Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Buscar a alguien para encontrarse a uno mismo: «Buscando a Dory»

Hoy vuelve a contribuir en nuestra sección de cine la ya habitual en RIRCA, Mª de Lluc Quetglas Barroso, que, poco a poco, se está convirtiendo en una de nuestras colaboradoras regulares y nuestra especialista en temas de animación. Esta vez, nos trae sus opiniones respecto a la nueva película de Disney/Pixar Buscando a Dory. Aquí las tenéis:

Como cada verano, llegan a la gran pantalla las propuestas de animación de los estudios Disney/Pixar. En esta ocasión, nos han traído la secuela Buscando a Dory que, a diferencia de lo que suele pasar con otras segundas partes, empezó generando muchas expectativas desde los inicios del proyecto. Y, la verdad, no es de extrañar teniendo en cuenta que hace ya 13 años del estreno de Buscando a Nemo. Aunque esta no ha contado con el factor sorpresa que tuvimos con su antecesora, tanto la crítica como los datos de audiencia se han puesto de su parte.

Como era de esperar, el peso de toda la cinta recae en el personaje de Dory que, a estas alturas, se ha convertido en uno de los personajes más carismáticos e icónicos del estudio. La película comienza con un sueño en el que ésta (¡por fin!) recuerda a sus padres. Desde este momento, Dory, Nemo y Marlin – nuestros protagonistas – se embarcan en (otro) gran viaje para encontrarlos. Sin embargo, a medida que avanzan, se irán encontrando con dificultades cada vez mayores que harán que las personalidades (casi) antagónicas de Dory y Marlin choquen de tal manera que deciden tomar diferentes caminos. De esta manera, Marlin decide rendirse y volver a casa, mientras que Dory – como no puede ser de otra manera -decide «seguir nadando» a sabiendas de las dificultades que conlleva ir sola con su enfermedad.

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Dory y Marlin se reencuentran para esta nueva aventura

Aparte de Nemo y Marlin, aparecerán acompañándola en su aventura nuevos personajes: Destiny, la tiburón ballena miope; Bailey, la ballena beluga hipocondríaca; y Hank, el pulpo septópodo (a causa de un accidente solo cuenta con siete tentáculos). Éste último, con su personalidad seria, será el equilibrio perfecto para Dory con la que formará una pareja extraordinaria. Además de los personajes nuevos, también harán acto de presencia algunos personajes míticos de Buscando a Nemo dibujando una sonrisa a todos los nostálgicos que fuimos a ver la primera cinta cuando éramos niños y que, ahora, ya no lo somos tanto – al menos físicamente…

Es prácticamente imposible no comparar las dos películas teniendo en cuenta que la premisa es, a simple vista, la misma. Pero, al acabar de ver Buscando a Dory te das cuenta de que el mensaje es totalmente diferente. Si en Buscando a Nemo, un padre recorrerá medio océano luchando por encontrar a su hijo donde veremos como se tratan temas como el miedo a la pérdida de un ser querido, el inconformismo y la superación; en Buscando a Dory el temática principal será la aceptación utilizando el viaje de búsqueda de sus padres como pretexto para encontrar su propia identidad. Toda la narración se centra en la manera de vivir de Dory y en su actitud positiva a la hora de enfrentare a los problemas y a sus limitaciones. Incluso, en una parte de la película, Marlin y Nemo, no tendrán más remedio que utilizar los métodos poco ortodoxos de la pececilla azul con el pensamiento: «¿y qué haría Dory?» Por eso esta secuela es más cómica y menos dramática que la primera. Empatizamos con Dory, con su vitalidad y su alegría.

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El pulpo Hank, otro personaje icónico de la mano de Pixar

Como ya hemos comentado anteriormente, Buscando a Dory ya no cuenta con la sorpresa de Buscando a Nemo. Y es que todo el mundo conoce de sobra su mundo y a sus protagonistas. Aún así, la cinta consigue sorprender tanto con su guión como a nivel técnico. De hecho, es en este útimo precisamente donde la secuela supera a su predecesora. El refinamiento al que han llegado con los movimientos y texturas marinas es increíble, especialmente habría que resaltar la complejidad de animar al pulpo Hank, personaje que aparece bastante tiempo en pantalla y con una dificultad de movimientos corporales espectaculares.

Así que, dejad los prejuicios a un lado, porque Buscando a Dory es una gran película que nada tiene que envidiar a Buscando a Nemo cargada de positivismo que os hará pensar y reír a partes iguales y podréis disfrutar tanto con la familia como con los amigos.

 

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