5 razones para NO seguir viendo The Whispers
Por primera vez en este blog las habituales colaboradoras Patricia Trapero y Nuria Vidal ofrecen 5 razones para no seguir viendo una serie de televisión: The Whispers, estrenada el día 1 de junio de 2015 en la cadena ABC.
1. Premisa acertada… La extraña y violenta caída de la madre de Harper, una niña de 5 años, lleva a la agente Claire Bennigan, experta en psicología infantil del FBI con un turbulento pasado, a establecer conexiones con otros casos sucedidos previamente. Claire encontrará un elemento común a todos ellos: los niños agresores tienen el mismo amigo invisible, Drill, y son hijos de personas relevantes para el estado. La interesante premisa inicial planteada por su creador Soo Hugh implicará, pues, el planteamiento de una hipotética conspiración alienígena de dominación de La Tierra a través de los niños.
2. …expectativas fallidas. Ahora bien, todo el hype de la etapa de preproducción de la serie a través de las redes sociales, páginas especializadas, entrevistas en los medios de comunicación, en los que se consideraba The Whispers como la gran apuesta de ciencia-ficción del verano de la ABC contando con Lily Rabe como fichaje estrella protagonista y, además con la producción de Steven Spielberg, no nos ha sabido enganchar en los tres episodios emitidos hasta ahora.
3. Ingredientes mal cocinados. Todo el interés que se crea durante el episodio piloto se descontrolará en los últimos 10 minutos del mismo y acelerará innecesariamente el proceso narrativo lógico de una serie de televisión. El objetivo de cualquier episodio piloto es ofrecer al espectador de manera dosificada las claves de lectura y el storyworld del personaje protagonista de la serie que va a seguir. Hasta aquí, The Whispers sigue las indicaciones de cualquier manual de escritura de guión. Sin embargo, a pesar de que todos los ingredientes – personajes, situaciones dramáticas, clichés del género de ciencia-ficción, argumentos conspirativos – están presentes, la descompensación informativa, por una parte, y la ausencia de acción por otra harán que la serie no consiga avanzar y que el espectador se aburra. A esto, hay que añadir una indefinición de personajes, ya de por si insulsos y planos, empezando por la protagonista.
4. Querer y no poder. En un momento que las serie de televisión se identifican no solo por los argumentos sino especialmente por una estética definidora, The Whispers plantea una puesta en escena desigual. La estética de la serie es completamente incoherente, mezclando estilos y códigos de múltiples géneros que hacen que el tono visual de la serie sea confuso para el espectador. Tan solo pondremos un ejemplo: el tono de los seductores títulos de crédito – en un estilo muy American Horror Story Freakshow – no tendrán nada que ver con el contenido de la serie.
5. Una actriz desaprovechada. Siempre resulta difícil decir que un actor al que quieres con locura hace una interpretación pésima. En este caso, y somos a las que más nos duele admitirlo, hay que decir que Lily Rabe hace, tal vez, el peor papel de su carrera hasta el momento. Claire Bennigan está en las antípodas, en todos los sentidos, de las interpretaciones a las que la actriz nos tiene acostumbrados. A pesar de que Lily Rabe ya era conocida en los escenarios de Broadway antes de su aparición en la pequeña pantalla (Seminar, Miss Julie, Crimes of the Heart, Much Ado About Nothing y The Merchant of Venice, por la que estuvo nominada a los premios Tony en 2010) alcanzó el reconocimiento masivo de los espectadores por dar vida a Nora Montgomery, Sister Mary Eunice y Misty Day en la antología creada por Ryan Murphy American Horror Story. Estos personajes se han convertido en iconos particulares de la serie, de la ficción televisiva actual y muy queridos por el fandom de American Horror Story, en los que Lily Rabe despliega una cantidad de registros interpretativos. Por tanto, ¿a quién se le ocurriría decir que Lily Rabe es una mala actriz? Más bien, hemos de plantearnos cómo la suma de una mal guión, un personaje nada interesante y plano y una dirección errática, da como resultado ver a una gran actriz que no disfruta de su personaje.
Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de les Illes Balears. Ha sido investigadora principal del grupo RIRCA y ha dirigido tres proyectos de investigación nacionales competitivos financiados por el gobierno español. Actualmente forma parte del proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Trabaja en ficción audiovisual en plataformas diversas, especialmente en temas de arquitecturas narrativas. Tiene una especial debilidad por el posthumanismo y ha publicado distintos trabajos en revistas indizadas y editoriales de prestigio internacional.