Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

La sombra del escritor: «The Invisible Woman» (2013)

Tras debutar en la dirección con su primer largometraje en 2011 con una adaptación llevada a la contemporaneidad del clásico de Shakespeare, Coriolanus, el conocido actor británico Ralph Fiennes estrenaba en diciembre de 2013 su segunda producción detrás de las cámaras: The Invisible Woman. Con una extensa y prolífera carrera encima de las tablas, Fiennes demostró con Coriolanus dos cosas: por un lado, su calidad interpretativa (cosa que ya sabíamos) y, lo que es más importante, un próspero futuro como director. Y es que, con The Invisible Woman, Fiennes prueba que el éxito de su debut direccional no se debió a la suerte del principiante, sino que entiende mucho de cómo funciona la maquinaria del cine y, sobretodo, que tiene cierta comodidad al enfrentarse a las obras y a la vida de las figuras más ilustres de la literatura británica. Pero, vayamos por partes.

Basada en el libro biográfico con el mismo nombre – The Invisible Woman: The Story of Nelly Ternan and Charles Dickens (1990) – escrito por la periodista y biógrafa Claire Tomalin y con guión de Abi Morgan – conocida por sus trabajos en Shame (Steve McQueen, 2011), The Iron Lady (Phyllida Lloyd, 2011) y Sufragette (Sarah Gavron, 2015) -, en The Invisible Woman, Fiennes lleva a la gran pantalla la historia real del romance secreto que mantuvo el escritor Charles Dickens (Ralph Fiennes) con una joven aspirante a actriz, Ellen «Nelly» Ternan (Felicity Jones) – 27 años más joven que él – en el apogeo de su carrera hasta su muerte en 1870. Si bien a simple vista la cinta puede parecer un melodrama prototípico, la cinta se aleja de cualquier tipo de canon academicista que, en la gran mayoría de ocasiones, sufren los period dramas propiamente dichos.

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Felicity Jones interpreta a «The Invisible Woman»

Contada con una estructura de flashback, no nos encontramos con una película biopic convencional. De hecho, veremos la turbulenta relación a través de los recuerdos de la joven Nelly – y no de Charles Dickens, como sería previsible – seducida por su admiración hacia Dickens y, sobretodo, atrapada por la sensibilidad y la belleza de sus escritos más que por su auténtica personalidad. Más allá de la premisa argumental en la que se muestran, como no podría ser de otra manera, las características principales de «amores imposibles», la cinta nos mostrará – a excepción de una o dos escenas – la conflictiva relación entre ambos centrándose en las angustias personales de Nelly, quien con los años que durará el romance, intentará deshacerse de la etiqueta de “la amante” del famoso escritor. El empeño de Nelly por luchar por su independencia como mujer en contra de la opinión pública a la que se ve fuertemente expuesta por tener un affair con una de las «celebrities» del momento y en oposición a la personalidad castradora y perniciosa de Dickens, constituirá una gran parte de la trama; así como la cuestión hacia la doble moral de la burguesía victoriana de la época.

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En la mayoría de los planos Nelly aparece de espaldas al espectador

Siendo una especie de combinación entre el pictoricismo estético de Peter Greenaway, el estilo naturalista de Joe Wright y el realismo poético de Terrence Malick, la propuesta visual de The Invisible Woman será uno de sus elementos más innovadores, así como uno de sus mayores aciertos. Con una influencia claramente pictórica, la película presenta un dominio formal que apela a los sentidos y a la percepción del espectador en cada plano. Rodada en 35 mm, la composición visual de la puesta en escena alternará un planificación más teatral  con una espléndida utilización del espacio en las escenas corales, con un planteamiento completamente intimista en los encuentros de Dickens y Nelly, con movimientos en steady cam muy sutiles y con una aproximación a los rostros de los personajes (casi) siempre en penumbra y de espaldas a la cámara, especialmente el de Felicity Jones a la que, prácticamente, nos mantenemos pegados  hasta el punto de poder oírla respirar. Moviéndose entre las obras de artistas como Courbet, Millet, Constable y, sobretodo, la influencia del pintor alemán Caspar David Friedrich, el concepto visual del Romanticismo y paisajismo inglés inundarán la voluntad estética del film.

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La película tiene una clarísima influencia pictórica romántica y realista

The Invisible Woman nos habla de un amor intelectual y del cierre de un ciclo vital. El de una mujer harta de ser objetivo de las habladurías de una sociedad hipócrita en muchos sentidos y cansada de ser la sombra de un hombre más preocupado por su trascendencia mediática que por las relaciones personales. Una propuesta interesante en su planteamiento narrativo y de una belleza estética cuidada al detalle donde destacan, por un lado, una contenida y poderosa Felicity Jones en el que interpreta – en mi modesta opinión – el mejor papel de su carrera hasta la fecha; y, por otro, la destreza como cineasta de Ralph Fiennes que, seguro, no nos dejará insatisfechos en sus proyectos venideros. En definitiva, una película brillante y sorprendente con una doble lectura que vale la pena tener en nuestra filmoteca.

 

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