Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Más que una ampliación del universo narrativo: «Psycho Pass: Providence» (Naoyoshi Shiotani,2023)

El pasado 18 de agosto volvía, esta vez a las pantallas grandes, la nueva entrega de Psycho-Pass bajo el título de Psycho Pass: Providence dirigida por Naoyoshi Shiotani para Productions IG. Un regreso muy esperado por los seguidores  compulsivos—entre los que me encuentro— del universo creado hace diez años por Gen Urobuchi y Two Ubukata que nos presenta una ficción especulativa, situada en su primera temporada en el Tokyo de 2113, en la que Japón es controlada por una inteligencia artificial, Sybil. Un control sobre la población que, como salvaguarda de la seguridad nacional frente a la ola de violencia mundial,  es sometida a escáneres psicosomáticos y clasificada de acuerdo con su hipotético coeficiente de criminalidad por el cual no solo se prevén sus posibles acciones violentas sino también se condiciona el tipo de trabajo que los ciudadanos pueden ejercer y las relaciones sentimentales/personales que pueden llegar a desarrollar. Una inteligencia artificial que tiene en la División Uno de la Oficina de Seguridad Pública a su brazo armado ayudado por un arma conectada a la base de datos de Sybil, el dominator, que tiene el poder la decisión última de supresión (o no) de los hipotéticos criminales. A partir de esta premisa y desde 2013, Psycho-Pass ha ido ampliando su universo de manera compacta en un proceso que combina a la perfección la ficción especulativa distópica con la construcción de personajes, la incorporación de estructuras del techno-thriller y la actualización de sus argumentos a la contemporaneidad. Un universo que sigue, además, una de las características esenciales de la ficción especulativa contemporánea consistente en la incorporación de textos filosóficos, científicos y literarios como base conceptual. Todo ello hace que Psycho-Pass sea un producto tremendamente atractivo pero también tremendamente complejo.

El espectacular plano que da inicio a «Psycho-Pass: Providence»

Todo ello hace igualmente que la nueva entrega de este universo tenga unas claves de lectura sin duda complicadas para un público desconocedor de los personajes y situaciones que nos presenta Providence, aunque esto no invalida en absoluto el goce de una película estéticamente brillante y que incorpora de manera interesante las informaciones requeridas por un espectador que se enfrenta por primera vez al mundo de Psycho-Pass. Y es que Providence se sitúa argumentalmente después del tercer episodio de la trilogía  Sinners of the System (2019) —tras las dos primeras temporadas (2013 y 2014) y la película de 2015— y avanza personajes y situaciones de la tercera temporada de la serie (2019)  y, especialmente, de la película en tres partes, First Inspector (2020).

La relación entre Atsushi Shindo (izquierda) y Akira Vasily Ignatov (derecha) es uno de los elementos importantes en la ampliación del universo de la serie

Una espectacular planificación da inicio a la película en la que asistimos al violento asalto a un barco por parte de un grupo armado. La acción, situada en 2118, tiene como objetivo llegar hasta una mujer, la doctora Milicia Stronskaya y conseguir un importante documento que lleva su nombre. Simultáneamente tiene lugar una reunión de alto nivel entre la Oficina de Seguridad Pública (representada por la inspectora Akane Tsunemori), el Ministerio de Asuntos Exteriores (con Frederica Hanashiro a la cabeza) y el Departamento de investigación del comportamiento (encabezado por su director Atsushi Shindo) como preparación de un encuentro con una personalidad relevante y que ha de servir para extender la estructura de control de Sybil en todo el mundo. La noticia del asalto y muerte de la doctora Stronskaya desvela su personalidad así como el contenido de su documento: la simulación de las repercusiones de la implantación de Sybil como posibilidad de prever conflictos bélicos pero también para todo lo contrario, para promoverlos conscientemente a partir de la manipulación del sistema. Este es el objetivo de la organización paramilitar Peacebreakers dirigida por Tsugonasa Tonami bajo el mando del desconocido «general» y cuyo principal agente es Akira Vasily Ignatov.

La inspectora Tsunemori recupera el debate entre la legalidad/justicia y la arbitrariedad de un sistema regido por una inteligencia artificial

