Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«El joven Sheldon»: Recapitulando y comparando con «The Big Bang Theory»

El joven Sheldon está de vacaciones temporales (de un mes aproximadamente). Y no me refiero al propio protagonista de la serie mencionada, sino a ella misma. Después de su estreno el 25 de septiembre de 2017 hasta el día de hoy han transcurrido ya más de 4 meses, en los que hemos tenido ocasión de disfrutar de 13 magníficos episodios (lo siento, soy fan, sí). Pero tendremos que esperar al comienzo de marzo para poder ver el 14, titulado «Ensalada de patatas, un palo de escoba, y el whisky de papá». Hay quienes relacionan esta «desaparición temporal» y falta de información sobre la serie a la emisión durante este mes de los XXIII Juegos Olímpicos de Invierno (conocidos en esta ocasión como PyeongChang 2018). No hay que preocuparse, pues, por la ausencia temporal de la serie, que, según sus ratings (en su estreno ya la vieron más de 17 millones de espectadores en EEUU y su ya segura renovación para una nueva temporada (anunciada el 6 de enero de 2018), estará ya seguro en nuestras pantallas por unos años más, según se augura en distintos foros.

Voy a aprovechar este pequeño parón en la emisión de El joven Sheldon, que vengo reseñando desde hace unos meses, para señalar algunos aspectos interesantes sobre la misma. Quizá el aspecto más señalado de la serie es que está siendo realmente fiel a la información que The Big Bang Theory ha ido revelando sobre la infancia del que es su personaje principal, Sheldon Cooper. De este modo, por ejemplo, vemos al jovencito crecer en su Texas natal, en un ambiente realmente tan conservador y religioso como el que describe el genio en numerosas ocasiones. Allí estamos teniendo la oportunidad de poder ver cómo eran sus familiares hace 30 años. A algunos de ellos ya los conocíamos por haber aparecido en The Big Bang Theory, como su madre (Mary, Laurie Metcalf en The Big Bang Theory y su propia hija en la realidad, Zoe Perry, en El joven Sheldon), su hermana gemela (Missy, representada en versión adulta por Courtney Henggeler y por Raegan Revord de niña), o su querida abuela, Constance, aunque conocida como «Meemaw», que no no apareció en Big Bang hasta el episodio 14 de la 9ª temporada, encarnada por June Squibb (y por Annie Potts en El joven Sheldon). Otros personajes familiares del protagonista han mostrado su rostro por primera vez en El joven Sheldon, como es el caso de su hermano mayor, George Jr. (representado por Montana Jordan), o su padre, George Sr. (aunque el actor que lo encarna, Lance Barber, había ya aparecido en Big Bang representando a un «amigo» de Leonard).

amigo de leonard

La conexión entre las dos series que, como vemos, se está respetando al máximo, podría incluso afianzarse aún más en el futuro. Esto se deduce del hecho de que sus creadores hayan confesado en alguna que otra entrevista que se están planteando llevar a alguno de los personajes de El joven Sheldon a The Big Bang Theory. Están  pensado, concretamente, por ejemplo, en George Jr., papel para el consideran -entre risas- ideal a Matthew McConaughey; o al amigo -o más bien vecino simplemente- de Sheldon, el simplonato Billy Sparks (Wyatt McClure en la realidad). En lo que parece que no van a coincidir los dos programas es en la inclusión de estrellas invitadas (frecuente en la versión adulta del genio), ya que el spin-off se sitúa 30 años atrás, lo que dificulta esta iniciativa.

Señalar todos los detalles de la infancia de Sheldon que menciona él de adulto y que, efectivamente están presentes en El joven Sheldon, necesitaría mucho más que una sola entrada en el blog, pero no quiero cerrar ésta sin citar algunos destacados. Por su ternura, uno de los que más me ha gustado es ver a Sheldon cuidado por su madre cuando cae enfermo de gripe, que lo arropa y le canta la canción que pide de mayor a Penny que le interprete cuando se ve en esas mismas circunstancias, «Lindo gatito» («Soft Kitty»).

lindo gatito

Nos muestra, de nuevo, que a pesar de su aparentemente fría mente, también es vulnerable y necesita el calorcito de los cuidados y cariño de los demás. En esta misma línea, podemos ver el origen de su costumbre de ofrecer bebidas calientes a quien ve en circunstancias difíciles. Estas actitudes de cuidado hacia los demás se asocian en ambas series a Mary Cooper, como rasgo definitorio de alguien realmente religioso, que no se limita a rezar, sino también a actuar a favor del prójimo, y que parece que algo han calado en su hijo.

Las aficiones del Sheldon adulto están muy tenidas en cuenta en El joven Sheldon, como, por ejemplo, su amor por los trenes, los ordenadores, los libros y los experimentos. También lo están sus fobias: a la suciedad, a la enfermedad, a ser tocado, o a conducir coches. Podemos, incluso, comprobar cómo se han ido forjando algunas de sus manías. Por citar una de ellas, me ha resultado curioso ver cómo en los primeros episodios de la infancia de Sheldon, éste solía llamar una sola vez a las puertas. Pero, conforme la serie avanza, ya se le ve llamando dos veces cuando va a casa de su abuela. En Big Bang, son famosas sus llamadas triples a la puerta de Penny, por ejemplo, intercalando su nombre.

Una diferencia, no obstante, que me parece interesante señalar entre El joven Sheldon y The Big Bang Theory es que los papeles femeninos quedan mejor parados en el primer caso. Así, creo que el papel de Mary Cooper como madre de una persona tan especial como Sheldon es muy interesante, mostrando una manera muy positiva de querer y tratar a su hijo, llevada a cabo no solo con cariño, sino también con destreza e inteligencia, y alejándose de estereotipos de religiosidad ñoña y poco práctica, sino auténtica, a pesar de tratarse de una comedia. Por otra parte, Missy, la hermana gemela de Sheldon, es un personaje fenomenal, traviesa, ocurrente, e inteligente a su modo (que podría recordarnos un poco al de Penny, caracterizado por el sentido común y la practicidad, más que por la teoría; aunque Penny roza el ridículo en más ocasiones). Y dejo para el final, aunque es mi favorita, a Meemaw: no da puntada sin hilo. Es una de esas abuelas felices que muchos desearían ser de mayores: con una sabiduría bien encajada para sacar el máximo provecho y exprimir cada situación que la vida le plantea sin enredarse en complicaciones inútiles. Parece egoísta, pero siempre está ahí. Y, de hecho, a pesar de sus meteduras de pata, en el fondo, todos los Cooper la adoran también, aunque no se lo digan.

Meemaw

Para terminar esta recapitulación y comparación con The Big Bang Theory, solo me queda desear a la serie más joven (en todos los sentidos), que siga la estela de la veterana también en cuanto a su éxito, especialmente ahora que sabemos que lo más seguro es que The Big Bang Theory vea sus últimos episodios en 2019. ¡Qué pena!

 

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