Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

“El Círculo.” Tom Hanks, Emma Watson, John Boyega…y una película de plástico

De la mano del director James Ponsoldt llega El Círculo, una película protagonizada por Emma Watson, Tom Hanks y John Boyega (más conocido por interpretar a Finn en la nueva trilogía de La Guerra de las Galaxias). Tres pesos pesados de la industria en un filme que aborda temas de candente actualidad como lo son el uso que hacemos de las redes sociales o la transparencia online, muy al estilo de un episodio de Black Mirror pero sin la pegada de un episodio de Black Mirror. Si hubiera que destacar algo de El Círculo sería únicamente el renombre de su reparto, que resulta ser un reclamo excelente para llenar las salas de cine, pero poco más.

La protagonista de esta historia es Mae Holland, una chica luchadora que a través de un contacto consigue un empleo en El Círculo, la empresa online más influyente del mundo. El cuartel general de la compañía se asemeja a una suerte de oficinas de google hibridadas con Silicon Valley y con un campus universitario de ensueño. Todos sus trabajadores son jóvenes prometedores y 100% comprometidos con la causa, que no es otra que la de unificar toda la información en línea de sus clientes. Esto incluye sus datos bancarios, sus perfiles en redes sociales, sus direcciones de email o sus contraseñas. El supuesto pretexto de este procedimiento es el de conseguir una ciudadanía lo más transparente posible.

Mae siente que trabajar para El Círculo es la oportunidad de su vida.
Mae siente que trabajar para El Círculo es la oportunidad de su vida; un lugar en el que explotar todo su potencial.

A este efecto El Círculo llega a instalar unas cámaras diminutas en miles de enclaves de todo el mundo, en una demostración del alcance de sus intenciones, e incluso llega a desarrollar un sistema colaborativo a través del cual es posible localizar a cualquier persona en el globo terráqueo en cuestión de unos pocos minutos, gracias a la inestimable información proporcionada por los usuarios de las redes, que, cámara en mano, exponen a la persona en cuestión. Esto tiene sus ventajas (como la posibilidad que otorga de detectar a fugitivos, por ejemplo), pero también sus inconvenientes (¿Qué hay de aquellos que que no han cometido delito alguno y que sencillamente no quieren ser encontrados?). El eterno dilema.

Toda la acción se centra en la evolución de la protagonista, que pasa de las reticencias iniciales con respecto a la labor de la empresa a la entrega total a su causa, llegando a dejar de lado su privacidad y a sus seres queridos en favor del proyecto que tienen entre manos. Para ello portara consigo una cámara 24 horas al día, 7 días a la semana, con la intención de demostrar que si uno no tiene nada que esconder, no debería hacerlo. Es más, uno debería estar dispuesto a compartirlo todo, pues esta sería la única forma de garantizar una transparencia total a través de la cual enviar un mensaje claro: vivo una vida modélica, de moral intachable.

El propio creador del sistema utilizado por El Círculo se muestra escéptico ante los considerables esfuerzos que la empresa hace para conseguir el máximo de información personal de sus usuarios. El padre de la bestia se arrepiente de lo que ha creado, y de haberlo puesto en las manos equivocadas. Por su parte, Tom Hanks interpreta a un personaje que podríamos calificar de pseudo-Steve Jobs; un (¿carismático?) iluminador de masas, cuyas palabras surten un efecto hipnótico ante auditorios abarrotados de jóvenes supuestamente brillantes, pero que se comportan como poco más que zombis idiotizados de carcajada fácil, cada uno de ellos protagonista de su propia pantomima de plástico. Y es que ese es el ambiente que se respira en las oficinas de El Círculo. Los empleados, más que trabajar parece que disfruten de una vacaciones indefinidas donde la prioridad es demostrarse socialmente activo, y donde se considera que incluso lo que se hace durante el fin de semana debe de ser analizado por la compañía, coartando así las libertades individuales de los empleados; algo que, dicho sea de paso, a nadie parece inquietarle demasiado.

Tom Hanks ejerce de líder visible de la empresa.
El personaje de Tom Hanks ejerce de líder visible de la empresa.

En definitiva, la sensación que subyace tras ver la película es que se ha hecho un esfuerzo más que infructuoso por tratar un tema controvertido, y quizás el gran problema se lo debamos achacar a un guión flojo y a una ejecución igualmente inconsistente. El tema se plantea de modo tan plasticoso que resulta una tarea prácticamente imposible discernir si esto es intencionado o no, y el mensaje final no es, en absoluto, claro. Ni se condena ni se defiende el uso de esta nueva tecnología, el director no se posiciona, el mensaje (si es que lo hay) no cala, y el espectador se siente profundamente decepcionado. Hoy no habrá likes para El Círculo; mejor dediquémosle las dos horas que dura la película a visionar dos episodios de  Black Mirror.

 

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