Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Kin-dza-dza!» (Gueorgui Danelia, 1986) o cuando los rusos se ríen de sí mismos

Con la invasión rusa de Ucrania aún en marcha -generando muerte, caos y destrucción por un capricho- y la rusofobia cada vez más presente en nuestra cotidianidad, se defiende aquí la importancia de diferenciar claramente entre los rusos y sus dirigentes y de reivindicar al disidente, al que busca la manera de decir la verdad aun a costa de su integridad. Una buena lección al respecto la ofrece Gueorgui Danelia con su película Kin-dza-dza! (1986), que relata las surrealistas peripecias de dos terrícolas de la Unión Soviética que acaban teletransportados a otro planeta y buscando a la desesperada la manera de volver. Nunca bajar a por pan y macarrones resultó tan satírico ni tan có(s)mico.

Un estricto código de vestimenta rige la vida de los habitantes de Pliuk. Los patsaks de la casta inferior deben llevar una campanilla en la nariz

Circulan algunas leyendas entre los cinéfilos sobre «la mejor película de ciencia ficción de la que nadie ha escuchado hablar» (Georgieva, 2010). Una de ellas afirma que Kin-dza-dza! nació durante la conversación en Moscú entre Danelia y el poeta italiano Tonino Guerra, que sugirió al cineasta mucho calor y mucho sol si lo que pretendía era elaborar un producto para el público joven. También se dice que este texto fílmico es un buen ejemplo sobre cómo torear la censura. No en vano, Danelia consiguió financiación para su proyecto por parte del Comité Municipal de Moscú del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), oficina que dirigió el mismísimo Boris Yeltsin entre 1985 y 1987, antes de ser presidente de la Federación de Rusia. Eso teniendo en cuenta que la película parodia y denuncia las desigualdades de las dos sociedades en disputa en aquella época, la americana y la soviética (Padilha, 2020). También la soviética, sí, cuando critica la racionalización económica, junto con otros aspectos que deben ser leídos entre líneas. En el plano evidente, los protagonistas, el ingeniero Vladímir Nikolaievich (Stanislav Lyubshin) y el estudiante Gedevan Alexandrovich (Levan Graviadze), ponen en cuestión el absurdo de la sociedad capitalista.

Gueorgui Danelia se encargó de interpretar al personaje de Abradox, el gobernador del planeta Alfa

La historia que cuenta Kin-dza-dza! se desarrolla sobre todo en el planeta Pliuk, espacio distópico que sirve «como alerta de los peligros de abrazar la economía de mercado» (Padilha, 2020). Pero el escenario elegido da para mucho más. Eso porque el género de ciencia ficción ofrece un «margen de acción más amplio para el subterfugio y la imaginación» (Bizarro, 2021). De hecho, parece que Danelia decidiese lanzarse a la sátira ciberpunk básicamente porque así podía tratar cuestiones de peso, como la libertad o su ausencia y la corrupción en el sistema político, sin que de ese modo se ofendiese a un partido comunista que, en cualquier caso, metió mano en el guion, pidiendo por ejemplo que la botella de orujo que Gedevan llevaba en su maleta de viaje fuera sustituida por un inocente vinagre (Ustián, 2016). Lo que queda claro es que el director se ríe de muchas convenciones sociales y culturales que son asumidas como un hecho natural. Lo hace llevándolas al extremo. Si uno tiene unas pocas katse (cerillas), tiene derecho a vestir pantalón amarillo y a que los patsak, de la casta inferior, le hagan dos reverencias. Si uno tiene muchas katse, el pantalón será morado y tanto patsaks como chatlanins deberán hacer dos reverencias y, además, gritar ¡ku!

A la izquierda, un paisaje del planeta Pliuk. A la derecha, el cuadro pintado por Salvador Dalí en 1948

La película de Danelia recibió en 1987 dos premios Nika, la condecoración más importante del cine ruso, establecidos precisamente ese mismo año. Kin-dza-dza! se hizo con los galardones por el Mejor Sonido y la Mejor Música. Una de las grandes bazas del filme es precisamente su dimensión sonora, que consigue desde el primer instante de proyección trasladar al espectador a las gradas de una especie de pista circense en la que bajo los focos puede pasar de todo. Quien sonría al escuchar la canción con la que Vladímir y Gedevan consiguen ganar unas monedas para ir tirando en su periplo por Pliuk, que sepa que no va a quitarse la melodía de la cabeza durante al menos unos días: ¡Mamá, mamá, ¿qué voy a hacer yo?! Mención especial merece, también, la estética conseguida en la película, que incluye fotogramas que, por sí mismos, resultan una delicia. Los cementerios del planeta acogen globos que contienen el último aliento del fallecido. Uno de ellos, enorme, preside los aledaños del centro comercial. Con sus cuatro enigmáticas y estilizadísimas patas, recuerda de lejos el cuadro que Salvador Dalí pintó en 1948, Los elefantes.

PG y su patsak ofrecen el momento homoerótico del filme, una escena curiosa, teniendo en cuenta la posición contra los homosexuales que imperaba en la Unión Soviética

El señor PG es el líder político del planeta. Se aparece a sus súbditos en forma de holograma y todos deben mostrar sumisión ante él, que deben exteriorizar mediante una serie de genuflexiones. Pero en un momento dado, Vladímir y Gedevan descubren que PG vive ocioso en su fortaleza, retozando en la piscina -en un mundo donde el agua prácticamente se ha agotado porque de ella se fabrica combustible- e intercambiando carantoñas de amor con su fiel patsak. Teniendo en cuenta que la Unión Soviética persiguió a los homosexuales con el objetivo de su eliminación social, la escena homoerótica de la piscina de PG, aunque muy breve, supone toda una sorpresa. Es más, a pesar de lo disparatado del sketch y de lo ñoños que resultan los dos hombres de la piscina, se reivindica aquí su función de espejo normalizador en el que pudieron haberse visto reflejados algunos gays soviéticos deseosos de encontrar un camino para una emocionalidad y sexualidad felices (PG y su patsak parecen serlo). Desde luego que audiencia tuvieron, ya que la película fue dividida en una miniserie de cuatro capítulos que se pasó por la televisión y que adquirió una gran popularidad en la Federación Rusa y en el resto de países de la órbita comunista.

Distintas escenas de la película de Gueorgui Danelia en las que pueden apreciarse algunos detalles del vestuario utilizado por los actores

Por cierto que otra de las leyendas que circulan en torno a Kin-dza-dza! es la sensación que Danelia decía tener cuando el equipo grababa las escenas. Afirmaba sentirse haciendo algo punki. Verdaderamente, el resultado final es poco convencional. Basta fijarse en el vestuario y, en concreto, en los pantalones que calza el chatlanin Uef (Eugueni Leónov), ahí queda eso. Mire donde mire el espectador encontrará extrañezas en el paisaje vestimentario del filme. Ya sea la ropa del Moscú comunista de mediados de los 80, que a día de hoy genera tanta ostalgie, ya sean las piezas con las que se adornan los habitantes de los planetas Pliuk o Alfa, de buen seguro que servirán como novedoso catálogo y fuente de inspiración para los fashionistas más deseosos de ruptura, para los revisitadores del punk sin complejos del siglo XXI. En la isla de Ibiza existe un local llamado DC-10 en el que se celebra la mítica fiesta Circoloco. Danelia incluye en su película un grupo de contrabandistas, piratas del desierto. Viéndolos, uno no puede más que imaginárselos marcando estilo en la pista de baile ibicenca. Son ideales para el gran circo sideral que es el presente.


Referencias

Bizarro, D. (2021, septiembre 29). El trabalenguas galáctico de ‘Kin-dza-dza’. Agente provocador. Recuperado el 13/08/2023, de http://www.agenteprovocador.es/publicaciones/tag/Georgiy+Daneliya

Georgieva, M. (2010). Christianity and Its Transformations across Space. HAL. Recuperado de https://core.ac.uk/download/pdf/52787421.pdf

Padilha, R. (2020). «Kin-dza-dza!», philosophy, and different perspectives. An interpretation of a Soviet cult classic. Riverbend. Recuperado de https://riverbend.substack.com/p/kin-dza-dza-and-how-to-play-with

Ustián, G. (2016, agosto 22). ‘Kin-dza-dza!’: 30 años de una película soviética maravillosamente rara. Russia Beyond. Recuperado el 13/08/2023, de https://es.rbth.com/cultura/teatro/2016/08/22/kin-dza-dza-30-anos-de-una-pelicula-sovietica-maravillosamente-rara_623095

 

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