Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Letty Raines, o el arte de portarse mal

El escritor estadounidense Blake Crouch ya sabía lo que era ver sus novelas convertidas en serie de televisión cuando se le acercaron los productores de Good Behavior. Su trilogía Wayward Pines había sido llevada a la pantalla hacía poco tiempo con un éxito relativo (FOX, 2015-2016). El salto, pues, había sido ensayado antes. Seguramente eso facilitó la conversión de su colección de novelas cortas sobre Letty Dobesh (The Pain of Others, Sunset Key y Grab) en el producto que TNT nos está ofreciendo desde noviembre de 2016. Con dos temporadas de diez episodios cada una emitidas hasta la fecha, Good Behavior ha sido etiquetada como “sexy” o como una “combinación de thriller brutal y comedia romántica”. Y para algunas personas ha constituido una enorme sorpresa ver a la Lady Crawley de Dowtown Abbey (ITV, 2010-2015) cambiar tan radicalmente de registro. Porque en la oferta de TNT, Michelle Dockery es Letty Raines, la jefa absoluta del mal comportamiento.

La premisa de la serie, de corte noir en algunos aspectos –sobre todo en los relacionados con las mascaradas de femme fatale de Letty– es compleja desde los inicios: mujer joven y bella, adicta y ladrona, conoce en el ejercicio de su “profesión” a un asesino a sueldo atractivo y misterioso (Juan Diego Botto como Javier Pereira). Condenados a huir uno del otro por los riesgos de sus actividades, parecen sin embargo atraerse sin remedio. Hechos en principio para ser modelos negativos y para no captar la simpatía del público, son empero los protagonistas absolutos, y con ellos debemos lidiar en cada entrega.

La caracterización de la pareja central se redondea gracias a personajes secundarios que les hacen más humanos y contribuyen a complicar su relación de diferentes maneras. La madre de Letty, Estelle (Lusia Strus), y su último marido, Rob (Joey Kern), proporcionan el contexto basura blanca para la desastrosa vida de Letty. Su hijo Jacob (Nyles Julian Steele) le da una motivación para intentar volver al “buen camino” una y otra vez. Por su parte, su agente de la condicional, Christian (Terry Kinney) se convierte en su aliado permanente. Del otro lado, la hermana de Javier, Ava (María Botto, hermana del actor que lo interpreta también en la vida real), y sus sobrinas, son el enganche emocional del frío asesino con la vida cotidiana. Por ellas hará lo que sea necesario, aunque cometerá casi tantos errores como Letty comete en su lucha por recuperar y mantener a su hijo.

GOOD BEHAVIOR-créditos

La serie está rodada sobre todo en escenarios de Carolina del Norte, y sus elementos genéricos son reconocibles la mayor parte del tiempo: cadáveres, engaños, tacones de aguja, armas, secretos, mentiras, sexo tórrido y breve, huidas, rupturas, atracción fatal… Ya desde el título y los créditos de apertura el tono viene marcado por una especie de ironía noir a la que acompaña de manera muy efectiva el tema principal que abre cada episodio: “Hard Time”, de Seinabo Sey. Su ritmo es desigual y la relación con los personajes no siempre se mantiene en los mismos niveles de interés, pero en última instancia, hay algo que engancha.

Desde mi punto de vista, lo que sostiene el interés de Good Behavior tiene más que ver con el Dexter Morgan sui generis que compone Juan Diego Botto que con el salto al vacío de “Lady Dockery” como Letty. En la mayor parte de los episodios es el personaje de Javier el que mantiene el suspense y la combinación justa acción-reflexión-emoción. El sicario travestido de cocinero hace mejor los malabarismos con la posible tensión entre rechazo y fascinación del público que la mujer que podría ser una ingeniosa lianta pero termina cayendo en el rol de drama queen. En cualquier caso, será interesante ver cuánto tiempo seguimos viéndoles portarse mal.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *