Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«And the Beast from the Sea» desencadena al Dragón Rojo

Francis Dolarhyde se encuentra en la fase final de su transformación y el Dr. Lecter tiene mucho que decir. Hannibal continúa jugando a su juego, uno que solo él puede comprender y disponer, tal y como si fuera un dios. Como ya viene siendo una tradición en esta última tanda de episodios, Francis radicaliza cada vez más su actitud como consecuencia del creciente poder que manifiesta la bestia con la que comparte el cuerpo.

Los títulos de la primera y segunda temporada tenían nombres relacionados con la cocina y, en general, con la construcción de una gran cena, la gran clave en los mejores momentos de la serie. Sin embargo, esta situación cambia radicalmente con los títulos de la tercera, relacionados directamente con la obra El Gran Dragón Rojo, de William Blake.

El guion no nos sorprende y Hannibal decide poner contra las cuerdas a la familia de Will Graham dándole al asesino el domicilio de su familia. ¿Por qué Hannibal traiciona a Will? ¿Acaso pretende debilitar al agente especial o, por el contrario, fortalecerlo con la experiencia? La araña aguarda en su nido esperando el resultado de sus tejemanejes. La secuencia del ataque de Dolarhyde, anclados en una casa claustrofóbica, supone uno de los grandes momentos del capítulo, con un buen manejo de la tensión y el desarrollo de la acción.

El dragón rojo Vs. El dragón rojo

File:Blakebeast1bg.jpg
Wikipedia: The Great Red Dragon and the Beast from the Sea

Pocas diferencias vamos a encontrar con la película Dragón Rojo. Si tenemos buena memoria cinematográfica o la hemos visto hace poco, como es mi caso, veremos una reedición del film protagonizado por Edward Norton. No obstante, Bryan Fuller sabe tomarse con mucho estilo las licencias creativas, ofreciendo nuevas escenas y situaciones que no se corresponden ni con el largometraje ni con la novela. Así y todo estos cambios resultan mínimos, por lo que poco nos sorprenderemos con el devenir de la historia. Lo que sí puedo afirmar con rotundidad es que supera ampliamente a la película de Brett Ratner en todos los sentidos: ambientación, elenco (con permiso de Anthony Hopkins) y ritmo narrativo. La interpretación de Richard Armitage es convincente y aporta mayor dramatismo a la compleja personalidad de Dolarhyde. La televisión permite esto y su director sabe explotarlo, ahondando en el conflicto emocional del asesino consigo mismo. Así la historia de Dolarhyde se nos cuenta con un aire renovado, trágico y oscuro. Un descenso progresivo a la locura.

La separación entre Will y Hannibal comienza a hacerse latente. La fascinación mutua y la adicción entre ambos parece resquebrajarse como nunca antes lo habíamos visto. Desde la muerte de Abigail Hobbs, Will no había vuelto a formar una familia y ahora que la tiene, Hannibal la ha vuelto a poner en peligro. ¿Cuál será la conclusión?

Lo mejor: El combate de Francis contra el Dragón Rojo, con las dosis justas de fantasía.

Lo peor: Esperaba algún nuevo giro por parte del director a la historia que ya todos conocemos.

Lo que se viene: Todavía nos quedan dos episodios por degustar. Espero grandes sorpresas.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *