«The Leftovers», o el mundo después de que suceda lo inexplicable
The Leftovers es con toda probabilidad una de las series televisivas más marcianas que hay ahí fuera. Creada por Damon Lindelof y Tom Perrotta, se trata de otra producción de la HBO, y aunque tal vez no haya cosechado el éxito de audiencia de otras, sin duda aquellos que la hemos seguido en el recorrido de los veinte episodios que conforman sus dos temporadas queremos más. De acuerdo, tal vez no sea apta para todos los públicos, quizás no nos dé las respuestas que esperamos cuando las deseamos, pero es que estamos hablando de Damon Lindelof. ¿Les suena? Sí, se trata del co-creador de la archiconocida y archireputada Lost, una serie que se convirtió en un fenómeno a escala mundial y que no dejó a nadie indiferente. Y sin duda que The Leftovers toma ingredientes de esta; unos ingredientes que, admitámoslo, en ocasiones pueden llegar a frustrar al espectador. Los flashbacks, la focalización en distintos personajes, y, sobretodo, la ambigüedad y el espacio abierto a múltiples interpretaciones son algunos de ellos. Aquí no vale permanecer pasivo, hay que participar. No nos van a servir las respuestas en bandeja de plata, tenemos que buscarlas por nosotros mismos, incluso me atrevería a decir que, en parte, tenemos que crearlas por nosotros mismos.
UNA PRIMERA TEMPORADA BASADA EN EL LIBRO HOMÓNIMO DE TOM PERROTTA
La primera temporada transcurre en la ficticia ciudad de Mapleton, Nueva York, donde un 14 de octubre cualquiera desaparece un 2% de la población mundial, lo que supone que unos 140 millones de personas se desvanecen de la faz de la Tierra sin previo aviso y sin que haya una explicación aparente. A este fenómeno se lo conoce como la «Ascensión,» el «Rapto» o el «Arrebatamiento.» La trama echa a rodar tres años después, narrando el impacto de este suceso sobre las vidas de una serie de personajes, así como los cambios a nivel social que tienen lugar en la ciudad como resultado del desasosiego y el desamparo generalizados.
El protagonista es Kevin Garvey, jefe de policia local. Tras el 14 de octubre su esposa Laurie abandona el hogar familiar para unirse a un grupo conocido como los «Culpables Remanentes.» En principio el objetivo de este grupo es el de recordar a los desaparecidos, impedir que se borre el recuerdo de lo sucedido. Para ello hacen voto de silencio, visten de blanco, fuman en cadena y organizan manifestaciones. A efectos prácticos imposibilitan que la gente se recomponga y que puedan rehacer sus vidas. Su mensaje, al parecer, es que el mundo terminó aquel día. Laurie es terapeuta, y decide unirse a ellos debido a que una de sus pacientes, Patti, líder del grupo local de los «Culpables Remanentes» vaticinó que algo terrible estaba a punto de suceder antes del día clave. Más tarde se les une Meg (interpretada por Liv Tyler).
Como consecuencia de la marcha de Laurie, Kevin se queda solo a cargo de Jill, la hija adolescente de ambos, una chica de comportamiento y actitud algo inestables y que nos permite ver el impacto del suceso en el comportamiento de los jóvenes, cuya actitud se vuelve rebelde, decadente y en ocasiones incluso suicida. Por si esto fuera poco, Kevin debe convivir con el temor a desarrollar el mismo brote psicótico de su padre, el anterior jefe de policia, quién fue cesado precisamente cuando empezó a manifestarse en él esta enfermedad. Esto da mucho juego a nivel argumental, ya que en ocasiones no sabemos si Kevin está soñando, sufre de alucinaciones o ninguna de las dos.
Otro personaje carismático es el «Sagrado» Wayne. Este afirma poder substraer el dolor emocional a las personas dándoles un simple abrazo, y resulta uno de los personajes más enigmáticos. Tommy, el hijo de Laurie de una relación anterior, y por tanto hermano de Jill, decide abandonar la universidad y ponerse al servicio de Wayne, ya que cree que su procedimiento realmente funciona. Su tarea será la de proteger a una chica embarazada de Wayne, que según él es la clave de todo.
Nora Durst es otro de los personajes más relevantes. Se trata de una mujer que no perdió a un ser querido en la «Ascensión,» sino a tres; su marido, su hija y su hijo. Estaban desayunando como cualquier otra mañana cuando de repente se desvanecieron. Lógicamente el impacto sobre la vida de Nora es terrible. Trabaja para el «U.S. Department of Sudden Departure«, el departamento gubernamental que investiga las desapariciones y gestiona las indemnizaciones que deben darse a las familias. Su tarea consiste en pasar un extenso cuestionario a las familias para tratar de descubrir un patrón común a todas ellas.
El reverendo Matt Jamison y su esposa Mary completan este elenco. Como consecuencia de lo sucedido el número de feligreses de la iglesia que regenta Matt en Mapleton decrece considerablemente, lo que le lleva a iniciar una cruzada para seguir manteniéndola en pie, y salvaguardar así la fe cristiana. Aquel 14 de octubre Matt y Mary se encontraban en su coche, sufrieron un accidente y desde entonces Mary sufre de una parálisis permanente.
Aparte de la aparición de cultos como los «Culpables Remanentes» o de personajes mesiánicos como el «Sagrado» Wayne, lo más interesante en esta primera temporada es la representación de las distintas formas de afrontar un suceso traumático inexplicable, tanto a nivel individual como a nivel social. Cada personaje acarrea consigo su dolor, y ninguna lo experimenta del mismo modo. Cada uno debe buscar el mejor camino para sobrellevarlo. En este sentido, diría que The Leftovers es ante todo una serie muy, muy humana.
SEGUNDA TEMPORADA, BIENVENIDOS A JARDEN
Las críticas sitúan a esta segunda temporada en muy buen lugar, y lo cierto es que esta segunda parte mejora lo visto en su precedesora. En esta ocasión la acción se traslada a un lugar llamado Miracle National Park, en la ciudad tejana de Jarden, la única en el mundo en la que no se desvaneció nadie aquel 14 de octubre. Antes de aquello la habitaban 9261 personas; los mismos que ahora. Seguimos contando con la gran mayoría de personajes de la primera temporada, pero ahora el contexto es distinto. La gente peregrina en masa a esta ciudad en busca de protección, de tal modo que la lista de espera para acceder es larguísima. La ciudad esta vallada para impedir su invasión y preservar su supuesta pureza.
Se introducen nuevos personajes, entre ellos la familia Murphy, formada por John y Erika, y sus hijos Michael y Evangeline. También hacen acto de aparición otros tantos rodeados por un halo de misticismo, como Virgil, un anciano que vive en una cabaña y que dice poder ayudar a la gente y parece conocer detalles de sus vidas privadas sin habérselos encontrado antes, Isaac, una especie de curandero que afirma conocer detalles acerca del futuro y del pasado de sus clientes, o un misterioso tercer personaje que vive en lo alto de un pilar en el centro de la ciudad. Es digna de mención la recurrencia de terremotos en la ciudad, lo que nos lleva a plantearnos si el evaporamiento de personas no estuvo tal vez relacionado con un fenómeno geológico y/o geográfico.
El evento clave alrededor del que se desarrolla la acción en esta segunda temporada es la misteriosa desaparición de Evangeline Murphy y sus dos mejores amigas en una noche en la que se encontraban tomando un baño en el rio. El shock en la ciudad es inmenso, ya que sus habitantes creían fervientemente que Dios les había liberado de la «Ascensión,» y es en este momento cuando algunos empiezan a cuestionarse la aceptabilidad de este planteamiento, en especial la familia Murphy, y muy en especial John, que ya antes se manifestaba en contra de la idea de que Miracle tuviera algo de milagroso.
Kevin Garvey por su parte sigue batallando contra sus múltiples problemas, ejerciendo de auténtico caballero cruzado. Cada vez que parece haber superado uno de ellos se da de bruces con unos cuantos más. Resulta complicado no simpatizar con este gran personaje protagonista, tan frágil pero a la vez tan batallador, y por ello tan humano. El destino se ceba con él, pero su determinación no tiene límites.
LA TERCERA TEMPORADA SERÁ TAMBIÉN LA ÚLTIMA
Los seguidores de The Leftovers estamos de enhorabuena ya que la serie se prolongará por una temporada más; su tercera y última temporada. Y esto es así porque así lo han querido sus creadores, que tenían claro que debía llegar a su fin, y que debía hacerlo pronto. Lindelof y Perrotta han prometido un final ciertamente ambiguo pero también muy emocional, que no dejará a nadie indiferente. Esto podría equipararse al final que tuvo Lost en su momento. A algunos nos resultó francamente frustrante no encontrarnos con una explicación a todos los enigmas que aquella serie planteaba, y tengo la corazonada de que con The Leftovers nos quedaremos con una sensación muy similar. Esto tiene su parte positiva y también su parte negativa. Estamos acostumbrados a narrativas que se completan y se cierran por si solas; tramas que vienen ya regurgitadas, de tal modo que el esfuerzo que nos exigen es mínimo. Con engullir es suficiente. Sin embargo, no está de más tener que hacer un esfuerzo de interpretación de vez en cuando, y elucubrar sobre el porqué de las cosas. Además, esto nos garantiza que nuestra experiencia de la serie en cuestión sea una experiencia mucho más única.