Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

No Home Movie, Chantal Akerman (2015): Y la vida, es esto.

El cine de Chantal Akereman es de una interpelación política constante. Sus narraciones recrean la realidad mediante lo que se oculta en ella. Una interrogación constante acerca de lo que conocemos, lo que nos parece percibir, el modo en como nos relacionamos con el mundo. Poner en crisis siempre la institucionalización de la vida o su veracidad. Con una mirada quieta, el cine de Akerman, despojado de falsas improvisaciones y afectaciones, nada dramático ni tendencioso, se pone al servicio de lo que está oculto, trascendiendo al realismo cinematográfico.

No Home Movie (2015), desarrolla toda una economía de recursos al servicio de una reflexión brutal sobre como las biografías no pueden escapar del destino simbólico que las significa. En ella, se documentan los últimos días de Natalia, su madre, mujer que sobrevivió a Auschwitz y que en su cénit vive recluida entre las paredes de su hogar. Mediante un collage de momentos cotidianos comprimidos en planos cerrados y encerrados en pantallas digitales -las conversaciones de madre e hija son a distancia-, se compone el final de una vida que percibe el mundo a través de ventanas, que organiza su cotidianidad alrededor de las comidas y la radio, y que funciona en un estado de dependencia continuo a las figuras de Sylviane, hermana de Chantal, y las mujeres que la asisten. En este devenir, se dibuja la parábola vital de Natalia: una vida que sobrevive a la negación de su voz, presencia y cuerpo, y que concluye en una supervivencia quieta, de memoria complaciente, con una mirada forjada a golpe de nostalgia. Una biografía que transita desde el repudio y destierro, al encierro necesario y obligado.

Tras todo ello, tras todo lo que no se verbaliza sino que es: la vida. En su carrera, Chantale Akerman ha dado voz y semblanza a lo que es -y siempre ha sido- pero que no “existe”. Lo que no puede ser visto ni nombrado. Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1976); Sud (1999); o Là-Bas (2006), son sólo algunos títulos mediante los que la realizadora da buena muestra de una mirada con vocación documental que tiene la habilidad de hacer visible y significar lo que el silencio impuesto ha hostigado. Un silencio impuesto por unas relaciones de poder. Por unos procesos de exclusión y expulsión feroces a favor de la idea de un progresismo patriarcal, clasista, heteronormativo y racializador. En el caso que nos ocupa, este silencio impuesto ha dejado a Natalie en estado latente de desamparo y de destierro que el film saca a la luz contraponiendo su quieta vida a planos interminables del paisaje perdido, al que se ha renunciado por supervivencia. Nostalgia en estado puro.

 

En No Home Movie, participamos de las conversaciones que madre e hija mantienen de forma regular. En la mayoría, menos una en las que sí se explicita una declaración de amor, hablan de todo y de nada. De la familia, de la historia, de los momentos, de como llevan la vida. En este sentido, resulta reveladora una de las afirmaciones de Natalia: “Chantal nunca me dice lo que piensa. Habla mucho pero jamás me dice nada ”. He aquí, en palabras de la madre, la brillante capacidad inquisidora de quién cuenta todo sin decir nada. Es los primerísimos primeros planos e hiperangluaciones tan típicas de las conversaciones en línea, tras la sobre-exposición de las narizotas, ojazos, bocas, orejas, frentes, dónde la vida toma forma y se sintetiza. Nuestra mirada ríe por la complicidad del momento, y se reconoce en los detalles en los que siendo todo tan intangible, tan irreal como hiper-real a la vez, tan forzado y mediado,… se convierten momentos de verdad en nuestras vidas. En esta recreación esperpéntica de la intimidad, hemos sentido. Y quizá, alguno de estos momentos, han sido más de verdad que cualquier otro.

En la mirada de Akerman, en sus procesos de hacer visible lo invisible, no sólo emergen las vidas. La memoria, la heroicidad, la idea de hogar, el sentimiento de pertenencia social… todo se conjuga para que lo permanece y significa en la vida tenga lugar. Sin sentimentalismos, sin concesiones. Simplemente por la severidad y la austeridad de la exposición, Akerman consigue que nos interroguemos sobre qué es el hogar, cuando el hogar siempre ha estado tiranizado y institucionalizado por la idea de familia nuclear, y que siempre ha supuesto confort, mobiliario y pertenencias. Nos empuja a que nos demos de bruces con la idea de heroicidad, cuando esta ha sido pautada por el deso de trascendencia épica de una vida siempre en lucha, combate, sacrificio y/o redención. Logra que reasignemos el valor de la memoria a través de la imprecisa y parcial memoria de su madre; que le demos el justo valor a la memoria cuando esta sirve para lo que siempre sirvió, para conciliarnos con nuestros destinos, lejos de su magnificación al servicio de un ideal.

Esto se escribe en pleno confinamiento Covid19. En un momento en que dependemos de nuestras pantallas para conservar la ilusión de la pertenencia. En un momento en el que la idea de hogar, espacio históricamente privado, tiene que premura de hacerse público para poder decir que estamos y existimos. Un momento en el que tomamos conciencia de que la vida es quieta. Toma de conciencia que nos despoja de la artificialidad de la exposición social y consecuente performativización de quién somos. Un momento en el que ocurre un revisionismo de lo que es heroico ante la revelación de que la heroicidad siempre ha sido la que ha procurado el sustento y sostenibilidad de la vida y que siempre se soterró por feminizado y poco productivo económicamente hablando. Una abstracción de lo que es el sentimiento de equilibrio: el hogar como lugar de permanencia. Así es No Home Movie y su transcendencia. Así es la mirada de Akerman, incómoda para la existencia institucionalizada, y brutamlemente reveladora. Las lecciones de saber como las biografías y los saberes de las biografías historica, insitucional y simbólicamente confinadas. Tras ello, empecemos a preguntarnos como queremos que sea el mundo después del confinamiento.

 

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