Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Godless», supervivencia femenina en el salvaje oeste americano

La televisión está arriesgando más que la industria cinematográfica. Esto es un hecho (casi) consumado que está constituyendo un cambio en los paradigmas de producción y, sobre todo, de nuevas formas de consumo audiovisual. Mientras los grandes gurús de las gran pantalla se quedan absorbidos por una obsesión puramente económica y muy poco relacionada con el producto cultural y artístico; la nueva era de la televisión contemporánea se convertirá en la nueva suministradora de narrativas experimentales (Twin Peaks: The Return o American Horror Story), recogerá historias de un gran impacto social (The Handmaid’s Tale o Big Little Lies), se convertirá en el refugio de los autores (Vinyl, The Knick o Mindhunter) o será la responsable de la vuelta a los géneros canónicos. Este último elemento englobará la reaparición del género del terror en la pequeña pantalla – nunca antes habíamos encontrado tanta cantidad de series del género: Stranger Things, Scream, The Exorcist, AHS, Hannibal, Penny Dreadful, The Walking Dead, Chanel Zero, The Strain, Bates Motel, Ash and the Evil Dead, Hemlock Grove, Outcast, Damien, etc. Y, por supuesto, la recuperación del género del western que la industria cinematográfica ha rechazado por completo.

Por supuesto, una de las grandes cadenas responsables será HBO – canal que siempre parece ir a un paso cualitativo por delante que el resto – con su planteamiento de series masivas y de gran factura como Roma, The Wire, Game of Thrones, su propuesta de western Deadwood o la reciente Westworld, su nueva propuesta que mezclará temáticas de ciencia-ficción posthumana con clichés del western. En este sentido, el complemento perfecto del Westworld de HBO será la producción de Netflix, Godless, una miniserie que devolverá la esencia del olvidado western para aportar una visión muy fresca y visceral del género. Pero, vayamos por partes.

Jack O'Connell y Jeff Daniels son forajido y persecutor en Godless
Jack O’Connell y Jeff Daniels serán forajido y persecutor en Godless

El 22 de noviembre del año pasado es estrenaría de manera íntegra en Netflix, Godless, una miniserie creada y dirigida por Scott Frank y bajo el sello de producción de Steven Soderbergh. Tras negociaciones fallidas con varias productoras cinematográficas – el guión estaba pensado para la gran pantalla – finalmente, el proyecto caería en manos de la plataforma streaming en un formato que se extendería a 7 episodios de más de una hora de duración. Así, devolviendo el western al terreno de juego, Godless nos situará en el territorio de Santa Fe (Nuevo México) narrando las historias individuales de una serie de personajes que confluirán en un nexo común: la modesta ciudad minera de La Belle. Sin embargo, La Belle no será una localidad ordinaria. Un accidente minero supondrá la muerte de la amplia mayoría de los hombres de la ciudad, lo que acarreará que la ciudad de La Belle esté formada (casi) en su integridad por mujeres.

En este sentido, el planteamiento de Frank Scott sobre esta nueva concepción del western canónico partirá de la ruptura deliberada de la iconografía del héroe del género asociada a las identidades masculinas como uno de sus principales características. Así, los personajes femeninos serán los únicos que tomarán la acción en un entorno dominado y corrompido por la violencia de los hombres. Una muestra de empoderamiento de la mujer en la pequeña pantalla muy similar al que encontraremos en Westworld donde sus personajes femeninos (Dolores Abernathy y Maeve Millay) no solo liderarán gran parte de la narrativa principal, sino que tomarán las riendas de sus propias historias, cansadas de su subordinación a los personajes masculinos como otro de los elementos del género.

