodios de 30 minutos cada uno, innovador en el plano audiovisual del panorama nacional) como la combinación de los elementos temáticos y argumentales señalados nos remiten, salvando las distancias, a producciones anglosajonas y estadounidenses propias de las sitcoms en las que Shameless (2011-), en términos generales, representaría un referente televisivo en el que mirarse.

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La temporada gravita en torno a la pareja de Jesús y Nuria cuya relación estará fuertemente condicionada a la personalidad, acciones y actitudes de Jesús, un fotógrafo de bodas, bautizos y vocaciones que ve frustrada su vocación de fotografía artística y que es incapaz de controlar, gestionar y medir sus acciones y palabras delante no solamente de su mujer sino de los demás familiares tales como sus padres y suegros, compañeros de trabajo, amigos o conocidos.

Meter la pata se convierte en su norma casi cotidiana, al exponerse a situaciones incómodas que pasan de lo irrisorio (malinterpretando cariñosas señales de su mujer) a lo vergonzoso (mirando el escote de su suegra, intentando ligar con una mujer que acaba de casarse y a la cual le hace el reportaje de boda), en una escala de grises que hacen del personaje cómico-dramático un gran trabajo actoral que es necesario destacar. Los matices del personaje nos sitúan en un terreno de desconcierto ante la actitud del personaje, quien es capaz de sorprender al traspasar líneas que superan lo políticamente correcto para obtener una lectura de una postura de humor irreverente, superior, pedantemente ridícula y, en definitiva, de vergüenza ajena (rindiendo homenaje al nombre de la propia serie) que permiten, por otra parte, observar a través del personaje la incomodidad de la cotidianeidad, el dramatismo de un hombre insatisfecho que ve frustradas sus aspiraciones artísticas por falta de talento y por sus escasas habilidades sociales y, en definitiva, de adaptación al contexto o la situación en que se encuentra.

Esta actitud afectará plenamente a la pareja y provocará serias dificultades: Nuria pierde su trabajo precisamente por un inoportuno mensaje de WhatsApp en un grupo en el que su jefe forma parte, en cierto modo, pecando de un tipo de actitud más propia de su marido y que parece imitar en menor medida, inconscientemente, después de bastantes años juntos. En paro, con problemas de pareja, también se percata de que, tras un largo tiempo de intentarlo, no puede tener hijos, siendo éste uno de sus deseos, además de intentar lidiar con las salidas de tono de su marido frente a unos padres escépticos, lo cual agrava su estado de ánimo.

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Finalmente, ambos empiezan a tomar conciencia de la necesidad de cambiar su actitud para dejar que los fracasos sean menores los cuales están marcados también por una situación social en el que su generación tenía esperanzas de prosperidad respecto a la generación anterior. Las dificultades recaen en una pareja con un trabajo que pese a detestar, acaban perdiendo por sus propios fallos, poniéndolos en una situación de pobreza a la que van a tener que hacer frente por sus propios medios.

Lo ridículo de la condición humana, lo patético, lo vergonzoso, el bochorno o lo incómodo que se queda en casa o se transmite fuera son características por las cuales han apostado los directores, con un claro concepto de autor, más allá de la necesidad de ajustarse a cifras de audiencia de las cadenas generalistas. Un concepto que, pese a su largo recorrido por televisiones de panoramas internacionales y concretamente, como hemos comentado, anglosajones y estadounidenses, resulta innovador para una audiencia nacional. Vergüenza, a su vez, es la primera comedia de producción propia de Movistar+ y su tercer proyecto de ficción después de La Zona y Velvet Colección.

 

 

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