Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Virginia Johnson, una mujer adelantada a su tiempo

La serie de televisión Masters of Sex (Showtime, 2013- ), recrea la historia de Virginia E. Johnson y William Masters a partir de una adaptación libre de la biografía de Thomas Maier, Masters of Sex: La vida y obra de William Masters y Virginia Johnson, la pareja que enseñó a América cómo amar. Ambientada entre los años cincuenta y sesenta del siglo XX, en la actualidad se rueda su cuarta temporada. En este drama brillan especialmente los papeles femeninos (a cargo de la escritora Michelle Ashford), sobre todo el de la protagonista, Virginia Johnson, interpretada por una inspirada Lizzy Caplan. Johnson falleció en St. Louis (Missouri), en julio de 2013, unos meses antes del estreno de la primera temporada de la serie.

La historia comienza en los inicios de la investigación sobre sexualidad que ambos llevaron a cabo. Cuenta con detalle el trabajo que dio lugar a su texto Respuesta sexual humana, publicado en 1966, interesado por explicar las variables fisiológicas del proceso que lleva de la excitación al orgasmo. Fue una obra tan polémica que provocó el rechazo del Departamento de Ginecología y el consiguiente abandono de Masters de su cátedra en la Universidad. Fue entonces cuando crean una Fundación que más tarde se denominaría Masters y Johnson, donde Virginia se convierte en colaboradora, de igual a igual con Masters, a pesar de carecer de título universitario (se matricularía en psicología pero nunca terminó la carrera).

Michael Sheen as Dr. William Masters and Lizzy Caplan as Virginia Johnson in Masters of Sex (Pilot) - ) - Photo: Craig Blankenhorn/SHOWTIME - Photo ID: MastersOfSex_Pilot_caplan_sheen_077ra

La vida real de Johnson, conocida en su entorno como Gini, no está muy lejos de lo que recoge la ficción. Divorciada varias veces, tenía dos hijos y malvivía como cantante de country en la radio. A los 32 años entró a trabajar como secretaria en la Universidad de Washington y ahí comenzaría su relación con William (Bill) Masters, un prestigioso ginecólogo especializado en infertilidad. Corría 1957. Masters, interesado en ampliar su investigación –que entonces realizaba con prostitutas– enseñará a Virginia principios de anatomía y fisiología para que pudiera colaborar con él.

Parece que la aportación de Gini fue fundamental en aquellos estudios pioneros sobre sexualidad humana, investigaciones que harían muy famosa a la pareja. El don de gentes y la manera de ser de Gini –algo que recoge perfectamente la ficción y especialmente el trabajo de Caplan– permitió reclutar candidatas para el estudio y diseñar metodologías más ajustadas. El carácter de Masters –un hombre parco en palabras– seguramente no hubiera permitido conseguir todo lo que llevaron a cabo juntos. En aquella época, puritana y reprimida, estudiar el cuerpo humano en relación a la sexualidad era un auténtico reto. Masters entendió rápidamente que no podría hacerlo solo, que necesitaba una mujer en el equipo. Gini fue la pareja perfecta.

Gini fue una mujer excepcional en su tiempo, tal y como recoge la ficción de Showtime y la propia biografía de Maier. Luchadora y valiente, de gran inteligencia, fue capaz de convertirse en un referente de los estudios sobre sexualidad, a pesar de tenerlo todo en contra: era una mujer, a finales de los años cincuenta, con matrimonios fracasados, madre de un hijo y una hija (en la serie tiene tres) que dependían exclusivamente de ella, con un trabajo considerado poco serio –cantante– y sin estudios. Sin embargo su tenacidad y entusiasmo la hicieron imprescindible en un área científica especialmente difícil, en una época donde todo lo que tuviera que ver con el sexo era tabú y con un compañero, Bill Masters, bastante conservador, muy ambicioso y obsesionado con ganar el premio Nobel.

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Por otra parte, Gini era una mujer nada convencional, que entendía perfectamente la diferencia entre sexo y amor, tal y como recoge la biografía de Maier, lo que facilitó sin duda su vinculación con un estudio que despertaba recelos en propios y extraños y que obligaba a contemplar cientos de coitos. El guión de Masters of Sex otorga a Virginia todo el protagonismo que merece. Y Caplan ayuda a construir un personaje que sobresale entre todos los demás, a pesar de la existencia de otros muy brillantes. A ello contribuye, obviamente, que la propia Gini fuera esa mujer nada corriente de la que venimos hablando.

Johnson reconoció, en sus entrevistas con Maier (su libro es una lectura muy recomendable) que su dedicación a la investigación afectó a la relación con su hijo e hija, e incluso a la que mantuvo con Masters, demostrando así que, con la edad, se vio afectada por el mismo remordimiento que hoy tienen muchas mujeres al tratar de compatibilizar su vida personal y profesional. Sin embargo, Gini contribuyó sin duda alguna a la propia liberación sexual de las mujeres. Fue ella la que descubrió la existencia del orgasmo múltiple y también reclamó el derecho a disfrutar libremente de la sexualidad. De acuerdo con Maier, se trata de uno de esos personajes del siglo XX al que debemos grandes y positivos cambios, especialmente para las mujeres. Un personaje que, sin la ficción de Showtime, seguiría formando parte de una historia desconocida para la mayoría del público.

 

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