Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Los personajes de The Big Bang Theory crecen: reseña de los episodios 3 y 4 de la temporada 12

La temporada final de The Big Bang Theory hace evidente que los doce años que han pasado desde su estreno no han dejado indiferentes a sus protagonistas, que empezaron como meros colegas veinteañeros y se encuentran ya en la treintena, afrontando situaciones propia de esa edad. No es la primera serie que refleja este espectro de edad y que conforme sus personajes se adentran en los treinta años, va acercándose a su final. Pienso en Friends y pienso en Girls, sí.

En Big Bang, vemos como ya la mayoría de los amigos que la protagonizan están casados (Howard y Bernadette, que hasta tienen ya dos hijos; Leonard y Penny; e incluso Amy y Sheldon). Y ahora, incluso Stuart ha encontrado el amor (y lo lleva, por cierto, a casa de Howard y Bernadette a escuchar en su cuarto a todo volumen «Smooth operator» mientras no sabemos qué hacen). De ahí que no sorprenda el que el tercer episodio («El cálculo de la procreación») muestre el gran interés de Raj por alcanzar el mismo estado de sus amigos. Claro que, en su caso, ese interés deviene en desesperación, hasta el punto de recurrir a aceptar el matrimonio concertado con Anu (recurriendo así a uno de los estereotipos que suelen aparecer en la serie para hacer bromas sobre su cultura). Raj sigue adelante con este objetivo a pesar de que todos sus amigos le aconsejan que no se case si no es por amor, especialmente porque conocen lo romántico que es él. Anu (aunque se muestra fría y calculadora al principio) parece darse cuenta de este aspecto ya en el momento justo en que Raj parece haber recapacitado sobre el citado consejo y le dice que no pueden seguir adelante con ese matrimonio concertado. Así, pues, rodilla en tierra, como no lo hubiera hecho mejor el más tradicional galán, Anu le pide que se case con ella, a lo que Raj no puede resistirse.

Mientras que en caso de esta pareja la evolución va de peor a mejor, según acabamos de ver, en el caso de Howard y Penny, da la sensación de que el desarrollo camina en sentido contrario, hasta el punto de que son muchos los espectadores que opinan que esta relación acabará en divorcio, dadas las muchas discrepancias existentes entre ellos. La más sorprendente es la recogida en este tercer episodio, ya que es después de llevar mucho tiempo casados cuando la pareja pone las cartas sobre la mesa sobre un tema tan importante como es si desean o no tener hijos. Lo lógico es que lo hubiesen hablado antes de dar un paso tan importante en sus vidas, pues no estamos hablando del color de las cortinas o de qué tipo de comida prefieren. En resumen: Penny confiesa a Howard que no quiere tener hijos nunca; Howard reacciona fatal, pues daba por hecho que los tendrían algún día. Howard recapacita y se reconcilia con Penny diciéndole que, del mismo modo en que daba toda su vida había dado por hecho que iba a tener hijos, jamás habría sospechado que acabaría con una mujer tan espectacular como ella. Así que, asunto resuelto y paces hechas; especialmente cuando Penny canjea a Leonard su posibilidad de ser padre por el alquiler del coche de sus sueños: el Batmóvil.

El cuarto episodio, «La Turbulencia Tam», pone en relación una vez más The Big Bang Theory con su precuela, The Young Sheldon, ahora gracias a la presencia del mejor amigo de la infancia de Sheldon, Tam, a quien llevaba sin ver veinte años. Éste le avisa de que va a ir a visitar CalTech con su hijo y le gustaría encontrarse con su viejo amigo. Pero Sheldon ni le contesta al mensaje, ni quiere saber nada de él. Amy pregunta al resto del grupo si saben qué ha podido pasar entre ellos y al triunvirato le falta tiempo para llevar a cabo una investigación en toda regla que comienza por George, el hermano de Sheldon, que sigue respondiendo al nivel de simpleza (por no llamarla estupidez) que le caracteriza en ambas series; pasa por revisar la lista de enemigos hecha por el propio Sheldon (que sólo indica como motivo «He knows what he did»); y termina por inquirir al propio afectado, Tam, que, en una hilarante escena en la que el trío de colegas intenta sonsacarle lo que supuestamente «él sabe que hizo» a Sheldon, demuestra no tener ni idea de a qué se refieren. Al final se descubre que eso tan terrible que Tam le había hecho a Sheldon no era más que no ir a CalTech cuando ambos tenían planeado hacerlo, porque Tam se había enamorado ese verano de la que ahora era su mujer y madre de sus hijos. Esto hizo que Sheldon tuviera que enfrentare solo a esta aventura, a la que, confiesa, tenía mucho miedo. El final es feliz para los dos viejos amigos, de modo que terminan reconciliándose, no sin Sheldon expresar que se siente superior a Tam (nada nuevo bajo el sol respecto al nada políticamente correcto genio).

Paralelamente, como es frecuente en la serie, otra pareja de personajes están haciendo de las suyas. En esta ocasión se trata de Penny y Bernadette, que, con la intención de estudiar a la prometida de Raj, quedan con ella para comer. La sorpresa es que el episodio da la vuelta a la tortilla y acaba con el cazador (en este caso «cazadoras») cazado. Anu sorprende a las chicas por sus habilidades y, además, consigue darles la suficiente cantidad de vino como para que sean ellas las que le cuenten más de lo necesario sobre su prometido, sacando a la luz secretillos, como su adoración por Britney Spears, sus lloreras cuando Hugh Jackman canta, o el hecho de  que Raj se baña con su perro (eso sí, ambos con traje de baño). Como es normal, Raj se enfada considerablemente con sus amigas (Benny) cuando se da cuenta de que han dejado al descubierto detalles de su vida que no quería airear y menos aún a su prometida. Pero esta peligrosa pareja de chicas no parece quedar completamente arrepentida y es posible que intenten repetir hazañas similares en beneficio propio. Veremos qué pasa…

 

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