Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Los terroríficos recuerdos del pasado: «It: Capítulo Dos» (2019)

Hace apenas dos días asistíamos a uno de los eventos más esperados del panorama cinematográfico del 2019, el estreno de la segunda parte de la adaptación de la novela de Stephen King, It: Capítulo Dos. Tras dos años de expectación, rumorología y cábalas acerca de cómo terminaría la historia de «Los Perdedores» en la gran pantalla – los lectores del libro tendrían ventaja en ese sentido – esta semana se desvelaría el misterio que tendría a los habitantes de Derry aterrorizados y a los espectadores deseosos. Igualmente, la trayectoria de toda producción con un grado de interés tan enorme comienza muchísimo antes de su lanzamiento en salas. Bajo la dirección del mismo director, el argentino Andy Muschietti, se prometieron escenas más terroríficas, recursos técnicos para elevar los momentos más gore y, sobre todo, grandes nombres que encarnarían las versiones adultas de los protagonistas – sin los que el proyecto, tal vez, no hubiera tenido tanta trascendencia mediática.

Así, Jessica Chastain sería uno de los primeros nombres en hacerse público como sustitución de Sophia Lillis en el papel de Berverly Marsh; un reemplazo casi evidente debido a la anterior colaboración entre la actriz y el director en Mamá (2013). Después de una largo desfile de especulaciones y sugerencias del fandom – solo hace falta echar un vistazo a la propuesta de elenco de la imagen inferior – se confirmarían James McAvoy y Bill Hader, dos de las figuras más reconocidas tras Chastain, en los roles de Bill y Richie. Sin duda, el reparto será uno de los mayores reclamos de esta secuela y, a priori, uno de sus puntos más fuertes.

El casting perfecto de «Los Perdedores» según los fans. A Jessica Chastain se le unirán Joseph Gordon Levitt, Patrick Wilson, Chris Pratt o Chiwetel Ejiofor

Tal como se venía anunciando al final de su predecesora, la trama se centrará en el inminente retorno de Pennywise para aterrorizar, una vez más, a los habitantes del pequeño pueblo de Derry. Así, 27 años habrán pasado desde el enfrentamiento de «Los Perdedores» con la temible criatura y será, gracias a la llamada de Mike, cuando la pandilla se volverá a reunir para intentar derrotar al payaso. Una premisa argumental que intentará seguir la novela de Stephen King de 1986 y que mantendrá similitudes temáticas y visuales con su primera parte cinematográfica. En este preciso sentido, la It de 2017 realizaría un retrato acerca de los miedos y ansiedades de las vidas particulares de estos siete adolescentes (Bill, Beverly, Ben, Eddie, Mike, Stan y Richie)  que se manifestarían en la forma del payaso Pennywise como parte de su proceso de superación del trauma y de su paso a la madurez. Un viaje personal de cada uno de los componentes del grupo que tratarán pandemias sociales como la sobreprotección parental, los abusos físicos y sexuales, la culpabilidad frente a la pérdida, el bullying o la presión emocional por cumplir ciertas expectativas de futuro. Unos hechos que ya se presentaban en la obra de King y que se trasladaron de manera sobrecogedora e impactante. Así, la utilización de las identidades y pesadillas infantiles como catalizadoras y mediadoras del terror se terminarán de asentar como una de las constantes del género audiovisual como también podemos ver en las recientes El Secreto de Marrowbone o Historias de Miedo Para Contar en la Oscuridad, en animes como The Promised Neverland, en videojuegos como Little Nightmares o Limbo, e incluso, en una serie como Stranger Things donde lo paranormal y lo «infantil» van absolutamente de la mano.

Jessica Chastain en la escena más sangrienta de la historia del cine

Entonces, ¿el resultado que intenta conseguir Muschietti en la primer parte es igual de efectivo en estea última aventura? ¿Funciona la premisa más allá del imaginario infantil? En It: Capítulo Dos, los personajes ya en edad adulta deben regresar a su pueblo natal rememorando inevitablemente recuerdos de su vida pasada, positivos y negativos. Así, Derry se establece como un contenedor de lo maligno. O, al menos, de lo dañino. Los malos recuerdos se mezclarán con los buenos en una amalgama nostálgica para los personajes, pero también para el espectador. Si la primera película nos trasladaba a la melancolía de una época pasada – la década de los 80, como también lo hará de manera muy efectiva Stranger Things o GLOW – en esta secuela las ruinas (literales) de Derry se manifestará frente a los personajes, como espectros del pasado; o, mejor dicho, de su propio pasado particular.  O, cómo escribía Maribel Escalas en su análisis sobre la primera parte: «los viejos miedos se quedan atrapados sin importar el paso del tiempo» Así, la memoria y los recuerdos serán una de las líneas argumentales de la cinta, estableciéndose como la base de su desarrollo narrativo.

Pennywise sobrevuelta el cielo de Derry, una vez más

Precisamente ahí será donde resida la posible incongruencia narrativa de la cinta. ¿Está It: Capítulo Dos plagada de paralelismos referenciales o de reiteraciones innecesarias? La fórmula de alternar entre pasado y presente utilizando una estructura prácticamente de espejo con la primera parte constituirá la sensación de un déjà vu narrativo que no aportará excesiva novedad al género ni a la historia en torno a Pennywise. Una aventura que, a pesar de que tener un ritmo bastante acelerado (las casi tres horas pasan realmente volando), se queda anclada en una excesiva repetición, una extrema dependencia de los recursos utilizados en su predecesora y en unos personajes poco desarrollados. Su efectismo y aparatosidad donde la realidad se alternará con la sugestión de los personajes mostrará una voluntad por crear escenas más salvajes y atrevidas como parte del denominado «horror sensorium» que, según Angela NdalianisThe Horror Sensorium, Media and the Senses (2012) – consistirá en la implicación activa frente al producto audiovisual que permite crear un simulacro sensorial en el espectador, convirtiéndose en una de las claves esenciales del género del terror. En este sentido, ambos largometrajes conseguirán trasmitir esta experiencia donde la paranoia y la claustrofobia serán las bases de su discurso visual – ejemplo de ello será la famosa escena de la sangre en la imagen superior, sin ir más lejos. Sin embargo, la temática y la simbología encarnada en la figura de Pennywise quedarán relegadas a una grandilocuencia visual y a sus virguerías técnicas (dignas de aplauso de la misma forma como en la primera entrega) Un gran acierto para muchos, pero una estrategia caduca para otros.

¿Nos encontramos frente a una historia redundante en forma y contenido que carece de la misma efectividad emocional que tenía la primera? ¿Tal vez el factor «niños» es indispensable para conectar más con el planteamiento original de Stephen King? Más allá de su fidelidad a la novela, It: Capítulo Dos es una secuela que, a pesar de que actuará de cierre para la historia de «Los Perdedores» y del destino de Pennywise, no deja de parecer una prolongación de los recursos vistos anteriormente de forma un tanto insustancial más que una continuación.

 

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