Acude a la llamada: «Vaiana», la nueva joya de Disney
2016 ha sido un prolífero año para el cine de animación. Mascotas, Angry Birds, Trolls, Ice Age: el Gran Cataclismo, Kung Fu Panda 3, Cigüeñas, Ratchet & Clank, La Fiesta de las Salchichas, La Tortuga Roja, ¡Canta!, Buscando a Dory, Zootrópolis, Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas… Todas ellas películas de gran calidad creativa – especialmente los dos últimos títulos (¡imprescindibles para amantes del género!) – y que demuestran que las producciones de animación se adaptan a cualquier tipo de historias, de público y de técnica. Así, la cinta que nos concierne hoy cierra un estupenda temporada para una industria en expansión cada vez más popular y con más futuro; además de ser un film que, prácticamente, no necesita introducción.
Después de títulos como ¡Rompe Ralph!, Big Hero 6 o Zootrópolis destinados a un público más geek por su contenido, estética y referencias socioculturales, con Vaiana Disney se vuelve a coronar como el estudio de animación por excelencia retomando las fórmulas que explotaron desde sus inicios cinematográficos en la gran pantalla en 1937 con Blancanieves y los 7 Enanitos hasta finales de la década de los 90 con Mulán cuando la irrupción de las técnicas 3D comenzaron a abrirse camino eclipsando la animación tradicional. La cinta dirigida por John Musker y Ron Clements – reconocidos colaboradores del estudio con películas como Aladdin, La Sirenita o Tiana y el Sapo – nos trasladará a las remotas islas en medio del océano Pacífico donde nuestra protagonista Vaiana, hija del líder de su tribu, será la elegida para una misión, igual de vital que de peligrosa, para salva a su pueblo y al ecosistema en el que se crió y que tanto ama. Así, la joven intrépida se andentrará en el feroz oceáno Pacífico en busca del semi-Dios Maui y vivirá la mayor aventura de su vida.
Una premisa ya se sobras conocida por los incondicionales de la factoría Disney, pero con un discurso adaptándose a los tiempos que corren. El estudio vuelve a poner a una protagonista femenina en el centro de la trama después de la enorme éxito que tuvo otro intento de retorno a sus orígenes con Frozen. Calificada – erróneamente, en mi modesta opinión – como «la nueva Princesa Disney», Vaiana es una heroína aventurera, de espíritu libre, guerrera, apasionada y, sobretodo, independiente que sigue la estela de otras protagonistas animadas del estudio – curiosamente, mmuchas de origen étnico – como Pocahontas, Mulán (mi favorita desde siempre) o Tiana; además de incluir en el lote a otras como Mérida de Brave o Rey de Star Wars (recordemos que Pixar y LucasFilms pertenece a la factoría Disney) Personajes femininos que supondrán un magnífico ejemplo a seguir por las generaciones de niñas futuras que obtendrán de ellas unos valores de forteleza, autosuperación y autosuficiencia.
Así mismo, a pesar de la estructura de guión más o menos protitípica siguiendo el ciclo del héroe (de la heroína, en este caso), prácticamente de manera literal, detrás de esta historia de aventuras se esconden mensajes contundentes de concienciación social. Al igual que pasaría con Zootrópolis, en donde se aprovecharía el universo animal donde conviven presas y depredadores para hacer una fuerte crítica al racismo, el miedo como mecanismo de control de la sociedad o cuestionar el papel de la policía como medio del orden público, Vaiana tendrá un cometido parecido. Por un lado, la reividicación identitaria de las culturas del Pacífico Sur – que se trasladará a una búsqueda personal de ambos personajes principales; y por otra parte, una denuncia a la destrucción de la naturaleza a manos del hombre que culmina con un llamamiento a la preservación de ésta. Dos temáticas tremendamente acertadas para la elaboración del discurso del film y que se integran perfectamente con la estética de la misma. Un estilo de animación 3D donde las texturas y los movimientos rozan la perfección y son uno de sus alicientes destacados. Un modelado con extremado detalle que era (casi) exclusiva de las producciones de Disney-Pixar y que se extiende a resto de sus trabajos.
Contando con todos los elementos que hacen un buen producto Disney, no podían faltar los personajes secundarios carismáticos y robaescenas – me parece que más de uno se hará fan incondicional del gallo Hey-Hey – y las canciones pegadizas. Con una banda sonora compuesta por Mark Mancina inspirada en los ritmos haitianos y con las letras de Lin-Manuel Miranda (compositor del famoso musical Hamilton) en colaboración con el músico de Samoa, Opetaia Foa’i, «Qué Hay Más Allá» se puede convertir en uno de los nuevos himnos de Disney en donde se reclama la identidad personal cantada por una de sus protagonistas femeninas como «Colores en el Viento» (Pocahontas), «Reflejo» (Mulán), «Parte de Él» (La Sirenita) o, como no, la propia «Let it Go». Otro elemento «marca de la casa» que al público la encanta y que se amoldará al tono general de la película.
Sin embargo, a pesar de las controversias propicieadas por el cambio del título original de «Moana» por «Vaiana» en Europa continental debido a la coincidencia del nombre con una marca conocida de jabones o los varios movimientos sociales del Pacífico Sur que acusan a la cinta de fomentar estereotípos y de apropiación cultural (haters gonna hate…); Vaiana se ha convertido en el última joya de Disney que tanto estábamos esperando. Una película llena de aventuras, con un estupendo humor (entre el más simple pero eficaz y las autoparodias recurrentes), una tesis contundente, una protagonista potente y con una fuerte carga emotiva que podrán disfrutar tanto niños como los adultos que les acompañan y los nostáligos «más maduritos» que creceron con las cintas del estudio. Vaiana es, sin duda, una cita obligada para los fans incondicionales de Disney y para los amantes de la animación en mayúsculas.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora de cine de animación y videojuegos en CESAG-Comillas. Interesada en la investigación en game studies y TV studies. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en todo aquello que tenga relación con la construcción estética y dramatúrgica del espacio en la ficción televisiva, cinematográfica y en los videojuegos.