Agnes McNue (Merrit Weaver) y Alicie Fletcher (Michelle Dockery) cogen las armas
Agnes McNue (Merrit Weaver) y Alice Fletcher (Michelle Dockery) cogen las armas para defender la ciudad de La Belle

Siguiendo una estructura de vidas cruzadas, toda la acción principal de Godless girará en torno a la búsqueda y captura del forajido Roy Goode (Jack O’Connell) a manos de la peligrosa y sanguinaria banda de criminales liderada por Frank Griffin (Jeff Daniels). En este sentido, la miniserie desarrollará varias líneas argumentales que se desenvolverán alrededor de la trama central. Primeramente, asistiremos a la odisea de la banda de Griffin por las llanuras de Nuevo México para encontrar al fugitivo Goode en un viaje que servirá para poner en cuestión las prácticas violentas del salvaje oeste americano en una tierra de nadie que se describirá como “sin Dios y sin ley”. Por otro lado, la huida del joven Roy terminará por llevarle al rancho de Alice Fletcher (Michelle Dockery), una mujer con un misterioso pasado que despertará el recelo y el odio de las mujeres del pueblo. Y, finalmente, acudiremos a las problemáticas de supervivencia de las habitantes de La Belle encabezadas por la alcaldesa Mary-Agnes McNue (Merrit Weaver), así como los conflictos personales del resto de integrantes de la ciudad: Bill McNue (Scott McNairy), hermano de Agnes y sheriff de La Belle; el ayudante del sheriff Whitney Winn (Thomas Brodie-Sangstar); o la prostituta reconvertida en profesora Callie Dunne (Tess Frazer). Así como la aparición estelar de Sam Waterston como el sheriff John Cook. En este sentido, la serie se establece como un ejercicio coral en el que todos los personajes tendrán una función específica en la trama y un desarrollo impecable, incluso los que a simple vista parecen tener un carácter secundario.

Secuencia onírica del pasado de Alice Fletcher con una exquisita fotografía
Secuencia onírica del pasado de Alice Fletcher con una exquisita fotografía

La serie contará con un guión escrito al milímetro y unos personajes completamente interesantes, planteando una propuesta que se moverá perfectamente entre lo canónico y lo contemporáneo. Y eso es precisamente lo que hace de Godless una auténtica joya de la televisión: su habilidad por mantener la epicidad y la iconografía del western aportando una mirada fresca y postmoderna del género. Durante la serie aparecerán todos sus clichés narrativos y visuales que serán perfectamente reconocibles por las audiencias: el forajido, el bandolero, el sheriff, la mujer desterrada, los frecuentes tiroteos, las anchas llanuras desérticas, la ciudades polvorientas… Sin embargo, Frank Scott se encargará de darle una vuelta de tuerca y revertirlo de manera brillante ¿Os habéis preguntado alguna vez qué función puede tener un prostíbulo (centro neurálgico de las ciudades del salvaje oeste) en una ciudad íntegramente habitada por mujeres?

Otro de los puntos fuertes de la miniserie será su impecable diseño visual que demostrará el amplio conocimiento de Frank Scott sobre el género y su lógica estilística. El planteamiento formal de Godless se vertebrará a partir de la concepción de una imagen completamente cinematográfica en la que cada encuadre será contemplado como una virtuosa y preciosa estampa. Más allá de la decisión de adoptar la relación de aspecto 2:35:1 (el formato de barras negras) tan poco frecuente en la televisión, el espectacular trabajo de Steven Meizer como director de fotografía muestra un dominio extraordinario de la iconografía del western elevándola a su mayor expresión artística. Muestra de ello son las impactantes secuencias de la banda de Griffin atravesando el Rio Grande con sus caballos a cámara lenta, el espectacular tiroteo de casi 30 minutos en el episodio final o los homenajes a John Ford y su “doorway shot”, tipología creada por el cineasta en el icónico western Centauros del Desierto (1952).

El plano homenaje al "doorway shot" de John Ford en The Searchers
El plano homenaje al «doorway shot» de John Ford en The Searchers

Definitivamente, Godless no se anda con rodeos. Frank Scott y su equipo han realizado un extraordinario trabajo que mezcla lo mejor del género clásico con las nuevas técnicas narrativas y visuales contemporáneas. Una reinvención del western completamente necesaria que mostrará la crudeza de la vida en el salvaje oeste con la reiteración de imágenes violentas, sangrientas, sucias y polvorientas; y que se convertirá en un retrato de la supervivencia femenina de la época y, en consecuencia, del papel de la mujer en las ficciones contemporáneas. En este sentido, Godless es la prueba perfecta de que el western está más vivo que nunca.

 

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