De esta manera, se plantea orgánicamente el argumento de la película centrado en la lucha entre los distintos representantes del gobierno japonés contra la organización Peacebreakers por la consecución del documento Stronskaya. Sin embargo, este argumento sirve para  unificar el universo conceptual de la serie Psycho-Pass a partir de la relación entre personajes y de las referencias a situaciones previas a Providence y sus consecuentes, por una parte; y para ampliar los esquemas esenciales de las ficciones especulativas protagonizadas por inteligencias artificiales, por otra parte. Este último aspecto conlleva la aparición de una segunda inteligencia artificial —como también vemos en series como Person of Interest solo por poner un ejemplo— que supone una amenaza para la IA primigenia  y su razón existencial. Más allá de ser la némesis argumental, es importante destacar la base conceptual que subyace en la existencia de esta(s) segunda(s) inteligencia(s) que no es otra que la teorización acerca de la llamada «bicameral mind» propuesta en 1976 por Julian Jaynes —mencionada en la película y que da nombre al episodio final de la primera temporada de la serie Westworld—como reflejo de la configuración dual del cerebro humano con implicaciones para la creación de la consciencia pero con posibles repercusiones conductuales psicológicamente conflictivas. Las dos inteligencias artificiales se consideran, así, fuerzas contrapuestas habitualmente en pugna como sucede aparentemente entre Sybil y «el general». Pero lo destacable de Providence no es tanto la referencia a Jaynes, hasta cierto punto anecdótica, como la vuelta al enorme sustrato filosófico y literario que se despliega en la primera temporada personificado en el villano asintomático Shogo Makishima —y sus referencias a Foucault, solo por mencionar un nombre— y  continuada por Shinya Kogami convertido en revolucionario antisistema en Psycho-Pass: the Movie. Por ello, no es de extrañar la aparición del psicólogo Joji Saiga quien en la primera temporada analiza para Kogami la personalidad de Makishima convirtiéndose en un nexo de unión del universo Psycho-Pass.

En «Providence» se amplía la relación entre Tsunemori y Kogami

Justamente la lucha contra Sybil llevada a cabo por el revolucionario Makishima es compartida, aunque de manera diferente, por Kogami y por  la inspectora Tsunemori, también asintomática. Tsunemori va a cuestionar la insensibilidad de Sybil frente a situaciones de alto impacto emocional que conducen al incremento del coeficiente criminal en las personas planteando un debate acerca de cómo una inteligencia artificial puede llegar a situarse al margen de la legalidad y la justicia. Este planteamiento subyace en Psycho-Pass: Providence y tiene su reflejo en la ampliación de la relación entre ésta y el antiguo inspector Kogami, convertido en mercenario en la tercera entrega de Sinners of the System y recuperado por Frederica Hanashiro como parte de su equipo en el Ministerio de Asuntos Exteriores. De este modo, independientemente de las acciones conjuntas de ambos personajes, Providence escenifica su unidad de pensamiento ante la existencia del sistema Sybil contra el que luchan de manera que Kogami se convierte en el soporte emocional que precisa la inspectora en su decisión de desenmascaramiento de los fallos del sistema aunque implique su sacrificio personal que la convierte en un mito y un referente moral para la división uno, tal como se recoge a partir de la segunda temporada de la serie. Por eso, discrepamos profundamente de la idea de una tensión sexual no resuelta entre ellos reclamada por el fandom en la incomprensible manía de unir sentimentalmente a los personajes, sea de la serie que sea. Afortunadamente, no se produce ningún concesión al fan service que hubiera desvirtuado la configuración de los personajes.

En «Providence» aparecen todos los integrantes de la División Uno, entre ellos el personaje de Ginoza (a la derecha)

Si Kogami y Tsunemori tienen un papel destacado en Psycho-Pass: Providence como ampliación del universo de la serie, no puede dejar de mencionarse la aparición de los integrantes de la División Uno que participan en las distintas temporadas y que, aparte de servir de soporte a la acción, tienen la función esencial de conexión entre cada uno de los momentos de la historia de Psycho-Pass tal como puede verse en los posts recomendados. Así sucede con los personajes de Ginoza —en su rivalidad con Kogami, resuelta a partir de la tercera temporada— o de la futura directora de la división  Mika Shimotsuki como personajes destacables en la película. Y si los integrantes de la división se relacionan con el mito Tsunemori, la aparición de Atsushi Shindo y de Akira Vasily Ignatov deben considerarse como el  más que interesante backstory de los dos inspectores de la división a partir de la tercera temporada y especialmente en First Inspector: el joven asintomático  y visionario Arata Shindo, desconocedor de la relación de su padre con la creación de Sybil; y de Kei Mikhail Ignatov, hermano de Akira y casado con Maika Maya Stronskaya, quien tiene una relación fraternal y protectora con el joven Shindo como consecuencia de la relación con la familia y con Milicia Stronskaya tal como se desarrolla en Providence.  Una expansión del universo que va más allá de un desarrollo meramente argumental para dotar a los personajes de una profundidad importante desvelando que éstos son eminentemente poliédricos.

El mérito del equipo creador de  Psycho-Pass es innegable al ofrecernos, en el décimo aniversario de la serie, una auténtica joya dramatúrgica y visual. Y también, como siempre han hecho, ofreciendo un producto que llena los vacíos entre temporadas de manera meditada y lógica, no como simple relleno para complacer a los seguidores. Desgraciadamente, no sabemos si habrá una cuarta temporada que ya lleva anunciándose desde hace tiempo. De no ser así, y Providence cerrara Psycho-Pass, es innegable que el hipotético cierre es más que brillante.

 

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