Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Papá. «Film About a Father Who» (Lynne Sachs, 2020)

Entre las relaciones más importantes y complejas están aquellas que mantenemos con nuestros padres, relaciones que a menudo son tensas o dolorosas. Todos los padres, como personas que son, más allá de la paternidad, son un manojo de contradicciones, pero el caso de Ira Sachs, supera el de la mayoría. A través de imágenes y grabaciones recopiladas desde 1984, en Film About A Father Who, la cineasta Lynne Sachs, intenta ordenar una complicada historia familiar. 

Al inicio del documental, vemos a Lynne desenredando cuidadosamente la melena rebelde de su octogenario padre Ira. Es una escena tranquila e íntima que funciona a modo de prólogo ante el convulso viaje familiar que nos acontece, en el que la cineasta desenredará su propio árbol genealógico y con él, el complicado legado de un padre.

Ira Sachs y su inconfundible, rebelde y frondosa, melena (y bigote).

Ira no era un padre ordinario. En el punto álgido de su madurez, su vida itinerante estaba impulsada por sus caprichos. Fue un desarrollador hotelero, un dedicado esquiador, un fumador de marihuana y, sin duda, un mujeriego: tuvo nueve hijos con seis mujeres diferentes. A lo largo del metraje, se hacen muchas bromas sobre su vida sexual, que impactó a su madre, a sus hijos y, por supuesto, a su eventual exesposa. Tenía una libido que, en definitiva, preocupó a todos menos a él.

La figura del padre es exasperante, pero carismática. Guarda muchos secretos y trata a sus hijos y exesposa (y varias novias) con una mezcla de genuina calidez y sorprendente egoísmo y manipulación. Como es de esperar, destacaba de Ira lo juguetón y aventurero que era, pero también fue una persona incapaz de comunicarse emocionalmente. Todos los hermanos coinciden en que parecía vivir en la indiferencia, rara vez manifestaba los sentimientos de euforia o felicidad, ira o tristeza.

El detonante de esta película es la revelación en 2016 de que había otras dos hijas de otra mujer, tras aparecer sus nombres tachados en un documento de seguros. El resto de los hijos ignoraron por la mayor parte de su vida la existencia de sus hermanas, pero ellas sabían en todo momento que tenían otros hermanos.

La labor de archivo del documental es excepcional.

Al escuchar su testimonio sentimos el enorme dolor que padecieron estas niñas a las que hicieron esperar para conocer a sus hermanos, ya que su padre insistió en que no se relacionarán hasta que su propia madre falleciera. Conocer de la mano de su hija la traumática infancia que el propio Ira vivió, con una madre que lo abandonó para vivir su vida, y que ha reproducido en sus hijas abandonadas, nos lleva como espectadores a experimentar una completa catarsis. 

Lynne se convierte en una detective y se da a la labor de interrogar a Ira, a la abuela Maw-maw, a sus hermanos y hermanas, a su madre y exesposa de su padre y también a sus novias. Así, cuanto más aprende sobre su padre, más deberá luchar contra los escombros emocionales y los misterios del amor paterno. Pero los interrogantes más importantes quedan desatendidos cuando, tras preguntarle explícitamente a Ira sobre su vida y comportamientos, él responde repetidamente: «No lo recuerdo».

La variedad de formatos empleados es uno de los grandes atractivos del documental. Esto es fruto de que la cineasta estuvo treinta y cinco años construyendo un archivo de imágenes. En consecuencia, el documental abarca el uso de películas de Super 8 mm y 16 mm, del VHS y otros formatos de video de baja resolución, y videos digitales de alta definición en las escenas más recientes. Lynne construye todo un collage audiovisual de la memoria y la investigación.

En voz en off, Lynne nos dice en un momento: «Este es mi ajuste de cuentas con el enigma de nuestra asimetría».

Haber trabajado en este documental durante tantos años, ya evidencia el papel fundamental de sus padres, y el de los nuestros. Su impacto es innegable e inestimable. Muchos nos hemos preguntado si podremos algún día entenderlos y conocerlos realmente. Sea cual sea la respuesta, Lynne Sachs trata de esbozar la suya con esta poderosa e inquietante película.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *